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  • 25 ABR 2024, Actualizado 19:58

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. Tener apego ansioso y no quedarse sólo en el intento

Les vamos a decir qué onda con uno de los apegos más destructivos para el amor, el apego ansioso

Tener apego ansioso y no quedarse sólo en el intento

Tener apego ansioso y no quedarse sólo en el intento

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Mexico City

Mario Guerra, tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta. 

Mucho se ha hablado ya en distintos foros acerca de los estilos de apego y su relevancia para la satisfacción en nuestra forma de relacionarnos, pero no siempre nos detenemos en realidad a tratar de comprenderlos y ver de qué manera aplican para nuestra vida en la actualidad. Incluso a veces hay quien habla de ellos como una condena con la que nada puede hacerse, cuando en realidad conocerlos nos permite identificarlos y actuar para modificar lo que lastima. Hablemos esta vez acerca del apego ansioso, que es de los estilos más destructivos para el amor, y veamos qué podemos hacer para que, a pesar de ser nuestro estilo dominante, podamos mirar al amor como algo que se puede disfrutar en vez de sufrir.

¿Qué es el apego?

Es la forma en que aprendemos a relacionarnos afectivamente con los demás.

Este aprendizaje comienza en la infancia (con el apego hacia nuestras figuras parentales) y se va matizando por las experiencias personales a lo largo de la vida.

Podemos decir que de alguna manera determina cómo la gente piensa, siente y se comporta en las relaciones interpersonales.

Digamos que la forma en que las figuras primarias de apego (generalmente los padres) se relacionan es como una persona, va a condicionar o al menos a influir mucho en como esa persona se relacione en el futuro con los demás.

¿Cuándo es un problema?

Cuando el estilo de apego no es seguro, puede causar problemas al momento de relacionarnos.

Por ejemplo, si en la infancia aprendimos que el amor duele, que lo que amamos es frágil e inestable o que existe una amenaza de abandono, es muy probable que a lo largo de la vida, si no hacemos nada, vivamos en un constante estado de alarma, ya sea de ser lastimados o de ser abandonados.

¿Qués son los estilos de apego?

Es una clasificación de distintas estrategias que las personas desarrollan para tratar de mantenerse vinculadas a lo que aman, aunque no todos los estilos son efectivos y algunos de ellos provocan justo lo que quieren evitar. Encontramos 3 estilos y un cuarto es que es una combinación.

El apego ansioso duda del amor.

El apego evitativo teme al amor.

El apego ambivalente (ansioso/evitativo) sufre con el amor.

El apego seguro, simplemente ama y se deja amar.

Por definición digamos que este es el único sano de los 4

¿En qué consiste el apego ansioso?

Como lamentablemente el estilo de apego ansioso es muy común, vamos a enfocarnos hoy en hablar específicamente de él y sus efectos en la vida de relación de las personas.

El apego ansioso, como he dicho, duda del amor y vive en un constante estado de nerviosismo acerca de sus relaciones.

Son personas que en la infancia recibieron amor y cuidado de manera inestable o impredecible.

Generalmente tienen una visión positiva de sus pares, pero una visión negativa de sí mismos. Sus relaciones románticas han sido demasiado idealizadas y dependen demasiado de ellas para su propia autoestima.

Una persona con apego ansioso:

Le cuesta mucho estar solo o sin pareja.

Y si sucede se siente mal o como alguien defectuoso y, por lo tanto, indeseable.

Busca y encuentra “señales” de que todo vínculo importante está en riesgo.

Que se enojen, que aburra, que lo desprecien, que no sea valioso y que, por lo tanto, lo dejen de querer y lo abandonen.

Necesita recibir constantes señales de reafirmación amorosa y afecto por parte de sus parejas.

Le cuesta mucho trabajo confiar.

Cualquier ausencia de señal positiva es interpretada como la aparición de una señal negativa.

Por ejemplo, si un día no se recibe el acostumbrado mensaje de buenos días, lejos de darle una interpretación neutra, como que se le pudo haber pasado o ya lo iba a hacer, las alarmas se encienden y es interpretado como que ya la otra persona le ha dejado de querer de la noche a la mañana.

Son muy demandantes y persecutores.

Su necesidad y ansiedad es tan grande que casi obligan a la otra persona a que constantemente les provea de estas señales.

Es como si no importara que realmente me quisieras, sino lo que importa es que me digas que me quieres.

Al final da un poco lo mismo, porque de todos modos se duda del amor y su autenticidad.

Pero a la vez suelen ser muy complacientes y permisivos.

