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  • 17 SEP 2024, Actualizado 05:26

Coincidencias musicales a través de la historia

Inspiración o plagio

En el siglo XIX era un honor sustraer fragmentos musicales de un autor ajeno

En el siglo XIX era un honor sustraer fragmentos musicales de un autor ajeno(Getty Images)

En entrevista con Martha Debayle en W, Gerardo Kleinburg. escritor, crítico y promotor musical. Durante diez años fue director artístico de la Compañía Nacional de Ópera. Ganó el «Premio de Crítica», como mejor crítico internacional en el Festival de Música de Salzburgo, en 1991. Tiene un proyecto de divulgación operística, se llama Hablemos de Ópera.

TW: @gkleinburg // FB: Hablemos de opera // YouTube: Gerardo Kleinburg //

Web: descargacultura.unam.mx

● Hablar de “plagio” musical es hablar de un delito, y eso es algo extremadamente delicado.

● Se trata de sustracción de fragmentos musicales, semejanzas, parecidos que pueden resultar o que resultan en extremo sospechosos.

En el siglo XIX era un honor

Sustraer fragmentos musicales de un autor ajeno, no fue siempre problema: esto tiene nivel de escándalo o delito hasta el tercio final del siglo XIX y ya todo el siglo XX.

● Para que pueda haber “sustracciones”, la música tiene que viajar, que ser transportable y reproducible: esto realmente comienza a darse en forma hasta el barroco, cuando la música italiana es llevada, en forma de partituras, por editores, principalmente holandeses, a toda Europa.

● Antes de eso, si acaso, durante la Edad Media, cuando los trovadores (troubadours franceses y minnesaenger germanos), o sea los primeros cantautores de la historia, iban por toda Europa cantando y tocando sus rolas de amor y desamor.

● Muchísimos otros trovadores se las apropiaban o las convertían en lo que hoy llamamos “covers” sin que hubiera problema.

● De hecho no se firmaba la música: prácticamente toda era anónima (los cantos gregorianos, por ejemplo). Aunque llegó a haber trovadores muy famosos. Algunos eran incluso reyes, como Ricardo Corazón de León.

● No existían las nociones de autoría, derechos de autor, regalías... Eso realmente se establece legal y comercialmente en la ópera, por ejemplo, hasta el último tercio del siglo XIX, con Verdi, en Italia.

● La música popular y tradicional de todas las culturas ha sido el 99% de las veces anónima y ha sido utilizada al infinito por la música clásica y la música pop.

El caso extremo de “tomar prestada”, “plagiar” o parafrasear la música se da a fines del siglo XVII y principios del XVIII durante el esplendor del Barroco.

● · La música barroca italiana, la más famosa de todas en ese periodo, recorre Europa entera en forma de partituras con la que los editores holandeses hacen negociazos.

El ejemplo emblemático es el de como Johan Sebastian Bach transcribe (cambia la instrumentación de) obras enteras de Vivaldi y las firma como suyas.

Ejemplo extremo: su concierto para tres clavecines, que es un copy-paste entero, de la primera a la última nota, del concierto para tres violines de Vivaldi.

● Esto seguirá dándose durante el XVIII y buena parte del XIX, aunque en una medida dramáticamente menor porque la música se vuelve cada vez más la forma de vida de los compositores y un buen negocio para los editores y presentadores de la misma.

EJEMPLO:

Fragmento de una de las primeras óperas de Mozart (“Bastián y Bastiana”) con el arranque de la Sinfonía Eroica de Beethoven. O Mozart con la parte más famosa de la célebre Novena Sinfonía de Beethoven:

La música popular y tradicional de todas las culturas ha sido el 99% de las veces anónima y ha sido utilizada al infinito por la música clásica y la música pop

Cuando deja de ser un honor, para convertirse en negocio

● El cuidado de la “autoría” de las obras, y el comenzar a ver mal el empleo de fragmentos de la obra de un compositor por otro compositor, crece por un tema de dinero, de negocio, no artístico.

● Compositores como Rossini, se “auto-plagiaron” al infinito: Tenían que escribir tantas óperas que tomaban decenas y decenas de fragmentos de una que ya habían escrito, para una nueva que estaban componiendo.

● Hasta que llegó Verdi quien, junto con su editor, Ricordi, deciden que ya no hay que “vender” sus óperas a los teatros que las comisionan para estrenarlas, sino que hay que rentar la música y cobrar regalías a cada teatro que quiera hacerlas.

El límite de las Leyes de Derecho de Autor

Hoy el estándar internacional de las Leyes de Derecho de Autor marca 7 compases como el límite de copia que se puede hacer de la música de otro. Más allá de eso, es plagio.

· La música tiene reglas, patrones, esquemas naturales y desarrollados: se hace todo el tiempo en todo el mundo: es lógico que pueda haber coincidencias absolutamente involuntarias. Sería ilógico que no sucediera.

Los dos tipos de “apropiación musical” válidos son:

El sampler: Un sampler es utilizar un archivo sonoro ya existente de cualquier tipo y reutilizarlo en una canción. Por ejemplo, frases de películas, canciones antiguas, etc. El autor original recibe su retribución y además se le reconoce como tal en los créditos.

Uno de los más recientes es Easy Love, del artista Sigala, sampler del ABC de los Jackson's 5.

El Cover: El cover es una nueva versión o interpretación de una canción grabada por un artista previamente. Esta opción es muy utilizada por cantantes principiantes, ero también, grandes artistas han hecho covers.

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