Mucha sangre jesuita ha corrido por la Sierra Tarahumara: Subdirector ENAH
"Estamos viendo el secuestro de comunidades y juventudes indígenas por un narcotráfico que no se va a detener con abrazos"
La Sierra Tarahumara está en un enclave geográfico bien complejo, muy cerca del triángulo dorado con una presencia del narcotráfico abrumadora
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://wradio.com.mx/embed/audio/557/111RD010000000125520/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
México
Crimen organizado copta a funcionarios de diversos niveles y obliga a familias rarámuris a ser esclavos de sus plantíos, advirterte el subdirector de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Carlos Arturo Hernández Dávila, quien afirma que “los sacerdotes asesinados ayer no son los primeros mártires, mucha sangre jesuita ha corrido por la Sierra Tarahumara”.
Más información
El académico recordó en entrevista para "Así las Cosas" con Gabriela Warkentin y Javier Risco que la presencia centenaria de los Jesuitas en Chihuahua ayudó a transformar de manera radical la vida social en la Sierra Tarahumara, no solo en lo pastoral sino en lo social y político.
El trabajo de derechos humanos y de compromiso social, salud y fe, han sido acompañantes de los rarámuris en las buenas y en las malas y que los sacerdotes asesinados ayer no son los primeros mártires, mucha sangre jesuita ha corrido por la Tarahumara.
La Sierra dijo, está en un enclave cercano al llamado triángulo dorado en donde la presencia del Cártel de Sinaloa, el saqueo de las maderas y la penetración de la siembra de marihuana han sido documentados.
Los grupos criminales dijo han hecho de los rarámuris sicarios y halcones, “estamos viendo el secuestro de las comunidades y de las juventudes indígenas por un narcotráfico que no se va a detener con abrazos y balazos que necesita otro tipo de estrategia”.
Señaló que los albergues para migrantes en Chihuahua se han convertido en refugio para las familias rarámuris por la violencia sistemática que prevalece en sus comunidades.
Ante tal situación afirma que el asesinato de estos dos jesuitas es un llamado de atención bastante grave, en una región que no solo es turística y en la que han matado de manera continua a periodistas, investigadores, y gente del pueblo, lamentó.