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  • 23 DIC 2024, Actualizado 00:29

CON MARTHA DEBAYLE

Antonio Vivaldi y el barroco musical italiano

El gran Gerardo Kleinburg nos va a dar una cátedra de Vivaldi y el Barroco

Antonio Vivaldi y el barroco musical italiano

Antonio Vivaldi y el barroco musical italiano / Getty Images

Ciudad de México

Gerardo Kleinburg, escritor, crítico y promotor musical. Durante diez años fue Director Artístico de la Compañía Nacional de Ópera.

Vivaldi es el compositor por antonomasia del Barroco.

Es uno de los compositores más conocidos, queridos e interpretados en el mundo entero.

Las cuatro estaciones, esa serie de cuatro conciertos para violín y orquesta de cuerdas, es una de las obras musicales más conocidas, tocadas y adaptadas de todos lo tiempo.

Vivaldi es también un producto total de Venecia, como gran ciudad artística barroca.

Hablar de Venecia es hablar de Vivaldi y viceversa. Su música retrata todo el tiempo características fundamentales de la ciudad como: el flujo acuático, los reflejos, los ecos, las diferentes luces que provoca el sol sobre sus aguas.

Pero es imposible hablar de este compositor sin entender qué es el barroco musical.

Así es que primero les cuento brevemente qué es la música barroca, y luego hablamos de Vivaldi.

Sobre el barroco

El término “barroco” significa perla abigarrada.

El término barroco se usó por primera vez a mediados del siglo 18 en pleno contexto de la Ilustración o Iluminismo.

En la época de la Ilustración, los iluministas Diderot y Rousseau usaron esta palabra para describir de manera peyorativa el arte de ese período, al que consideraban estrambótico y confuso. Sin embargo, la historia ha reivindicado el valor estético de este período.

La música barroca generó la aparición y clasificación de nuevos recursos expresivos, géneros y composiciones, entre ellos, el concierto, el oratorio, la cantata y la sonata.

Características:

La constante presencia del contrapunto y la aparición del contrapunto complejo.

La polarización de la textura hacia las voces extremas (aguda y grave).

En los teatros de ópera aparece la orquesta, con instrumentos de cuerda frotada, base de la actual orquesta sinfónica.

La aparición de nuevas formas vocales e instrumentales: la ópera, el oratorio y la cantata entre las primeras, y el concierto, la sonata y la suite orquestal entre las segundas.

El gusto por los fuertes contrastes sonoros (entre coros, entre familias instrumentales o entre solista y orquesta).

El amplio espacio dejado a la improvisación, tanto en obras libres como en las ya escritas, en forma de ornamentación.

Vida y obra de Antonio Vivaldi (Venecia 1678, Viena 1741):

Infancia en Venecia.

Hijo de clase media, no pobre, pero cero rico.

Nace en 1678 un día en que hay un fortísimo temblor en el norte de Italia.

Temen tanto por su vida, además de que lo ven débil, que lo bautizan enseguida. Cosa poco habitual.

Su padre es músico aficionado, buen violinista.

Acerca a Vivaldi a la música desde muy pequeño, pero sobre todo le enseña violín.

Eso es clave, porque Vivaldi resulta un mega virtuoso de este instrumento (que por cierto tiene poco de haberse establecido con las características que hoy conocemos).

Esto explicará buena parte de su música.

Vivaldi es distinto, raro, diferente desde pequeño

¿Por qué? Porque es asmático y pelirrojo.

Esto lo hace un niño poco integrado a los amigos. Su pasión desde el día cero es la música.

Y la Venecia de esa época es una capital mundial del arte y de la música. Ha dejado de ser el gran bastión naval y comercial que fue durante mucho tiempo.

Pero le ha quedado un esplendor artístico, procedente del Renacimiento, que la nobleza y el clero venecianos cultivan y engrandecen aún más.

Hasta convertir a Venecia en un atractivo artístico para toda Europa. Esto, sumado a su singularidad y belleza como ciudad, la convierten en uno de los primeros destinos turísticos de la historia.

Va gente de todo el continente a ver sus edificios, pinturas y esculturas. Pero también y en gran medida a escuchar su música en las iglesias, los teatros de ópera y salas de concierto (que literalmente acaban de inventarse) y sobre todo a los orfanatorios. Más adelante hablaremos de ellos.

Ése es el contexto musical del niño Vivaldi. ¡Ir por el Gran Canal es como recorrer todo el cuadrante de la radio musical de Venecia! Escuchar desde la música de los gondoleros, de los palacios, las iglesias, los teatros, etcétera.

Vivaldi convive desde pequeño con grandes músicos italianos amigos de su papá, como Tomasso Albinoni, el autor del famosísimo Adagio.

Es música poco elaborada que aún proviene del Renacimento tardío.

Vivaldo: El Cura Rojo

El padre de Vivaldi, además de acercarlo a grandes músicos de su tiempo, lo inscribe al Seminario y hace que se vuelva sacerdote.