Se enfrascan en relaciones abusivas y les cuesta poner límites porque temen que si lo hacen, estarán dando motivos para que los dejen.

Son celosos y temerosos, principalmente del tipo territorial.

El celoso posesivo cree que una pareja es de su propiedad desde una perspectiva narcisista.

Como un objeto que en realidad no se ama, pero que se tiene y que nadie más puede o debe tener.

Pero el territorial teme que su pareja se “fugue” o que alguien “invada” su territorio y por lo tanto lo que ama sea puesto en riesgo por la fuga o la invasión.

En resumen:

Si constantemente te preocupas por el amor de tus parejas, sientes que no te quieren tanto como tú a ellas, quieres verlas las 24 horas, los 7 días de la semana y necesitas que te tranquilicen constantemente, entonces muy probablemente tu estilo de apego sea ansioso.

¿Por qué es perjudicial para las relaciones?

Eligen mal.

Es muy curioso como un ansioso (que persigue) tiende a relacionarse con un evitativo (que huye). Esto empeora el estado de ambos.

¿Por qué pasa eso?

Las personas de tipo evitativo son tan buenos para cerrarse y alejar a las personas sanas, que sólo los ansiosos están dispuestos a quedarse y hacer un esfuerzo adicional para que se abran. La escapada del otro incrementa su ansiedad y su necesidad de buscar proximidad.

Las personas de apego seguro, ya sea que sientan la evitación o la persecución incansable de un ansioso, acaban por poner tierra de por medio antes que invertirle a una causa perdida.

Cansan

Con sus demandas, exigencias, lamentos y cantaletas.

Te pueden hacer 24 llamadas en una hora y decirte que juraban que te había pasado algo y que por eso no respondias.

La realidad es que su ansiedad les pedía llamar para tranquilizarse; en el fondo no pensaban en ti.

Frustran

No importa cuántas pruebas de tu amor y estabilidad les des. Nunca serán suficientes en cantidad o frecuencia porque la ansiedad siempre va a pedir 1 más de lo que sea.

Aniquilan al amor

Si el amor es confianza y alegría, no puedo encontrar nada más opuesto a eso que la desconfianza y el miedo.

¿El estilo de apego es permanente y estable durante toda la vida?

Aunque tiende a serlo, realmente no lo es, ni son un todo o nada.

Todos tenemos tendencias de más de un estilo, dependiendo de la situación y contexto, aunque todos tenemos un estilo dominante.

Por ejemplo, los “seguros” pueden mostrar algunos comportamientos evitativos o ansiosos y los tipos “ansiosos” a veces exhibirán comportamientos seguros, etc.

Nuestro estilo dominante podría empeorar o mejorar, depende de lo que hagamos con él.

¿Qué hacer si identifico que mi estilo es ansioso?

Lo ideal sería buscar ayuda; ya sea desde una propuesta personal o grupal.

Aunque mientras tanto, siempre hay posibilidades que pueden ser de ayuda, como por ejemplo:

Busca rodearte de personas de apego seguro (son las que no te evitan) para conocerlas y modelar sus estrategias de relación.

Trabaja sobre tu autoestima. recuerda que la ansiedad te hace ver a los demás normales pero tú te sueles ver como alguien abandonable.

Empieza por establecer ciertos límites para ti.

Evita en lo posible hacer lo que la ansiedad te dice, como estar buscando contacto a toda hora y en todo momento sin dejar respirar al otro.

Reconoce y respeta tus necesidades y tu identidad.

Si por complacer al otro te empiezas a comportar como si no fueras tú, ni tú te sientes a gusto ni vas a complacer al otro.

Tienes que ser más responsable de ti mismo.

Nunca te quedes en una relación donde alguien esté totalmente disponible para ti, a la vez que preserva para sí espacios de privacidad.

Por ejemplo, alguien adicto al trabajo; alguien quien para sus hijos sean una absoluta e ineludible prioridad a cada momento o que defienda su soledad e independencia como su tesoro más grande, pueden no ser muy buenos candidatos para ti aunque parezcan muy trabajadores, excelentes padres y altamente independientes.

Para saber más:

Ainsworth, M. S., & Bowlby, J. (1991). An ethological approach to personality development. American Psychologist, 46(4), 333.

Davila, J., Burge, D., & Hammen, C. (1997). Why does attachment style change? Journal of Personality and Social Psychology, 73(4), 826–838.

Kirkpatrick, L. A., & Davis, K. E. (1994). Attachment style, gender, and relationship stability: A longitudinal analysis. Journal of Personality and Social Psychology, 66(3), 502–512.

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