La película animada más triste de todos los tiempos
El director suizo Claude Barras presenta 'La vida de Calabacín', candidata al Oscar al mejor largometraje de animación, una joya del 'stop motion' sobre un niño huérfano
Estados Unidos
El cine animado es capaz de sostener lo más ligero y lo más complejo, lo más luminoso y lo más dramático o incluso, lo más paradójico, como "La vida de Calabacín", primer largometraje del suizo Claude Barras que adapta el libro homónimo de Gilles Paris, publicado en 2001 y ya adaptado en una producción televisiva de imagen real "C’est mieux la vie quand un est grand" en 2008.
"El Calabacín" es un niño de nueve años que, tras la muerte accidental de su madre, va a parar a un hogar de acogida donde convivirá con otras víctimas de malos tratos y abusos.
"La vida de Calabacín", que está nominada al Oscar al mejor filme de animación, podría pelearse con "La tumba de las luciérnagas" de Isao Takahata por el título de la película animada más triste de todos los tiempos.
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