Lo hace porque sabe que podrá ayudarle a hacer lobbying musical de alto nivel en Italia. Cosa que sucede.

Por todo esto a Vivaldi se le conoce como “Il prette Rosso”, El Cura Rojo.

Gracias a todo esto, Vivaldi se convierte muy pronto, primero en maestro de violín, y luego en director musical del Ospedale della Pietà (el Orfanatorio de La Piedad) el más grande y reconocido orfanatorio para niñas abandonadas de Venecia.

Estos hospicios acogen a niños que literalmente les dejan en buzones. El único requisito para aceptarlos es que aún quepan en ellos.

Muchos son deformes, otros enfermos, todos no deseados.

A los niños les dan formación en algún oficio y luego los dejan ir.

A las niñas les dan una mega educación musical (son los primeros conservatorios italianos). Las vuelven grandes virtuosas, algunas se vuelven maestras, otras monjas.

Las niñas del orfanatorio forman una de las más famosas y mejores orquestas de todo el Barroco musical europeo.

Vivaldi tiene en ese lugar una especie de laboratorio musical único en la historia: para ellas escribe muchísimos de sus más de 400 conciertos. Los monta con ellas. Las dirige. Los escucha y corrige si cree que hay que corregir algo. Etcétera.

Los conciertos que ofrece dirigiendo sus obras con ellas se vuelven un hit musical de la ciudad que atrae a melómanos de toda Europa.

Se convirtió en uno de los primeros empresarios operísticos

Y también se convierte en uno de los primeros empresarios operísticos.

Venecia ha visto nacer los primeros teatros de ópera del mundo. El primero fue el San Cassiano en 1639. Siguen varios más.

Vivaldi se convierte también en uno de los grandes exponentes de la ópera barroca, también llamada ópera seria.

Escribe decenas de óperas. Incluyendo una sobre Moctezuma.

Las famosas cuatro estaciones

En 1717 le ofrecieron un nuevo prestigioso puesto como maestro de capilla en la corte de Felipe de Hesse-Darmstadt, gobernador de Mantua.38 Se trasladó allí durante tres años.

Y es ahí donde escribe sus famosísimas “Cuatro estaciones”.

Pero, ¿qué son de verdad? Poca gente lo sabe bien.

En realidad son cuatro conciertos para violín y orquesta de cuerdas.

Cada uno en tres movimientos, dos rápidos con uno lento en medio.

Y cada concierto recibe el nombre de una estación del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.

Si bien en alguna medida cada concierto representa de algún modo esta estación, lo absolutamente genial, novedoso y revolucionario, es que por primera vez se intenta contar una historia y describir imágenes sólo con música. Sin palabras. Y además solo con violines, sin ningún otro instrumento.

Es absolutamente genial y única.

Pero no solo eso: además cada movimiento de cada uno de los conciertos describe puntualmente un fragmento de los sonetos que Vivaldi escribió para la ocasión.

Es decir, es música pura instrumental que intenta y logra reproducir un poema sin usar palabras.

Ejemplifiquémoslo con La Primavera.

Primavera:

Llegó la primavera y festejándolo

La saludan los pájaros con alegre canto,

Y las fuentes con el soplo de los cefirillos

Con dulce murmullo discurren entretanto:

Vienen cubriendo el aire con negro manto,

rayos, y truenos, elegidos para anunciarla

Callando así estos, los pajarillos;

Vuelven otra vez a su canoro encanto.

Largo

Y así, sobre el florido y ameno prado,

Al caro murmurar de bosques y plantas

Duerme el cabrero con el fiel can al lado.

Allegro

De la pastoral zanfoña al son festejante

Danzan ninfas y pastores en el techo amado

A la brillante llegada de la primavera

Su muerte

Su popularidad comienza a decaer porque el estilo va cambiando y evolucionando. Remata cientos y cientos de sus obras, casi como papel.

Busca fortuna en Viena. Obtiene promesa de apoyo del Emperador Carlos VI y decide mudarse hasta allá. Pero el emperador muere apenas llega Vivaldi a Viena.

Sigue vendiendo su obra. Empobrece. Muere en 1741 muy deteriorado, pobre y sin reconocimiento público alguno

Su obra desaparece por completo. Nadie sabe nada de él.

A mediados del siglo pasado, increíblemente, sigue siendo un total deconocido incluso para los musicólogos.

Hasta que suceden una serie de milagros que exhuman su música: se descubre que Bach transcribió muchos de sus conciertos, aparecen toneladas de manuscritos en archivos e iglesias venecianas, y de otros lados de Europa. Y finalmente bancos, asociaciones musicales y universidades se lanzan al rescate de una auténtica mina de oro musical.

El redescubrimiento de toda la obra de Vivaldi es uno de los milagros más grandes de toda la historia de la música.

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