Expresa Bush compromiso de reconstruir zonas devastadas por <i>katrina</i>
El presidente George W. Bush expresó su confianza en que Estados Unidos saldrá fortalecido después de la experiencia del huracán Katrina y aseguró que la ciudad de Nueva Orleans será reconstruida.
Washington, EU, septiembre 10, 2005.- El presidente George W. Bush expresó su confianza en que Estados Unidos saldrá fortalecido después de la experiencia del huracán katrina y aseguró que la ciudad de Nueva Orleans será reconstruida.
"Estados Unidos superará esta dura experiencia, saldrá de ella más fuerte", sostuvo Bush en su mensaje radial sabatino, transmitido luego de que su gobierno ha sido objeto de críticas por la respuesta inicial a miles de damnificados.
"Las personas de esa región están decididas a reconstruir sus casas y recuperar sus vidas, y sus conciudadanos están resueltos a ayudarlas", señaló el presidente.
"Para lograr la difícil tarea... nuestra nación recurrirá a nuestros vastos recursos y la creatividad de nuestros ciudadanos, los que se requerirán en grandes proporciones. Nuestro mayor recurso en tiempos como estos es el carácter compasivo del pueblo", dijo.
Aunque Bush recordó que su gobierno impulsó 52 mil millones de dólares para las víctimas, hizo un llamado a los ciudadanos a ayudar a través del sitio de Internet usafreedomcorps.gov o el teléfono 1-877-USA-CORPS.
El presidente aprovechó el discurso para recordar los ataques del 11 de septiembre de 2001.
"Al caer la noche el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, sentimos dolor y muchísima tristeza. Sin embargo, también nos dimos cuenta de que aunque los terroristas podían matar a los inocentes, no podían doblegar el espíritu de nuestra nación", anotó.
"Cuatro años más tarde, recordamos los temores, la incertidumbre y la confusión de esa terrible mañana, pero por encima de todo recordamos la determinación de defender nuestra libertad, reconstruir una ciudad lastimada y velar por nuestros vecinos necesitados", dijo.
El presidente estadounidense experimenta uno de los más bajos niveles de popularidad de su mandato. Después de los ataques de 2001 su nivel de aprobación era de 90 por ciento y en este momento es alrededor de 40 por ciento, según varias encuestas.
