¿Por qué tanto amor vuelve ingratos a los hijos?
Demasiado amor a los hijos puede fácilmente convertirse en sobreprotección

¿Por qué tanto amor vuelve ingratos a los hijos?(Getty Images)
México
En entrevista con “Martha Debayle en W”, Julia Borbolla, psicóloga con 40 años de experiencia, imparte talleres para padres de familia y corporativos, Autora de “Sin dañar a terceros: El niño ante los conflictos de Papá y Mamá”, “Profesión Mamá: Adolescencia, la maestría”, Fundadora de la Clínica Grupo Julia Borbolla Psicología Integral, especializada en niños, niñas y adolescentes
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T: 5556516988 y 5580152021 // Web: juliaborbolla.com // TW: @GpJuliaBorbolla // FB: Grupo Julia Borbolla // IG: @grupojuliaborbolla, nos explicó por qué el amor puede hacer que los hijos se vuelvan ingratos.
● Un estudio en Reino Unido demostró que hasta el 74% de las madres y el 70% de los padres muestran un trato demasiado preferencial hacia sus hijos.
● Una investigación publicada en la revista Developmental Psychology, dice que demasiado amor a los hijos puede fácilmente convertirse en sobreprotección y en consecuencia los niños desarrollan menos probabilidades de controlar bien sus emociones e impulsos.
¿Cómo nos han inculcado que debe ser el amor de una madre?
● Desde niñas nos programaban para ser madres, nos compraban muñecas y nos hablanban del “sublime” papel de una madre.
● Oficialmente las madres “debemos” ser amorosas, siempre estar con sus hijos y sacrificarnos por ellos.
● Esta consigna ancestral la traemos tatuada en el cerebro y es por eso que pensamos que ser madre es equivalente a ser casi “esclava” de los caprichos, consoladora de berrinches y procuradora de mimos y bienes para los hijos.
● El problema es que nunca nos dijeron la medida adecuada de amor para darles a los hijos y cuando les negamos las cosas o simplemente no queremos apapacharlos, nos sentimos malas y la culpa entra de lleno para hacernos sentir que fallamos en el “encargo”.
Los “reyes de la casa”:
● Los hijos e hijas llegan al mundo sin saber todo esto, pero pronto se dan cuenta de que ellos son los reyes de la casa y que un solo llanto o una carita de tristeza tienen un poder maravilloso para lograr lo que desean.
● Así se van formando estos hijos tiranos y dictadores que toman el poder de nuestra voluntad.
¿Qué pasa con una madre abnegada?
● La madre abnegada se vuelve invisible para sus hijos y revive al morir, es decir, aquella mujer que dejó los pulmones para sacar adelante a sus hijos, que les dio todo y que se puso siempre en segundo plano no recibe reconocimiento, ni regalos, ni siquiera visitas de sus hijos adultos.
● Por ejemplo, cuando llegan en navidad es para seguir recibiendo de esa madre sus platillos y para ver a sus hermanos.
● Nuevamente esta mamá prepara el gran banquete para recibirlos y refuerza el mensaje de que ellos, sus hijos, son los reyes de la casa.
● Cuando esta mujer muere, la vuelven santa, hablan de ella y de la gran admiración que le tienen, pero ella ya nunca lo escucho.
El contraste: una madre desapegada
● Por el contrario, la madre fría, alejada, que tal vez delegó sus funciones a la nana o a la abuela, es tratada por sus hijos con atenciones y mimos.
● La cuidan, la respetan e inclusive temen disgustarla. Cuando esta madre tiene algún detalle de cariño hacia sus hijos, ellos lo magnifican y lo aprecian como si fuera la gran cosa.
Te tratan como te vendes:
● Muchas mujeres se convierten en madres sin conocer este fenómeno, pero lo descubren tarde y se preguntan el porqué.
● La respuesta es sencilla: Tus hijos te ven como te vendes.
● Si te vendes como su incondicional, ellos asumirán que así eres y no sentirán que deben retribuirte por algo que es tu “obligación”.
● Si no les pides nada a cambio de lo que les das, no aprenderán que deben agradecerlo o “pagarlo”.
● Si les das todo a tus hijos porque tu necesitas sentirte “buena madre”, es fácil que te olvides de hacer “buenos hijos”
● Si no puedes, por ningún motivo verlos sufrir, aunque sea un poquito, ellos entenderán que su felicidad está depositada en tus acciones y no en las suyas.
● Ser salvadora no convierte a los hijos en hombre fuertes y valientes, tu entrega les asegura tu amor y no sienten necesidad de ganarlo.
● La madre fría o alejada hace que sus hijos busquen constantemente su cariño y aprobación, pero eso no es mérito de la madre sino carencia de los hijos.
¿Cuál sería entonces la justa medida de una mamá?
● Da amor maduro, que busque tu satisfacción de besar y abrazar a tus hijos sin olvidar que también necesitan límites, y un desapego paulatino para ser hombres y mujeres independientes al final de tu labor.
● Haz que tus hijos luchen un poco por lo que desean, porque cuando lo logran, el triunfo será de ellos y no tuyo.
● La adversidad en justa medida es una gran maestra para la vida porque te obliga a actuar. No les evites dolores o tropiezos a tus hijos que ellos mismos sean capaces de superar porque los inhabilitas.
● Celebra tu cumpleaños, pide tu espacio, cuida de tu persona y tus necesidades.
● Los hijos nos quieren menos de lo que nosotros los queremos a ellos y es por eso que hay que enseñarles cómo demostrarnos cariño y gratitud.
● No les cobres factura a tus hijos de lo que haces por ellos porque no te lo han pedido. Tu homenaje verdadero es que ellos ya no te necesiten para sobrevivir.
