Dejó heridas político-social y económicos paro magisterial de Morelos

Por Luis Alberto Beltrán, corresponsalCuernavaca, Morelos, noviembre 07, 2008.- El conflicto magisterial de Morelos dejó heridas en lo político, social y económico. Fueron 85 días resistencia en los que predominaron manifestaciones, bloqueos carreteros y enfrentamientos entre policías y docentes. Más de 350 mil alumnos de preescolar, primaria y secundaria no pudieron iniciar el ciclo escolar el 18 de agosto, pues miles de maestros suspendieron labores para evitar que se aplique la Alianza por la Calidad de la Educación, firmada el 15 de mayo entre el Ejecutivo federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Argumentaron que este acuerdo viola sus derechos laborales y conquistas sindicales, al someterlos a una evaluación anual y prohibirles vender o heredar sus plazas cuando se jubilen. Tras conformar el Movimiento Magisterial de Bases, instalaron un campamento en las calles del centro histórico donde permanecieron por seis semanas, situación que afectó a decenas de comerciantes y empresarios, quieres reportaron pérdidas económicas por más de 200 millones de pesos. A esta lucha se sumaron padres de familia, maestros de los estados de México, Tlaxcala, Michoacán, Oaxaca y del Distrito Federal, organizaciones civiles y no gubernamentales, incluso, grupos radicales como el Frente Popular Francisco Villa (FPFV), el Comando Jaramillista Morelense 23 de mayo, el Frente Popular Revolucionario (FPR) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Las protestas subieron de tono. Tomaron casetas de cuota y después bloquearon los accesos carreteros al estado, comenzando por la autopista México-Cuernavaca, en el poblado de Tres Marías, municipio de Huitzilac, donde se registró el primer enfrentamiento con la policía. Continuaron en los tramos Cuernavaca-Iguala, Tehuixtla, Oaxtepec-Xochimilco en Tlalnepantla; México-Oaxaca en el kilómetro 88 de Atlatlahucan, Alpuyeca-Jojutla y el crucero de Amayuca-Cuatro Caminos que comunica a Morelos con los estados de Puebla y Oaxaca. El saldo de los cuatro operativos para quitar los bloqueos fue de 70 detenidos, por lo menos 40 vehículos dañados y decenas personas lesionadas, entre los que destacan cuatro policías federales que estuvieron a punto de ser linchados en la comunidad indígena de Xoxocotla. Miles de automovilistas resultaron afectados y el turismo disminuyó considerablemente en la Ciudad de la Eterna Primavera. Se buscó una salida pacífica al conflicto con la instalación de mesas de diálogo, mismas que fueron suspendidas al no llegar a acuerdos. En tanto, miles de niños tomaban clases por televisión e Internet en canchas deportivas, iglesias, casas particulares, salones para eventos sociales o vagones de tren que datan desde la época de la Revolución Mexicana. Ante la advertencia de no pagar sueldos y quitarles la plaza por abandono de trabajo, los maestros se dividieron y la mayoría optó por regresar a clases si se retiraban las denuncias penales en su contra, les pagaban sus días de paro y no ejercieran represalias. El grupo restante lo pensó por algunos días y posteriormente cedió a las presiones del gobierno, pero continuarán su lucha desde las aulas para frenar la ACE, aunque ahora los padres de familia no los quieren de regreso y piden que se contraten nuevos docentes.