Descubre a los padres e hijos destacados en la historia de México
Los heroés de nuestra patria también tuvieron que lidiar con adolescentes
Descubre a los padres e hijos destacados en la historia de México
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México.- Este martes con Martha Debayle y Rebeca Mangas el historiador Alejandro Rosas nos habló de las relaciones paternales entre algunos personajes históricos y sus hijos, aquí te dejamos la lista. ¿Te imaginas a Porfirio Díaz o Juárez como papás?Ignacio Allende y su hijo Indalecio. Poca gente sabe que Allende tuvo un hijo que se unió a él en la Independencia. Y el día que fueron traicionados, en Acatita de Baján, 21 de marzo de 1811, Indalecio intentó oponerse a la aprehensión pero fue baleado y murió en brazos de su padre. Morelos y su hijo Juan Nepomuceno Almonte. Juan era hijo ilegítimo, pues Morelos siendo sacerdote no debía tener hijos. La madre se llamó Brígida Almonte. Y es el primer "orgullo de mi nepotismo" de la historia. Durante el sitio de Cuautla, Morelos le otorgó el grado de general, y apenas tenía 12 años. Seguramente, Morelos habría desconocido a su hijo de haber sobrevivido: Almonte fue uno de los personajes que trajo a Maximiliano. Vicente Guerrero y su padre Pedro. ¿La familia o la patria? En 1819, Don Pedro Guerrero suplicó a su hijo Vicente aceptar el indulto del virrey y renunciar a las armas. Nada conmovió al general insurgente, ni siquiera el ver a su padre arrodillado y con lágrimas en los ojos. Su respuesta fue contundente: “Compañeros, este anciano es mi padre; viene a ofrecerme el perdón de los españoles. Yo siempre lo he respetado, pero mi patria es primero”
Maximiliano y su hijo adoptado. Tuvo paperas, y al parecer las paperas mal cuidadas provocan esterilidad. No pudo tener hijos con Carlota, pero en una ocurrencia y sin decirle a Carlota que era medio neuras, en agosto de 1864, decidió adoptar a un niño otomí, recién nacido, a quien bautizó con el nombre de Fernando Maximiliano Carlos María José, con esa adopción lo convertía en príncipe imperial, pero para fortuna de Max, murió a los dos días. Juárez y sus hijos Pepe y Toño. Tuvo con Margarita12 hijos. Juárez adoraba a sus hijos, se preocupaba por ellos, pero en realidad influía poco en su educación. Escribió para ellos Apuntes para mis hijos. Mientras Juárez peleaba contra el imperio, Margarita se fue a Nueva York con la familia, para estar a salvo, pero allá, murieron dos de sus hijos, debido al frío y a la pobreza en la que vivían. Pepe y toño. Margarita se echaba la culpa, tenía muchos remordimientos, le escribía: “Yo no quisiera presentarme delante de ti sin ellos, porque me debes aborrecer y con razón, pero es tanto lo que sufro que soy digna de lástima…’ Fue necesaria la actitud enérgica de Juárez para que la aflicción cesara y Margarita reencontrará la paz que sólo las palabras de su amado le podían dar: ‘…celebro mucho que sigas sin novedad aunque con tus aprensiones de que tuviste la culpa de la muerte de nuestros hijos. Déjate de tonterías y no estés calentándote la cabeza con falsas suposiciones. Diviértete y procura distraerte’
Juan de Dios Peza. Quizás fue uno de los primeros "padre y madre" de la historia. Este poeta de finales del siglo XIX, solía escribir poesía sensual, dedicada a la mujer. Pero resulta que un buen día la esposa se largó de la casa y le dejó a los hijos. Imaginemos el escándalo entonces, pleno porfiriato, que un hombre dejara a una mujer, bueno, pero al revés era humillante. El punto es que Juan de Dios Peza se entregó a ser la mamá de sus hijos, los cuidó, los pastoreó y los hizo gentes de bien y de hecho cambió el tema de su poesía, a partir de entonces se le conoció el Poeta de la Patria y el hogar. Porfirio Díaz y su hija Amada. Ella es producto de una relación que tuvo el general con una soldadera llamda Rafaela Quiñones, nació en 1867. Díaz supo del nacimiento de su hija pero no hizo nada, la dejó con su mamá varios años, y cuando ya fue presidente en 1876, decidió llevarla a vivir con él, y con los dos hijos que ya tenía Porfirio con Delfina, su esposa, la cual se tuvo que cuadrar. Amada fue la más amada de los hijos de Díaz. Pascual Orozco padre, Pascual Orozco hijo y Zapata. Es un caso trágico, Orozco era el gran héroe de la revolución contra Díaz, pero luego se enemistó con Madero. Cuando este fue aseinado, Orozco se unió a Huerta. Y a ambos se les hizo fácil enviar al padre de Orozco a ofrecerle a Zapata que se uniera el régimen de Huerta. Zapata lo recibió, y al conocer cuáles eran las intenciones de Pascual Orozco, ordenó que lo fusilaran y se lo regresó a su hijo en un ataúd y con un balazo entre ceja y oreja. Plutarco Elías Calles y Rodolfo. Su relación es un cuanto extraña, pues de acuerdo a las minutas de sesiones espiritistas, Calles se aparecía en sesión a su hijo para decirle lo que veía en en el más allá. La muerte le sentó bien. Desde los planos del espíritu, a un mes de su fallecimiento, se presentó como un ser sensible; la dureza de sus palabras se había dulcificado; se manifestaba apacible, sereno, ecuánime; su severdidad ya era parte de su historia terrenal que no cabía en el más allá
«Mi vida en estos momentos se concreta a conocer los diferentes planos del espíritu —le dictó el “espíritu” de Plutarco Elías Calles a un médium en sesión espiritista el 22 de noviembre de 1945—, y me es permitido visitarlos todos… Somos felices, no sentimos cansancio ni enfado[…] Esa sensibilidad nos lleva a la luz de la visibilidad»
El espíritu de Calles hablaba con minucia de la otra vida; se reencontró con viejas amistades, con antiguos rivales como Carranza o incluso con sus compañeros de andanzas, como Obregón, con quienes había terminado distanciado; nombres, lugares, circunstancias, pero solo una mínima mención a quien había sido la compañera parte de su vida: Natalia Chacón
«Tu mamá no ha podido salir completamente de su sueño —le expresó a su hijo Rodolfo— y siente deseos de continuar así. Iremos poco a poco estimulándola de energías y optimismo»
Plutarco Elías Calles demostró, desde el más allá, que si bien era un cliché, el amor no traspasa la muerte, aunque lo cierto es que tampoco en vida fue un esposo amoroso, tierno o cariñoso; no parecía ser un padre de familia sino un maestro cuyas prioridades eran el orden y la disciplina. Parco, severo, reservado, así era descrito Calles, pero en su juventud, los labios de una mujer le arrancaron más de un suspiro y quizás hasta una sonrisa.