: ¿POR QUÉ TANTO AMOR VUELVE INGRATOS A LOS HIJOS? (CORTE 10:55)
Julia Borbolla, Psicóloga con 40 años de experiencia, imparte talleres para padres de familia y corporativos, Autora de “Sin dañar a terceros: El niño ante los conflictos de Papá y Mamá”, “Profesión Mamá: Adolescencia, la maestría”, Fundadora de la Clínica Grupo Julia Borbolla Psicología Integral, especializada en niños, niñas y adolescentes
T: 5556516988 y 5580152021 // Web: juliaborbolla.com // TW: @GpJuliaBorbolla // FB: Grupo Julia Borbolla // IG: @grupojuliaborbolla
<<<Martha>>>
● Un estudio en Reino Unido demostró que hasta el 74% de las madres y el 70% de los padres muestran un trato demasiado preferencial hacia sus hijos.
● Una investigación publicada en la revista Developmental Psychology, dice que demasiado amor a los hijos puede fácilmente convertirse en sobreprotección y en consecuencia los niños desarrollan menos probabilidades de controlar bien sus emociones e impulsos.
➔ ¿Cómo nos han inculcado que debe ser el amor de una madre?
● Desde niñas nos programaban para ser madres, nos compraban muñecas y nos hablanban del “sublime” papel de una madre.
● Oficialmente las madres “debemos” ser amorosas, siempre estar con sus hijos y sacrificarnos por ellos.
● Esta consigna ancestral la traemos tatuada en el cerebro y es por eso que pensamos que ser madre es equivalente a ser casi “esclava” de los caprichos, consoladora de berrinches y procuradora de mimos y bienes para los hijos.
● El problema es que nunca nos dijeron la medida adecuada de amor para darles a los hijos y cuando les negamos las cosas o simplemente no queremos apapacharlos, nos sentimos malas y la culpa entra de lleno para hacernos sentir que fallamos en el “encargo”.
➔ Los “reyes de la casa”:
● Los hijos e hijas llegan al mundo sin saber todo esto, pero pronto se dan cuenta de que ellos son los reyes de la casa y que un solo llanto o una carita de tristeza tienen un poder maravilloso para lograr lo que desean.
● Así se van formando estos hijos tiranos y dictadores que toman el poder de nuestra voluntad.
➔ ¿Qué pasa con una madre abnegada?
● La madre abnegada se vuelve invisible para sus hijos y revive al morir, es decir, aquella mujer que dejó los pulmones para sacar adelante a sus hijos, que les dio todo y que se puso siempre en segundo plano no recibe reconocimiento, ni regalos, ni siquiera visitas de sus hijos adultos.
● Por ejemplo, cuando llegan en navidad es para seguir recibiendo de esa madre sus platillos y para ver a sus hermanos.
● Nuevamente esta mamá prepara el gran banquete para recibirlos y refuerza el mensaje de que ellos, sus hijos, son los reyes de la casa.
● Cuando esta mujer muere, la vuelven santa, hablan de ella y de la gran admiración que le tienen, pero ella ya nunca lo escucho.
➔ El contraste: una madre desapegada
● Por el contrario, la madre fría, alejada, que tal vez delegó sus funciones a la nana o a la abuela, es tratada por sus hijos con atenciones y mimos.
● La cuidan, la respetan e inclusive temen disgustarla. Cuando esta madre tiene algún detalle de cariño hacia sus hijos, ellos lo magnifican y lo aprecian como si fuera la gran cosa.
➔ Te tratan como te vendes:
● Muchas mujeres se convierten en madres sin conocer este fenómeno, pero lo descubren tarde y se preguntan el porqué.
● La respuesta es sencilla: Tus hijos te ven como te vendes.
● Si te vendes como su incondicional, ellos asumirán que así eres y no sentirán que deben retribuirte por algo que es tu “obligación”.
● Si no les pides nada a cambio de lo que les das, no aprenderán que deben agradecerlo o “pagarlo”.
● Si les das todo a tus hijos porque tu necesitas sentirte “buena madre”, es fácil que te olvides de hacer “buenos hijos”
● Si no puedes, por ningún motivo verlos sufrir, aunque sea un poquito, ellos entenderán que su felicidad está depositada en tus acciones y no en las suyas.
● Ser salvadora no convierte a los hijos en hombre fuertes y valientes, tu entrega les asegura tu amor y no sienten necesidad de ganarlo.
● La madre fría o alejada hace que sus hijos busquen constantemente su cariño y aprobación, pero eso no es mérito de la madre sino carencia de los hijos.
➔ ¿Cuál sería entonces la justa medida de una mamá?
● Da amor maduro, que busque tu satisfacción de besar y abrazar a tus hijos sin olvidar que también necesitan límites, y un desapego paulatino para ser hombres y mujeres independientes al final de tu labor.
● Haz que tus hijos luchen un poco por lo que desean, porque cuando lo logran, el triunfo será de ellos y no tuyo.
● La adversidad en justa medida es una gran maestra para la vida porque te obliga a actuar. No les evites dolores o tropiezos a tus hijos que ellos mismos sean capaces de superar porque los inhabilitas.
● Celebra tu cumpleaños, pide tu espacio, cuida de tu persona y tus necesidades.
● Los hijos nos quieren menos de lo que nosotros los queremos a ellos y es por eso que hay que enseñarles cómo demostrarnos cariño y gratitud.
● No les cobres factura a tus hijos de lo que haces por ellos porque no te lo han pedido. Tu homenaje verdadero es que ellos ya no te necesiten para sobrevivir.



