Fidel Castro y su exilio en México
El día exacto en el que llegó, fue el 7 de julio, con tan sólo 29 años
México
Fue en julio de 1955 cuando el ex presidente de Cuba, Fidel Castro, llegó a la tierra azteca, como exiliado de su país pero asegurando a las autoridades, para descansar-
Un joven castro con bigote pero sin barba fue el registro que posee el Instituto Nacional de Migración, el cual está llenado a mano, en el indica el día exacto en el que llegó, 7 de julio, con tan sólo 29 años.
Posteriormente se reveló que Castro utilizó el tiempo en México para organizar el grupo de rebeldes que tomaron un barco a cuba en 1956 para poner en marcha la rebelión contra el dictador Fulgencio Batista. Aquí parte de un discurso que dio en la Ciudad de México en octubre de 1955.
“Y hoy rindo a los niños héroes de México porque los admiro también y creo que los Niños Héroes pertenecen a México y pertenecen también a América porque lucharon contra un imperialismo que ha puesto sobre toda América sus garras… y viendo aquí la juventud cubana por lo que puedo decirles con admiración que están cumpliendo con su deber”.
Según el libro Guerrillero del tiempo donde él mismo contó sobre su paso por nuestro país, llegó en un avión DC-6 de dos motores en un vuelo comercial
“lechero” que primero aterrizó en Mérida y que, tras varias paradas, lo dejó en Veracruz. De ahí viajó en autobús a la Ciudad de México.
Le llamó la atención que –“a pesar de todo lo que había hecho la Revolución mexicana”– la mayoría de la población viviera en la pobreza, según los relatos a la periodista cubana Katiuska Blanco, gustaba de comer tacos callejeros y ver las corridas de toros, aquí fue donde conoció al Che Guevara.
Fue detenido el 20 de junio de 1956, la Policía Federal pensaba que junto con sus más de 20 guerrilleros, era miembro de una organización delictiva dedicada al contrabando hacia los Estados Unidos, después de varias investigaciones, interrogatorios y simulaciones de tortura, junto a sus revolucionarios fue liberado.
Según el texto, bajo la promesa de regresar a Cuba antes de concluir el año 1956, contactó con el ex presidente de Cuba Carlos Prio, de quien al principio no quería recibir apoyo pero que con ayuda de un amigo petrolero mexicano, logro cruzar a Texas para obtener el dinero que necesitaba para hacer su revolución.