BB Mundo: las 5 “R” de los propósitos de año nuevo para tus hijos
Cinco “Rs” que tus hijos deben aprender y practicar por lo menos una vez cada 365 días.
Ciudad de México
En entrevista con"Martha Debayle en W", Julia Borbolla, Psicóloga con 40 años de experiencia, imparte talleres para padres de familia y corporativos, Autora de “Sin dañar a terceros: El niño ante los conflictos de Papá y Mamá”, “Profesión Mamá: Adolescencia, la maestría”, Fundadora de la Clínica Grupo Julia Borbolla Psicología Integral, especializada en niños, niñas y adolescentes. T: 5556516988 y 5580152021 // Web: juliaborbolla.com // TW: @GpJuliaBorbolla // FB: Grupo Julia Borbolla
➔ Las 5 “R”s:
1) Reflexión:
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Los niños y jóvenes que acostumbran hacer propósitos para el año que empieza, necesariamente tienen que reflexionar sobre el pasado y esa es ya una gran utilidad.
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Pueden empezar por hacerse estas preguntas: ¿Qué me faltó? ¿Qué debo comenzar? ¿Qué terminaré? ¿Qué hice bien? ¿En qué fallé?
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Este tipo de pensamientos y reflexiones son de gran aporte para su madurez emocional.
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La reflexión les permite “retapizar” su vida, “escombrar” en las rutinas y “ordenar” las cosas por su importancia en vez de hacerlo por su urgencia.
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No reflexiones por ellos, este es un ejercicio personal que les costará trabajo pero debes tener paciencia para que salgan las palabras desde su cabeza y no la tuya.
2) Reflejo:
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¿A qué se refieren los propósitos este año? El tema tendrá mucho que ver con los aspectos que aún tenemos en conflicto, con los asuntos que no han logrado superar o bien con sus verdaderos intereses o carencias.
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El tipo de propósito, se cumpla o no, refleja a dónde dirigen ellos su atención, en qué están pensando la mayoría del tiempo, o bien, en qué estamos insistiendo las mamás al grado de que nos quieran dar por nuestro lado, aunque no lo sientan de verdad.
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Ejemplos: “Este año seré de la selección de fútbol de mi escuela” “Este semestre mejoraré las calificaciones”
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Son algunos de los propósitos más comunes; sin embargo, no refleja lo mismo en un niño de 7 años con problemas de motricidad que en otro de 10 años que ha logrado medallas en otros deportes.
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Pregúntales a tus hijos cuáles son sus propósitos de año nuevo y conocerás lo que ha ocupado su mente durante todo el año anterior, aún sin que lo hayan comentado nunca.
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Estos temas pueden ser: Su aspecto físico, sus carencias o fortalezas, su salud, sus relaciones con los demás, su autoestima etc.
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El primer propósito en el que piensen es el más revelador ¿Te acuerdas cual fue?
3) Referencia de sí mismo:
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Hay propósitos a “evitar” y hay propósitos de “lograr”. Esto habla del concepto que cada niño tiene de su propia persona y del concepto que les hemos transmitido sobre sí mismos. Ejemplo:
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Eres chaparro, o necesitas engordar, o tus primos sacan mejores calificaciones que tú, etc.
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Sus propósitos los definen como seres en “construcción”, en “reparación” o en “crecimiento”.
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No importa si los cumplen o no, el simple hecho de plantearlos de esta manera ya nos habla de lo que sienten y piensan sobre su propia vida, de cómo se refieren a ellos los demás.
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Generalmente, el niño que quiere “dejar de hacer algo que antes hacía” se define a sí mismo como un ser en “reparación” y si no cumple su propósito simplemente reafirma el concepto que tiene de estar “descompuesto”.
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El niño cuyo propósito de año nuevo es, lograr algo que antes no tenía es un ser “en construcción” que no tiene completado su proyecto de vida, sea cual sea su edad y su salud.
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El simple hecho de mirarse de esa forma, favorece que la cumpla corroborando su idea de ser alguien “en proceso”.
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Hay otros más cuyo propósito es subir un escalón más en algún aspecto de su vida y ese se definiría como un ser en “crecimiento” cuyo espíritu ascendente generalmente lo lleva a cumplirlo.
4) Realización:
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Se refiere a aquellas cosas o situaciones que nos hacen sentir plenos, útiles, “realizados”
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Los propósitos de año nuevo, al estar rodeados de fiestas y vacaciones y reuniones familiares, toman un tinte idealista, romántico y aspiracional.
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Es importante que los niños y jóvenes se hagan esta pregunta: ¿Qué me haría sentirme feliz, contento conmigo mismo o satisfecho? Tal vez lo que escuches no te guste pero no lo censures, permite que se expresen y a partir de eso puedes ir educando positivamente.
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El que no aspira a nada no encuentra motivos para subir y un propósito ambicioso puede ser un gran motor para el resto del año.
5) Realidad:
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Los propósitos de año nuevo nos hablan de la realidad en la que nos encontramos al finalizar el año, pues si hemos vivido una pandemia, esa realidad nos lleva a proponernos más salud o si hemos vivido dificultades económicas en casa tal vez los niños se muestren muy ambiciosos en sus deseos.
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La realidad del año anterior, modifica mucho lo que le pedimos al año que empieza y muchas veces nos sorprendemos con lo que un evento puede cambiar el rumbo de lo que un niño desea.
➔ ¿Cómo empezar a plantear propósitos con tu hijo?
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Haz el ejercicio en familia de escribir cada uno, por lo menos 3 propósitos de año nuevo.
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Pide que uno sea de algo material, otro de algo que cambie en ellos y el último de algo para mejorar en familia o en el colegio, en el club, etc.
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Insiste en practicar las 5 “R” a lo largo del año.
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¡No insistas!: Además de reportes frecuentes de su progreso, hazle preguntas y recuérdale lo importante pero de forma que tu hijo lo acepte.
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Comparte sus experiencias: Se honesto con lo que funcionó y lo que no con sus propósitos para el nuevo año.
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Motívalo: Deja que tu hijo se esfuerce en lograr su propósito. Si no le alcanza puedes ayudar a que su esfuerzo sea motivador y no paralizante. Discutan sobre cómo y por qué el plan se desvió del rumbo y cómo podría hacerlo diferente la próxima vez.
➔ Ejemplos de propósitos de año nuevo por edades:
a) 3 a 6 años:
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Me esforzaré por recoger mis juguetes y los pondré en el lugar que les corresponde.
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Me lavaré las manos después de ir al baño y antes de comer.
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Trataré de probar nuevos alimentos cuando pueda, especialmente las verduras de diferentes colores.
b) 6 a 12 años:
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Trataré de ser amable con los niños que necesiten amigos o que se le dificulta hacer amigos.
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Trataré de hablar con uno de mis padres o un adulto de confianza cuando tenga un problema o me sienta preocupado o estresado.
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No pelear con mis hermanos.
c) Adolescentes de 13 años en adelante:
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Cuando me sienta enojado o estresado, me tomaré un descanso y buscaré otras formas que me ayuden a afrontar el estrés.
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Estar atento al bullying y contarle a un adulto si presencia un acto irrespetuoso.
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Pasar tiempo con mi familia.