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  • 26 DIC 2025, Actualizado 05:39

Luto y dolor en familias de Morelia tras explosiones

La noche del 15 de septiembre, esas familias se concentraron en el Centro de esta capital, con la intención de celebrar el aniversario 198 del inicio de la Independencia de México

Morelia, septiembre 18, 2008.- Luto y dolor dejaron las explosiones registradas el pasado 15 de septiembre en esta ciudad, en las que siete personas murieron y más de cien resultaron heridas, cuyos familiares, entre lágrimas, lamentan lo ocurrido. La noche del 15 de septiembre, esas familias se concentraron en el Centro de esta capital, con la intención de celebrar el aniversario 198 del inicio de la Independencia de México, sin embargo, las detonaciones las dejaron marcadas. Las explosiones enlutaron a esposos, hijos, padres o amigos de las víctimas, quienes aún no asimilan lo ocurrido y oran por el descanso de sus difuntos. En tanto, más de un centenar de historias se perciben en familias en las cuales al menos uno de sus integrantes resultó lesionado, pues algunos heridos son reportados graves en los nosocomios donde se encuentran. Algunos de las personas que resultaron heridas ya se encuentran en recuperación o han sido dadas de alta, aunque guardarán para siempre marcas físicas y psicológicas y de dolor, por lo vivido el pasado 15 de septiembre, durante la ceremonia del Grito de Independencia. Una de estas historias se da en el Hospital Regional del IMSS, donde se recupera Rafael Bucio Márquez, a quien las granadas le arrebataron a su esposa, le lesionaron a dos de sus hijos y le destrozaron una pierna y un brazo. Su hijo menor, de apenas cuatro meses de edad, resultó ileso, gracias a que fue protegido por el cuerpo de su madre, aunque en ello tuvo que entregar la vida. 'Teníamos 10 minutos de haber llegado', recuerda Bucio Márquez, quien hasta aquella noche se dedicaba a lavar autos en diferentes puntos de la ciudad y ahora tiene un futuro incierto ante sí. Recuerda que la noche del 15 de septiembre, él, su esposa y tres hijos, acudieron al centro de la ciudad para disfrutar de una noche de esparcimiento. Expresa que cuando se acercaba la hora del Grito, buscaron un lugar cercano al balcón de Palacio de Gobierno y eligieron la Plaza Ocampo, desde donde se tenía buena vista. En medio del dolor, hace una pausa y recuerda que ya habían vitoreado tres veces a la Patria, cuando de repente, vio que lanzaron un artefacto, para que después de detonar, todo se convirtiera en confusión, nerviosismo y dolor. 'No vi quién la lanzó -la granada-, pero vi que la aventaron para una patrulla que estaba ahí, pero no llegó y cayó entre la gente', comparte aún con el dolor de haber perdido a su esposa. Su saldo particular por la tragedia: su esposa Gloria Álvarez muerta, sus dos hijos mayores lesionados, y su bebé de cuatro meses ileso, gracias a la protección que le dio su madre. Otra familia que se encuentra de luto es la que sepultó ayer a Alfredo Sánchez Torres, la única víctima mortal que dejó la segunda explosión, registrada en la esquina de la avenida Madero y la calle Andrés Quintana Roo. Alfredo no había asistido a la verbena popular en el centro, pero acudió al primer cuadro de la ciudad para recoger a su familia, que se encontraba en el lugar disfrutando de la fiesta nacional. Arribó al centro minutos antes de las 23:00 horas del lunes, y llamó a su familia vía celular para señalarle que había estacionado su auto a unas cuadras de Palacio de Gobierno. Les indicó a sus familiares que los esperaría 'por La Merced', que es la iglesia que se encuentra en contra esquina al lugar de la tragedia. Ahí estaba cuando lanzaron la granada, que lo privó de la vida. Sánchez Torres era obrero, vivía modestamente, su pasión, el futbol. Incluso era porrista activo de Monarcas Morelia. Le sobreviven su esposa Margarita Castillo y sus hijos Mónica, Emanuel y Erick. Entre las miles de personas que se encontraban la noche del 15de septiembre en el centro de la ciudad, también había turistas de Tamaulipas, Estado de México y Querétaro, entre otros estados, quienes eligieron Morelia para celebrar la Noche Patria. Hugo Benítez Aguilar, originario de Querétaro, se encontraba en Morelia con su novia, hermano, cuñada y tres sobrinos. Recuerda que eligieron la capital michoacana para pasar el 'puente patrio', y la noche del 15 de septiembre salieron de su hotel para caminar por el centro de la ciudad y participar en la ceremonia del Grito. 'Nos pusimos en una plaza que está junto a la catedral (Plaza Ocampo), en una fuentecita que está como cuadradita (fuente del asta bandera), ahí estuvimos todos juntos, pero poco a poco nos separamos', explica. Aún con indignación por lo ocurrido, detalla: 'Yo quedé en un extremo con mi cuñada y con mi sobrina Natalia, a la que traía cargada en los hombros de un lado'. 'Bromeábamos porque no sonó la campana tras los tres vivas y fue entonces cuando algo me golpeó la cabeza. El golpe fue tan fuerte que me desvanecí, mi cuñada se agachó para auxiliarme y ayudar a su hija, y fue entonces cuando se escuchó la explosión', señala indignado. Afirma que tras la detonación se percibió una nube de humo, que iba acompañada de gritos desesperados. Al voltear, vio muerta a la señora que minutos antes tenía a su lado. Mientras se recupera en el Hospital General 'Dr. Miguel Silva', Hugo Benítez reconoce que él y su familia corrieron con mucha suerte al sufrir sólo lesiones leves, aunque no deja de lamentar las muertes que dejó este hecho que le indigna. 'Tuve mucha suerte, me dijeron que lo que me golpeó fue la granada, y que esas cosas explotan al hacer contacto con algo, no sé por qué no explotó cuando me golpeó la cabeza, pero viví para contarlo', dice. Con información de Notimex

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