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  • 29 MAR 2024, Actualizado 09:36

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. ¿Tu forma de amar es asfixiante?

Hay personas con mucho amor para dar y gran necesidad de demostrarlo al ser amado. ¿Pero qué pasa si esa forma de amar resulta demasiado para el otro

¿Tu forma de amar es asfixiante?

¿Tu forma de amar es asfixiante? / Getty Images

Ciudad de México

Mario Guerra, tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.

Hay personas con mucho amor para dar y gran necesidad de demostrarlo al ser amado. ¿Pero qué pasa si esa forma de amar resulta demasiado para el otro y, lejos de comunicar amor, produce incluso un alto índice de estrés y ansiedad en algunas personas. ¿Por qué?

El amor no debería ser asfixiante ¿o sí?

No, y en realidad el amor, como tal, no lo es.

De hecho, y de acuerdo con la teoría del intercambio afectivo,

El afecto es una de las necesidades humanas más fundamentales.

Las expresiones afectivas son muy importantes para el bienestar y la formación de relaciones entre las personas.

Expresar amor es fundamental para que se forme y perdure una relación romántica.

Los actos de amor contribuyen a la supervivencia y la reproducción de la especie, fomentando la vinculación.

El afecto también beneficia a la salud, disminuye la presión arterial, aumenta la oxitocina, reduce el cortisol y mejora el funcionamiento inmunológico.

¿De qué depende entonces que el amor pueda resultar asfixiante para algunos?

De que tu forma y necesidad de dar afecto corresponda con la forma y necesidad que tenga la otra persona de recibirlo.

De la mayoría de las personas en general.

Si pensamos en los lenguajes del amor, hay personas que entienden y expresan el amor de distintas formas:

Palabras afectuosas, tiempo de calidad, regalos y detalles, actos de servicio y contacto físico.

Más allá de los lenguajes recordemos que un rasgo de personalidad, puede hacer que una persona esté más inclinada hacia la introversión y otros hacia la extroversión.

En general la persona introvertida suele ser más sensible y estimularse con gran facilidad, por lo que intensas demostraciones de afecto le pueden abrumar.

Las personas extrovertidas necesitan de más estimulación, por lo cual podrían recibir de mejor manera las expresiones amorosas de su pareja por intensas que sean.

De ti en lo particular.

Aquí la cosa ya se descompone (al menos para ti).

Es posible que aquella persona no te odie, incluso puede que te tenga cariño, aprecio o hasta alguna forma de amor, pero si lo que siente por ti no es de la misma naturaleza y forma de lo que tú le quieres dar, es posible que tu forma de amar no sólo no comunique el amor, sino que resulte un tanto agobiante para el otro.

Digámoslo así: sin duda el amor que tú das debe ser bueno, pero es probable que a la otra persona tu amor, o mejor dicho tu forma de amar, no le haga bien.

¿Cuáles son las demostraciones de afecto no deseado que pueden causar más conflicto?

Hápticos: Contacto físico de cualquier forma. ( o sea no me toques).

Proxémica: Alguien parado demasiado cerca o mirando fijamente. (Hazte para allá).

Cronémica: Cuando una persona quiere todo el tiempo contigo (Dame espacio).

Adicionalmente, hay otros comportamientos:

Contacto frecuente:

Como cuando una persona te manda demasiados mensajes de texto.

Expresiones prematuras o descontextualizadas de amor.

Como cuando te dicen “te amo” a la semana o son muy cariñosos cuando tú no has demostrado o ya no demuestras lo mismo.

Intención romántica:

Interés romántico excesivo o persistente cuando los sentimientos no son o ya no son mutuos.

Yo creo que todo esto es una exageración porque, por más que a alguien no le guste, las demostraciones de amor no pueden hacer daño alguno.

Esto no es del todo cierto.

Un estudio realizado por la Dra. Lisa Van Raalte y cols., que fue publicado en la Revista de Relaciones Sociales y Personales en el 2021, afirma que:

Aunque dar y recibir afecto es beneficioso, los beneficios a menudo dependen de quién proporciona el afecto y en qué contexto.

Algunas expresiones afectivas pueden incluso reducir el bienestar.

El afecto no deseado se relaciona con mayores índices de estrés y ansiedad.

También tienen otros hallazgos muy interesantes:

La ansiedad y el estrés eran peores cuando se experimentaba afecto no deseado de personas conocidas que de extraños.

El afecto no deseado de una ex pareja romántica se vinculó con la mayor negatividad de eventos de estrés y ansiedad.

¿Pero por qué las demostraciones de afecto no deseado producen estrés y ansiedad?

El estudio sugiere que es probable que las personas:

Experimenten el afecto no deseado como un intento de manipulación.

Sienten la obligación de corresponder el afecto (a pesar de no querer hacerlo).

Experimenta confusión sobre la naturaleza de la relación.

Hay una invasión a la privacidad y poco respeto por los deseos propios.

Incluso surge el temor de que la persona nunca se detenga.

“Bueno, pues si mi amor le asfixia o le agobia, pues que me lo diga y ya me retiro”.

Tienes razón al plantear esto, pero no siempre resulta tan sencillo.

La otra persona realmente puede que no tenga un motivo para rechazarte, por eso no lo hace abiertamente, pero tampoco recibe muy bien el tipo o intensidad de amor que tú le quieres dar.

Eso en sí no es malo, la cuestión real es si esa respuesta del otro a ti te hace bien.

Y por cierto, esto que dices puede no ser del todo cierto, porque de alguna manera ya te diste cuenta que la otra persona trae freno de mano y tú aún así decides empujar las cosas para que sean como tu quieres.

¿Cómo sé si el amor que doy no es bienvenido?

Si no hay un rechazo abierto, cuesta a veces identificar esto con claridad.

Pero si somos un poco observadores, y no estamos cegados por nuestra propia necesidad de amar, la que puede ser un tanto egoísta, porque se piensa en lo que uno quiere sin importar mucho lo que el otro quiera, nos daremos cuenta que:

Nosotros somos los que buscamos a la persona y la persona nunca, o casi nunca, nos busca a nosotros.

No rechaza nuestro contacto e incluso es amable y hasta afectuoso, pero no suele iniciar el contacto.

Nuestras expresiones de afecto son mucho más abundantes hacia el otro que lo que el otro nos ofrece en sus respuestas.

Pero recuerda, el que no sea bienvenido no significa que la otra persona te rechace o te odie, simplemente trata de mantener la relación en donde está y no más allá.

¿Pero no es doloroso que la persona a la que uno ama no nos ame igual?

Sin duda, pero este dolor que sientes está más condicionado con la idea de que, porque tú amas, la otra persona debería amarte en reciprocidad de la misma manera.

Una vez más es posible que la ansiedad, o hasta el egoísmo, te estén jugando en contra y por eso sufres de más esta barrera emocional.

¿Y entonces qué hacer?

No se trata de que ya no ames o des amor, pero esto deberás hacerlo con personas a las que no les produzca un efecto negativo tu amor o forma de amar.

También en quienes no veas claramente la respuesta deseada y solo veas ciertas señales que haces grandes en tu cabeza.

Si tú eres quien recibe el afecto no deseado, no hagas como que no pasa nada o no juegues a ser cariñoso para no lastimar los sentimientos de la otra persona (de todos modos no le va a gustar cuando te vayas y ya sabes que de todos modos no te vas a quedar. Busca la mayor claridad posible.

Una persona que tiene gran necesidad de amar, o con gran ansiedad por hacerlo, puede pensar que tú también quieres lo mismo, especialmente si no eres claro en los límites que quieres tener entre Ustedes.

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