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  • 19 ABR 2024, Actualizado 18:56

Pide privacidad familia de Rubén Omar Romano

La consternación se respira en el ambiente del restaurante que la familia del entrenador argentino Rubén Omar Romano tiene en Guadalajara, donde el padre, José Romano, espera noticias de su hijo.

Guadalajara, México, 21 de julio, 2005- La consternación se respira en el ambiente del restaurante que la familia del entrenador argentino Rubén Omar Romano, secuestrado el pasado martes en la capital de México, tiene en Guadalajara, donde el padre, José Romano, espera noticias de su hijo.

Don José, como todos lo llaman allí, luce triste y pálido. Se pone y quita los lentes nervioso, se ve abatido a pocos pasos de varios periódicos con información sobre el secuestro que reposan sobre una mesa de La Fonda Argentina, que está desolada antes del mediodía.

"El señor Romano no quiere hacer una declaración más, pide a los medios de comunicación que lo disculpen pero no hará una declaración más y les reitera que lo que se ha publicado son mentiras sobre todo lo que se ha dicho sobre un contacto con los secuestradores", explica Fabián Aguilar, gerente del negocio y que estos días funge también como vocero de la familia.

Hace referencia a una información sobre unas presuntas declaraciones de José Romano a una emisora radiofónica argentina en las que habría revelado que los secuestradores se habían puesto en contacto telefónico con él y había conseguido hablar brevemente con su hijo.

José Romano pidió el martes pasado a los plagiarios de su hijo que no le hicieran daño y delegó en el club de su hijo, el Cruz Azul, las negociaciones con los secuestradores.

"Hemos recibido apoyo del club y estamos en comunicación continua con sus directivos", confía Aguilar.

Mientras el personal del restaurante prepara los cortes finos de carne argentina que habrán de disfrutar los comensales, un amigo conversa con Don José y trata de animarlo inútilmente.

Aguilar asegura que en los últimos días han recibido mucho apoyo de los vecinos y de los comerciantes de la zona. "Nos han ofrecido más seguridad para el señor Romano y para el restaurante. Hasta ahorita no hemos aceptado: solamente rezamos y estamos a la espera", dice.

Desde que Omar Romano desapareció, la familia ha acudido con más asiduidad que antes -de hecho, todos los días- al templo de San Andrés María Goretti, que se encuentra a cinco calles del negocio, en la zona residencial conocida como Ciudad del Sol, el suburbio donde se encuentra el restaurante y la residencia de los Romano en tierras tapatías.

"Estamos rezando desde el martes", confiesa el portavoz de la familia.

Mientras, el Cruz Azul continúa con su actividad cotidiana y mantiene un total hermetismo sobre el caso.

El miércoles, tras entrenar y asistir a una exposición futbolística en la capital mexicana, donde los jugadores firmaron autógrafos, el equipo partió hacia Pachuca, para disputar un torneo amistoso con varios equipos mexicanos.

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