El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó por mayoría calificada, en lo general y particular la reforma de supremacía constitucional y de inimpugnabilidad, con 340 votos a favor y 129 en contra, la cual deja claro que no proceden los amparos, las controversias constitucionales ni tampoco las acciones de inconstitucionalidad en contra de reformas o adiciones que se hagan a la Carta Magna.

De inmediato se turnó la minuta a los Congresos estatales para que al menos 17 la aprueben en las próximas horas y por la tarde de este jueves se declare en el recinto de San Lázaro la constitucionalidad, es decir, su validez constitucional, para que se promulgue lo antes posible, es decir, al vapor y a todo vapor.

Morena teme fallo de la Corte

A los legisladores de la mayoría morenista les urgía aprobar esta iniciativa que blinda la Constitución de quejas o inconformidades, tan es así que cancelaron una sesión solemne para entrar de lleno y desde temprano al tema de la supremacía constitucional.

Y es que los diputados oficialistas buscan a toda costa acelerar el proceso legislativo, antes que la Corte discuta la próxima semana el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara que rechaza parcialmente la reforma judicial.

El morenista Leonel Godoy, defendió la enmienda constitucional y explicó cómo quedarán reformados los artículos 105 y 107 de la Constitución.

“Artículo 105: son improcedentes las controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto controvertir las adiciones o reformas a la Constitución. Artículo 107: no procederá el juicio de amparo contra adiciones o reformas a esta Constitución. Transitorios: segundo, los asuntos que se encuentren en tramite deberán resolverse conforme a las disposiciones contenidas en el presente decreto”.

Vota la oposición en contra

En tanto, toda la oposición votó en contra y calificó esta urgencia con la que se aprobó la reforma como un “albazo”, “un madruguete legislativo” de Morena.

Los panistas gritaban ¡dictadura , dictadura! y llamaron nazis a los morenistas pues bombardean y quieren destruir a los juzgadores. De hecho, llevaron “lápidas” de cartón con leyendas alusivas a la muerte del Poder Judicial, a los órganos electorales, la justicia, el derecho y la democracia.

El panista German Martínez reprochó que nunca se hay justificado la urgencia para aprobar esta reforma que no es otra cosa que un capricho de la emperatriz de Palacio Nacional y que quede plasmado en nuestra Carta Magna

“Que la Constitución diga de una vez por todas que cualquier decreto de la Presidenta es la Constitución, anímense de una vez se lo firmamos, caprichos presidenciales que estén en la Constitución, deseos presidenciales que estén en la Constitución, lo que le venga en gana a la presidenta emperatriz de México que esté en la Constitución, viva la emperatriz López de Santa Anna”.

Y en el mismo sentido se manifestó, la diputada del partido Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros, quien aseguró que esta reforma no es de supremacía constitucional sino de supremacía de Morena sobre la propia Constitución.

“Reforma que no es de supremacía constitucional sino de supremacía de Morena, sin ningún contrapeso, la pinta de cuerpo completo. Para asegurar la supremacía de Morena sobre la Constitución sobre la división de poderes y sobre los derechos fundamentales, los derechos humanos. Esta reforma es violatoria de la Constitución”.

Se anticipan a fallo de la Corte

Al final, el morenista Ricardo Monreal admitió que sí se busca apresurar el proceso legislativo porque les preocupa la resolución del ministro González Alcántara el próximo martes.

“Sí el martes, y eso altera los calendarios para nosotros y altera nuestra estrategia, no quisiera yo adelantarme yo a la víspera, pero obviamente si el magistrado ponente hace valer su proyecto y es votado por la mayoría que exige la Constitución van a incurrir en una grave violación a la Constitución”.

Fue un largo y ríspido debate en lo general y particular que duró poco más de diez horas en el que aprovecharon para acusarse de todo y con todo, fue una guerra verbal de aqueos y troyanos, mientras un pequeño grupo de trabajadores del Poder Judicial se manifestaron por unas horas frente a la Cámara de Diputados de manera pacífica y sin obstruir los accesos.

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