El Estado, pasivo y “El Chueco” en impunidad: Héctor Fernando Martínez
Recrudece la violencia en Chihuahua, con dos horas de balazos en Guachochi, y tres muertos, señala el Vicario de la Diócesis Tarahumara
Chihuahua
Guachochil, la única ciudad de la Sierra Tarahumara vivió dos horas completas de balazos, la zozobra continúa a cuatro meses del asesinato de los sacerdotes jesuitas, señala el vicario Diócesis Tarahumara, Héctor Fernando Martínez.
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En el espacio de "Así las Cosas" con Gabriela Warkentin y Javier Risco, el vicario reconoció que, a cuatro meses del asesinato de los sacerdotes, Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, el acoso a la sociedad y a los religiosos pudo haberse evitado, pues afirmó “nos sorprendió que se tuviera tanta información de “El Chueco, sólo para tener una actitud pasiva”.
El vicario confirma que algunas personas en la comunidad de la Sierra Tarahumara, se referían este hombre como policía comunitario, quien “imponía su orden dentro del desorden establecido”. La gente en la comunidad habla de que lo han visto, señala, “pero ya no sabes si es psicosis”.
En tanto, afirma, “no hay interés del Estado”, “la presencia militar es prácticamente simbólica”, por lo que recuerda a las autoridades que “el miedo es olvido”.
El vicario Martínez lamentó la situación que vivieron ayer religiosas de Guachochi, en donde “tres muertes rebasan la realidad” y pese a ser una ciudad, al igual que en la Sierra prevalece la invisibilidad de los grupos indígenas, concluyó.