A cuatro días del paso del huracán “Otis” por el puerto de Acapulco, continúa el caos y la desesperación de miles de familias en busca de alimentos, agua y medicamentos; en algunos casos para poder subsistir después de que el fenómeno natural destruyó todo a su paso, desde las grandes cadenas comerciales hasta las casas más modestas.
Al momento, solo en algunos casos los afectados han recibido apoyos de víveres, dando prioridad a mujeres embarazadas, niños, y adultos mayores.
Cabe mencionar que lo anterior ha ocasionado que una gran cantidad de habitantes locales de Acapulco se desplacen hacia Chilpancingo para abastecerse de alimentos, gasolina y otros productos de la casta básica.
La situación actual genera compras de pánico en la capital de Guerrero, ante el temor de un posible desbasto.
Continúa el desabasto de gasolina y el pánico de la gente de quedarse sin combustible provoca la compra incluso en garrafones
— W Radio México (@WRADIOMexico) October 28, 2023
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Con la apertura de carriles en la vialidad entre Chilpancingo y Acapulco, se incrementó de manera considerable la afluencia de vehículos originarios de la Ciudad de México y otras entidades; las personas acuden a buscar a sus familiares para llevarles alimentos o trasladarlos a otros lugares más seguros.
En Chilpancingo, hay largas filas para cargar combustible, que van desde los 20 minutos hasta tres horas, mientras que en Acapulco no hay abasto de combustible.
Muchos conductores llevan bidones en las cajuelas, con el fin de evitar dar más vueltas y ahorrarse el tiempo de las filas.