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  • 17 MAR 2025, Actualizado 23:59

Llama Iglesia Católica recuperar la “escucha” y ser como las “madres buscadoras”

Decenas de madres y familiares de personas desaparecidas realizaron la “Velada Nacional Teuchitlán Nunca Más”.

Decenas de madres y familiares de personas desaparecidas realizaron la “Velada Nacional Teuchitlán Nunca Más”.

Nos debe de indignar, fue el mensaje de la Arquidiócesis Primada de México ante los movimientos de familiares de desaparecidos en el país y por hechos que dijo, van desde un menor portando un arma, o un grupo de criminales que golpea con tablas a transportistas o el hallazgo de una fosa común, o una persona muerta por la violencia y desde luego alguna desaparición forzada.

Tras el hallazgo en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, la Iglesia Católica, pidió a la población recuperar la acción de escuchar y observar con indignación a miles de madres, padres, hermanos, hermanas, abuelas, abuelos, buscando a sus familiares secuestrados por la delincuencia.

Y es que refirió que tantas veces las víctimas de la delincuencia han gritado “queremos justicia”; sin embargo, se les ha dejado de escuchar y se ha dejado de ser sensibles con ellas.

Refirió que “se ha escuchado de un muerto aquí y allá, los dos de Cerocahui, 72 en San Fernando, 43 en Ayotzinapa, 29 en Culiacán, y un gran número de desaparecidos en México".

Ante ello recomendó ser como las madres buscadoras, madres que refirió, se han convertido en familias enteras que decidieron salir a buscar a su ser querido desaparecido, ante la inacción de las autoridades.

Recordó que han sido las madres buscadoras las que han enseñado a la sociedad, cómo los valores familiares sí dan resultados, cómo el amor, la fuerza y la valentía son capaces de sostenerlos incluso en los momentos más difíciles, cómo el dolor es más soportable si se acompaña en familia, en hermandad con otros que te dicen “aquí estoy para ti, pues no solo busco a mi desaparecido, buscamos al de todos. Porque, aunque no lo queramos ver así, la realidad es que cada uno de sus desaparecidos son nuestros desaparecidos”.

“No son nuestras cifras. Son las que se han reportado tantas veces que escucharlas se vuelve cotidiano. Tantas veces nos hemos indignado a causa de la violencia que dejamos de indignarnos. En medio de este ruido ensordecedor de cifras, dolor y hechos violentos, dejamos de escuchar a quienes sufren. Nuestra escucha ha desaparecido y tenemos que recuperarla”.

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La Iglesia mencionó que la escucha, en primer lugar, debe darse hacia las víctimas de la violencia, hacia los familiares de las víctimas, hacia todos los que pueden aportar alguna contribución que lleve a erradicar, este mal que está arrebatando parte de nuestra humanidad.

También, dijo, la escucha debe ser a nuestro propio corazón para examinar qué estamos haciendo en nuestro pequeño, mediano o gran campo de acción. Sin politizar, sin polarizar, sin meter más ruido a algo que de por sí ya es escandaloso.

La Arquidiócesis pidió seguir el ejemplo de las madres y las familias buscadoras, para “hacer nuestros los valores que a ellos los han hecho fuertes, valores que Cristo nos enseñó”. Enfatizó que las familias buscadoras dejan claro que las familias son la esperanza del mundo, aun en medio del dolor y la adversidad.

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