Estará presente Fox en los funerales del Papa
El presidente de la República, Vicente Fox, un ferviente católico, hará historia al acudir a los funerales de Juan Pablo II esta semana en El Vaticano: será la primera vez que un representante oficial de México concurra a las exequias de un Papa.
México, D.F., Abril 3, 2005.-El presidente de la República, Vicente Fox, un ferviente católico, hará historia al acudir a los funerales de Juan Pablo II esta semana en El Vaticano: será la primera vez que un representante oficial de México concurra a las exequias de un Papa.
México no mantuvo relaciones diplomáticas durante 134 años con El Vaticano, (hasta 1992), primero a causa del régimen liberal surgido de la Constitución de 1859, y "mucho menos con los gobiernos sucesivos del Partido Revolucionario Institucional (PRI)" a lo largo del siglo XX, recordó el historiador Lorenzo Meyer.
Desde que se inició la agonía final de Karol Wojtyla, Fox invitó públicamente a sus compatriotas a rezar con él por el Papa y reconoció que le gustaría acudir al funeral, cuya fecha está previsto que se fije definitivamente este lunes.
Fuentes de la presidencia mexicana señalaron que sólo se espera la autorización del Senado, como es habitual en los viajes presidenciales, para preparar los detalles del vuelo a Roma de Fox, que acudiría previsiblemente con la primera dama, Marta Sahagún.
El viaje, además, se producirá tras la satisfacción que vivió Marta Sahagún a finales de 2004, cuando el Vaticano le notificó la anulación de su anterior matrimonio, cuando ella tenía 18 años.
Fox y su ex vocera, ambos divorciados, se casaron por lo civil en 2002.
El viaje de Fox "es la normalización plena de las relaciones diplomáticas", que sufrieron un cambio dramático a lo largo de los 26 años de pontificado de Juan Pablo II, señaló Meyer.
Fue el fallecido Papa el que forzó ese cambio en 1979, al viajar por primera vez a México aun sin relaciones diplomáticas, lo que obligó al gobierno de la época a recibirlo -aunque sin honores de jefe de Estado.
Tras la normalización de las relaciones, en 1992, el "romance" entre el Papa y el Estado mexicano creció, y llegó hasta el otro extremo en agosto de 2002, cuando Fox despidió al Papa, ya muy envejecido, con un beso en público de su anillo.
Fue todo un cambio en México, un país cuyo régimen surgido de la Revolución de 1910 llegó a declarar la persecución abierta a los católicos a finales de los años 20, en la llamada "guerra cristera", que causó decenas de miles de víctimas.
"Fueron los últimos momentos de extrañeza, porque era el beso de un jefe de Estado al anillo de otro jefe de Estado, lo que hizo levantar las cejas a más de un laico en México", recordó Meyer.



