El Taquito, restaurante taurino que lo mismo sirve a nobles que a plebeyos
Con poco más de un siglo de vida la especialidad de la casa es el trato al cliente.
Con poco màs de un siglo de tradiciòn gastronòmica el restaurante taurino "El Taquito" enclavado en el corazòn del Centro Històrico ha hecho las delicias de sus comensales a lo largo de este tiempo pero su especialidad no son las chalupitas, las costillitas de puerco, los pambazos o quesadillas, que sirven como entrada, tampoco la sopa de nopales y la exquisita sopa de medula sino la atenciòn personalizada de sus propietarios pues lo mismo han servido a nobles que a plebeyos nos cuenta don Marcos Guilèn uno de los copropietarios del lugar.
"Por ejemplo a mí me tocó la oportunidad de servirle al Príncipe Carlos a mí me mandaron a ese banquete, para que él probara un bocadillo era muy difícil...aqqí venía mucho a comer Cantinflas, Pedor Infante, Dolores del Río, aquí servimos la boda de María Félix con Jorge Negrete", dice orgulloso Marcos Guillén.
El Taquito, que nació como una recaudería donde además se vendían carnitas, es un lugar que ha conservado el estilo y la decoración que le dio don Rafael Guillén, aficionado a la tauromaquia, quien entabló amistad con los grandes toreros de la época, como Rodolfo Gaona, Armillita, Luis Procuna y Carlos Arruza, entre otros, por lo que comenzó a decorar su establecimiento con cabezas disecadas de toros, carteles, fotografías y trajes de torero. Con el tiempo la clientela fue creciendo y se fueron instalando los comensales en los distintos salones.
Fue en 1923 que se cambia de la calle de Bolivia, donde nació como recaudería a la calle de El Carmen donde empezó la tradición por la cercanía con dependencias de gobierno qué había en los alrededores, algunas todavía.
Saborearon en "El Taquito" los exquisitos platillos típicos y los antojitos mexicanos los grandes actores y actrices de la época de oro del cine nacional Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix, Cantinflas, Tintan y Pedro Armendáriz de la pléyade de artistas cuyas fotografías dan cuenta de su gusto por convivir en este restaurante.
También figuran las fotografías y atuendos de los toreros Manolete, Pepe Luis Vázquez, Rafael Gómez Ortega, Joselito; Juan Belmonte y José Tomás, así como el actor y torero Alfredo Leal quien fuera esposo de Lola Beltrán, "Lola La Grande" entre otros. En las paredes no sólo se aprecian las fotografías de grandes corridas de toros, sino también trajes de luces y otros motivos taurinos, que mantienen vigente la decoración de El Taquito.
Las chalupas, las costillas de puerco, pambazos y quesadillas siguen siendo los antojitos que se sirven de entrada y le siguen la sopa de médula, el caldo tlalpeño, el mole poblano y las criadillas de toro al mojo de ajo, que fueron la delicia de artistas de talla internacional como el México-estadounidense Anthony Quinn, quien estuvo de visita en este lugar con el legendario Jhonny Weismuller, quien personificó a Tarzán en los años cincuenta del siglo pasado y que vivió en su residencia de Acapulco hasta su muerte, en 1984 pero una de las joyas de su vasta galería fotográfica y reina de sus recuerdos es la visita de la rubia Marilyn Monroe.
"La anécdota es así, cuando estaba el regente Ernesto P. Uruchurto el pidió a mi papá (don Rafael Guillén) atención especial para una persona que iba a llegar a comer a el taquito por favor lúcete, le pidió a lo que él preguntó ¿quién es licendiado? Ahorita te vas a enterar le contestó Uruchurto y a los 10 minutos subió un chamaco diciéndoles don Rafa, don Rafa ahí viene Marilyn Monroe, y llegó acompañada de Emiliio "El Indio Fernández" cuenta emocionado don Marcos Guillén-
Sopa de nopales y de médula, las pioneras, fueron las preferidas de los presidentes posteriores a la Revolución hasta Ernesto Zedillo y periodistas como Jacobo Zabludowsky, quien transmitió en varias ocasiones su noticiero "24 horas" desde las instalaciones de El Taquito, donde permanecen las fotografías de boxeadores como Mantequilla Nápoles, Julio César Chávez, La Chiquita González, José Medel, Rubén Olivares y Vicente Saldívar.
Para llegar a este restaurante hay que caminar del Zócalo hacia la parte posterior del Palacio Nacional y hacia el norte entre un mar de vendedores y hombres y mujeres que van de compras, hasta llegar al número 69 de El Carmen, esquina con República de Bolivia, donde el principal problema es el ambulantaje, que permanece desde que inicia el día hasta la tarde.
Del sur de la ciudad se toma la calle de noviembre luego Brasil y en la calle de Perú vuelta a la derecha y luego en El Carmen a la derecha. (Por Octavio García Ortiz)