Las 15 heridas que dejas en tus hijos
Con palabras, con acciones y con cosas que no nos damos cuenta que hacemos, podríamos crear traumas en los hijos
Las 15 heridas que dejas en tus hijos
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Introducción
- El amor más grande que existe es el de una madre hacia su hijx
- El espejo es la madre
- El ejemplo de vida es la madre
- Importancia de la madre hasta en las groserías
México
Juego de frases con Madre
- Me vale madres = No me importa.
- Qué poca madre! = No tienes vergüenza
- Chinga a tu madre = Chinga tu madre
- Esta poca madre = Esta padrísimo
- Es de poca madre = Es muy buena onda
- No tiene madre = Es incomparable
- No tienes madre = Eres un ojete
- Ah… la madre = Qué bárbaro
- Madre mía! = Oh Dios mío
- Esto es una madre! = Es una porquería.
- Ésta madre! = Esta cosa
- Pa´su madre = Qué bruto…
- Sepa la madre = No tengo idea
- Puta madre! = Ups… Ya la regué
- ¡Chingada madre! = Cuantas veces tengo que decírtelo
- Madres!!! = Golpe fuerte
- Madre solo hay una = Amo a mi madre
¿Qué genera heridas en nuestros hijos?
- Ser cruel: enojo, coraje, impotencia, resentimiento.
- Amor condicionado: Digno de ser amado.
- Rechazo al hijo: Poca pertenencia o necesidad de pertenecer, falta de confianza en sí mismo.
- Exceso de Exigencia: No ser capaz de lograr lo deseado, miedo al fracaso.
- Madre amorosa vs fría y dura (ambivalencia): Confusión, ansiedad, desestructura, enfermedad.
- Madre que compara: Inseguridad, enojo, Miedo, resentimiento.
- Regañarnos impulsivamente sin saber q hicimos: Duda, temor, desconfianza, inseguridad.
- No cumple lo prometido: Cinismo, desfachatez, enojo, coraje, impotencia.
- Hacer cuidar a los hermanos: Enojo, resistencia, vínculos emocionales complicados con los hermanos, rivalidad.
- Depresión materna: Soledad, desamparo, inseguridad.
- Abandono: tristeza, soledad, minimización, baja autoestima, dolor.
- Heredar ropa, juguetes, zapatos: Poca pertenencia, falta de confianza en sí mismo, rivalidad.
- Neurosis o Irritabilidad: Miedo, inseguridad, zozobra, Incertidumbre.
- Madre que trabaja en exceso: Poca importancia, desvolorizacíon, soledad, tristeza, enojo.
- Sobreproteger: Desconfianza, descalificación, inutilidad, miedo, inseguridad
Sorpresas de Manne
- El no dormir: No solo que no volvería a dormir, eso te lo dicen todas las mamás, se les olvido agregar que aparte tienes que trabajar, ser ama de casa, esposa, amiga, prima, socia, mamá, empresaria, estar buena, ir al súper… todo en un mismo día durmiendo solo lo que te permita la criatura.
- El popó: El popó del bebé, además de que está por todos lados, ya es inmune a tu ser físico y emocional al igual que las vomitadas. Ya nada te importa.
- El matrimonio: El ser mamá pone a prueba la relación con tu esposo.
- La preocupación: Todo lo que antes te valía ahora te preocupa al 1000% por miedo a la inseguridad y a los accidentes, a perder el control.
- Mi papá siempre me repetía esta frase cuando me portaba mal: ¡a lo pagaras cuando tengas a tus hijos. ¡Lo peor es que ya empecé a pagarlas y no creo que termine nunca!
- Que sí puedo: Me decían que no se podía todo, o trabajabas o eras mamá porque acabarías descuidando algo y la verdad siento que estoy haciéndolo muy bien (con culpas pero ahí voy) y que ese es el ejemplo que quiero darle a mis hijos, que sean independientes.
- Que tus viajes de placer ya nunca vuelven a ser de placer. Al contrario, en las vacaciones no tienes ayuda, por lo menos en mi caso, así que no descansas nunca.
- Que por alguna extraña razón cuando tus hijos cumplen dos años, empiezas a amar los viajes en road trip por la República Mexicana.
- Que llega un día en que repiten todo lo que tú haces (bueno y malo) y ahí te das cuenta de lo importante que es ser mamá.
- Que son para siempre: ¿hay manera de regresarlos? No, y son nuestros mejores maestros de paciencia y de vida.
Sorpresas de Alejandra
- La puerta. Cuando nació mi hijo se me abrió una puerta al alma, al pasado, tuve que re trabajar los duelos no resueltos, volví a sentir la tristeza del pasado, revisé las relaciones sobre todo con mis papás. Yo creo que muchas veces en esto consiste el baby blues.
- El cambio de identidad. Ya no soy quien era, era hija y ahora soy mamá. Luché mucho por no desaparecer detrás de la figura de la madre.
- ¡Me volví cursi! Yo era muy ruda y me dulcifiqué. De pronto todo me daba ternura y ganas de llorar. Dejé de tomarme el café negro y empecé a tomármelo con leche.
- Nunca es fácil. Me di cuenta (me doy cuenta) de que siempre se pone más difícil, al principio pensaba que lo duro eran los primeros meses, luego el primer año, luego los terrible 2 y así. Cuando creo que ya me hice experta en algo, viene otra cosa que aprender y hacer.
- Multitasker con factura. Yo pensé que poder hacerlo todo (la chamba, los amigos, la materinadad) era cuestión de voluntad, pero ahora veo que la moneda de cambio es el cansancio y siento que me voy a arrugar muy pronto por eso. Jaja.
- El espejo. Me sorprende el espejo que es mi hijo, los modismos, el acento, los pucheros. Te copian todo, hasta lo malo. En mi caso el autoritarismo.
- La duda eterna. La cantidad de veces que puedo cuestionarme al día si lo estoy educando bien.
- La vida de zombie. La capacidad de operar que puede tener una con solo 3 horas de sueño.
- Los haters. Lo poco gentil que es la gente en general con las mamás (en la calle, los aviones, etc) versus lo gentiles que son con los papás.
- El amor por la rutina. Yo que siempre había repudiado la rutina, ahora la alabo, con sus quiebres pero la alabo.
Sorpresas de Cecilia
- Me sorprendió que mi cuerpo aprendió a reponerse con tan solo 4 horas de sueño, porque no hay de otra.
- Me sorprendió el nivel de frustración tan alto al que puedes llegar (con tu trabajo, como mamá, como esposa, contigo misma).
- Me sorprendió como la relación con tu pareja cambia 180º.
- Me sorprende como aprendes a comer todo frío, tarde y sobras y que cuando sales a restaurantes se complica todo y no es tan disfrutable como antes.
- Me sorprendí de la carga emocional y psicológica que implica la lactancia (No importa cuánto tiempo le des, o el trabajo que te cueste SIEMPRE sentirás que no fue suficiente o te costará trabajo dejarla).
- Me sorprende como viajar se puede volver la peor pesadilla.
- Me sorprendió como pude pasar días sin hablar con mi pareja de cosas realmente relevantes, o hablar simplemente (sin contar saludar y despedirte jajaja).
- Me sorprendió la transformación mental que trabajé para poder hacer a un lado la frustración.
- Me sorprendió lo dificil que fue tener dos hijas, los primeros 4 meses de vida de la segunda llore 5 de 7 días a la semana.
- Me sorprendí harta de hablar de niños, pero tampoco tener otro tema de conversación.
- Me sorprendió mi cuerpo post parto