¿Qué es la violencia ácida? El caso de María Elena Ríos
La también activista denunció la liberación de Juan Antonio Vera Carrizal, a casi cinco años de sufrir una agresión con ácido
A casi cinco años de sufrir violencia ácida, la saxofonista María Elena Ríos denunció que el presunto autor intelectual del ataque, Juan Antonio Vera Carrizal, recuperó hoy su libertad en Oaxaca. El juez José Gabriel Ramírez dictó la resolución en una audiencia que duró solo 20 minutos.
Ríos denunció en redes sociales la decisión del juez José Gabriel Ramírez Montaño, quien dictó la resolución tras una audiencia que duró solo 20 minutos, y denunció que esta decisión fue pactada con la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, Magda Berenice Ramírez Jiménez.
¿Cómo atacaron a María Elena Ríos?
El 9 de septiembre de 2019, a María Elena Ríos le lanzaron una cubeta de ácido sulfúrico en el rostro y cuerpo al abrir la puerta de su casa en Huajuapan de León, Oaxaca. Una persona le había pedido una cita para que lo asesorara en el trámite de una visa.
María Elena estuvo internada durante seis meses en el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados en la Ciudad de México. Tras sobrevivir, interpuso una denuncia contra su atacante y señaló a su expareja, Juan Antonio Vera Carrizal, como autor intelectual.
Las autoridades identificaron a cinco presuntos implicados en los hechos y solo detuvo a 4, ya que nunca se detuvo a Juan Antonio Vera Hernández, hijo del señalado autor intelectual. De los detenidos Ponciano “N” fue asesinado en prisión mientras esperaba su juicio y se detuvo a Rubicel Hernández y Rubén Loaiza.
Juan Antonio Vera Carrizal se entregó de manera voluntaria en 2020. Se trata de un ex político del PRI que devino en empresario de gasolineras con fuerte presencia en Huajuapan de León.
¿Qué es la violencia ácida?
La violencia ácida es un tipo de violencia machista en la que se utiliza ácido u otras sustancias químicas o corrosivas con la intención de desfigurar o causar lesiones que pueden ser discapacitantes, ejercida contra mujeres en el 80% de los casos,pero también ocurre contra hombres y menores de edad.
Estos ataques generan consecuencias sociales, ya que las víctimas requieren mayormente de intervenciones quirúrgicas durante meses o años, que les generan más dolor físico y psicológico, además estrés económico, que también impacta en sus familias. También pueden enfrentarse al desempleo y al rechazo social.