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  • 16 ABR 2024, Actualizado 08:02

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. ¿Qué aprender sobre el fracaso?

Para todos los que han sentido que no sirven para algo, que perdieron todo, que alguien les robó su triunfo, después de una derrota

¿Qué aprender sobre el fracaso?

¿Qué aprender sobre el fracaso? / Getty Images

Mexico City

Rebeca Muñoz, pionera como Mind Coach. Creadora del método de “Dietas conductuales” en el proceso de Coaching. Autora del libro “Elige Positivo”.

El fracaso es algo que a nadie le gusta, pero que todos de una forma u otra nos hemos enfrentado y nos seguiremos enfrentando.

La forma de enfrentarnos a él y reaccionar ante él dice tanto de nosotros, tanto a los demás por nuestra imagen pública como también debiera decirnos muchas cosas a nosotros mismos desde la auto observación, control y administración de nuestras reacciones. Pero también es una gran herramienta para corregir, aprender y restaurar caminos y vías a seguir en el futuro.

El significado de fracaso para alguien puede ser un “bueno ni modo, no se logró algo” pero para alguien puede provocar un cocktail de emociones.

Sobre el fracaso

La causa un fracaso, quiere decir que se pretendía lograr algo, alcanzar una meta y no se logró llegar al objetivo esperado o el resultados final no es lo que se esperaba obtener.

La palabra en sí significa: un malogro, un suceso lastimoso, inapropiado, triste o funesto. La palabra fracaso en francés proviene del árabe “al cheickh mat” que dio origen al término “jaque mate” que quiere decir “rey muerto”.

También debemos de identificar qué significa el fracaso para cada uno de nosotros, pero sobre todo poner mucha atención de cómo se reacciona ante él

Algunas personas pueden sentir mucha frustración y enojo, otros pueden negarlo y justificar su proceder para no aceptar la responsabilidad del error, otras pueden aceptarlo de una manera de aprendizaje.

Otras personas se pueden quedar paralizadas ante él, así como hay otras que de manera inmediata comienzan las labores de corrección y buscar formas de seguir adelante y resolver.

La forma de afrontar el fracaso sin duda se aprende desde edades tempranas, pero eso no quiere decir que sea permanente y definitiva para el resto de la vida.

El fracaso reafirma y forja el carácter

El fracasar no te debe desviar de tu vocación u objetivo, al contrario debería ayudarnos a calcular y conocer mejor nuestras debilidades y fortalezas. A cimentar tus metas. Ayuda a madurar el carácter y te prepara para sobrellevar próximos fracasos.

Pero una de las formas que forjan el carácter es el concepto de “antítesis”, aceptar la dualidad.

Muchas veces podemos reforzar nuestro carácter hasta que hay algo externo a nosotros que nos cuestiona sobre algo, y nosotros al defender nuestra posición nos hace reafirmar nuestro punto de vista y la forma de la cual afrontamos los cuestionamientos. Es decir, se necesita una antítesis para comprobar una tesis.

Es decir el fracaso es lo contrario del éxito, pero es un contrario que el éxito necesita, cuando se entiende esta dualidad que es complementaria, se encuentra el motor del propio progreso.

Frase: “La dificultad atrae a las personas de carácter, porque abrazándola, se realiza a ellas mismas” – General Charles De Gaulle

El fracaso como una lección de humildad

Muchos entrenadores de deportistas, saben que el peor error en el que pueda incurrir un campeón, es el pecado de orgullo o la sensación de ser intocable. Muchas veces una buena derrota es un buen ejercicio para recordar nuestra vulnerabilidad.

El estar acostumbrado al éxito puede comenzar a producir conductas de ver como inferiores a los demás, a “los perdedores”, con conductas de poco respeto hacia los demás, subestimando las capacidades y muchas veces pensando SOLAMENTE en cómo ganar solo de manera personal, sin importarle realmente la forma en la que se afectan a los demás, al entorno o las consecuencias colaterales que se puedan tener.

Las lecciones de humildad que ofrece el fracaso, pueden ser medir nuestros límites, pero por supuesto personas con delirio narcisista o con ilusión de de omnipotencia, nos alejan de esa toma de conciencia.

El fracasar no es SER un fracasado

A veces cuando nos enfrentamos al dolor del fracaso, nos da la impresión de que no valemos para nada. Vivimos en una sociedad donde la cultura del error está muy poco desarrollada, entonces podemos confundir “el haber fracasado” con SER un fracasado.

En nuestra cultura el fracaso está ligado a culpabilidad, no a aprendizaje, de ahí que nos sintamos tan mal o queramos evitarlo de cualquier manera.

Eres con lo que te identificas, si te identificas con el fracaso producirás un río de fracasos, si te identificas con el aprendizaje que te dejó la falla, te identificas con superación.

Una de las cosas que debiéramos hacer es usar el fracaso para aprender más rápido y evolucionar, dejando de repetir los mismos errores y fallas una y otra vez.

Conclusión: Es ilimitada nuestra capacidad de remontar

Cuando realmente logramos ver al fracaso y las lecciones que nos da como un maestro, alcanzamos una especie de libertad de acción y de elección de lo que deseamos.

En muchas ocasiones debiéramos desear que el fracaso aparezca pronto para poder corregir y encontrar esa realidad que no habíamos visto. Por ejemplo cuando un chico cambia de nivel escolar, al principio puede fallar, pero ajusta cambia y entonces ya reacciona diferente y enfoca el camino al éxito.

Existir es vivir tendido como un punte hacia el futuro, hacia los demás, pero también hacia otras dimensiones de nosotros mismos que no conocemos, hacia caminos que todavía no hemos emprendido y que el fracaso puede abrirnos.

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