;
  • 23 ABR 2024, Actualizado 18:26

"Gaslighting": Cuando tu pareja te controla y te anula

Es una forma de manipulación muy dañina donde una persona te hacer creer de manera sistemática que nada de lo que sabes, crees o piensa es cierto

'Gaslighting': Cuando tu pareja de controla y te anula

'Gaslighting': Cuando tu pareja de controla y te anula

42:35

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://wradio.com.mx/embed/audio/557/111RD380000000048159/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

¿Qué es el "Gaslighting"?

México

Es una forma de manipulación mental y abuso psicológico que se comete contra una persona, consistente en hacer que la víctima dude de su propio juicio, de su percepción de la realidad y microagresiones cotidianas.

  • Por ejemplo, cuando le cachas a tu pareja mensajes comprometedores en su celular y este niega todo, te dice que estás loca, que no tiene nada de malo, que alucinas, que ya vas a empezar con tus celos patológicos, etc.
  • Otro ejemplo es cuando tu pareja te reclama constantemente cosas que no acordaron o te achaca cosas que dijiste o te niega cosas que dijo.
  • Incluso puede darse de los padres hacia sus hijos cuando constantemente los están culpando de faltas que no cometieron

¿De dónde viene el nombre?

Se hace popular el término a finales de los 60’s, pero su origen se remonta a una película de 1944 (basada en una obra de teatro de 1938) llamada así, “Gaslight” y que fue protagonizada por Ingrid Bergman. En la trama su esposo quiere hacerle creer que está loca, mientras él busca un supuesto tesoro oculto en el desván.

¿Por qué es tan dañino?

Porque ataca directamente al sentido de realidad, identidad y autoestima de la persona al hacerle creer que está enferma o que es incapaz o incompetente para percibir la realidad como es.

Puede detonar episodios de ansiedad o hasta depresión.

¿Cómo sabemos si estamos en una relación así?

1. Te critica y engaña de manera negativa y persistente.

  • Siempre pone el acento en tus errores, resalta tus equivocaciones o remarca tus debilidades.
  • Sus ataques son a nivel personal; es decir, no es lo que haces lo que le molesta, sino que lo hagas tú y no importa lo que hagas, siempre encontrará algo que reprocharte o echarte en cara. Incluso actos que pueden no ser criticables.
  • Lo que busca es tener sobre de ti una posición de superioridad o poder para así manipularte. Esto lo consigue haciendo que pierdas la confianza en ti mismo y en tus facultades.

2. No te sientes libre de ser tú cuando estás con esa persona.

  • Ante tantas críticas ya hasta dudas de expresar tus opiniones o hacer algo, ya sea porque sabes la respuesta que obtendrás o porque ya incluso no sabes si de verdad esa persona tiene razón y tú estás mal.
  • Al lado de esa persona te empiezas a sentir ansioso o minimizado y empiezas a dudar si serás una buena pareja, una buena madre o hasta una buena persona.
  • Si su conducta persiste, y la relación es estrecha, incluso puedes desarrollar síntomas depresivos o inclusive de un trastorno obsesivo compulsivo, al estar checando continuamente todo lo que haces o dices para asegurarte que lo estás haciendo bien.
  • Incluso puedes llegar a pensar que te estás volviendo loco/a al lado de esa persona.

3. Casi nunca admite sus errores y es defensivo ante las críticas

  • La dinámica más relevante de esta situación es que el “gaslighter” tiene que asumir una posición de poder y el otro una de sumisión.
  • El “gaslighter” ataca, el otro trata de defenderse, pero a mayor defensa, mayor ataque. La aceptación de las críticas tampoco es una buena idea, porque entonces se le da la razón.
  • Si lo criticas o le señalas un error, rápidamente se defenderá señalando alguna falta tuya o victimizandose. Cualquier cosa que lo quite del foco de atención y lo dirija hacia cualquier otra arte (preferentemente tú).

4. Empiezas a dudar de ti, a autocriticarte y devaluarte

  • Dicen que tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe. Las críticas han sido tan continuas y tan fuertes que empiezas no sólo a dudar de ti, sino que empiezas a devaluar tus capacidades, tu apariencia o hasta tu capacidad de razonar.
  • Pides perdón constantemente hasta por las cosas más cotidianas o tu mente te repite frases automáticas que te devalúan.

5. Niegas el abuso del que eres víctima.

  • Como te da vergüenza reconocer, contigo mismo o ante otros, por lo que estás pasando o te duele reconocer tu propia vulnerabilidad, prefieres recurrir al autoengaño, minimizando o negando el problema.

6. Sientes que no hay salida

  • Como hagas lo que hagas quedas mal, como no te atreves a contarle a nadie, como no te has decidido a buscar ayuda, te sientes cada vez más impotente y aislado.
  • Mientras eso pasa, el síndrome de indefensión aprendida va creciendo en tu interior y cada vez te será más complicado salir de esa situación.
  • Además, como ya hasta dudas de tu cordura, puede que llegues a creer que contar lo que te pasa será increíble o que te tacharan de loca.

¿Cómo dejar de ser un “gasalightee” (gaslighteado)

  • Tener una sólida autoestima es fundamental.
  • Ser capaz de poner límites claros.
  • Decir no, cuando quieras decir no.
  • Decir basta, cuando alguien quiera traspasar tus límites.
  • Reconocer y sobreponerse al miedo al rechazo.
  • Si alguien te quiere obligar a dejar de ser tú, es alguien que no te quiere a ti, sino a la idea que tiene de lo que tú deberías ser.
  • ¿Por qué estar con alguien que no quiere estar contigo?
  • Si... aunque tú quieras estar con esa persona, que en última instancia es también con la idea de una persona idealizada con quien quieres estar.
  • Dejar de ser “muy bueno” para volverte asertivo.
  • Pedir lo que quieres, decir lo que sientes.
  • Poner límites no es grosero, es necesario si quieres ser feliz.

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen vivo

W Radio México
En vivo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad