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  • 23 ABR 2024, Actualizado 06:02

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. El impacto económico del coronavirus

¿Qué onda la recesión mundial? ¿Qué implica? ¿Cuál será el tamaño del golpe?

El impacto económico del coronavirus

El impacto económico del coronavirus

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Mexico City

Macario Schettino, profesor-investigador de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey.

¿Qué significa recesión?

Una recesión significa una perdida generalizada de la actividad económica de las naciones, que se mide con la disminución en el Producto Interno Bruto (PIB). Actualmente con la crisis sanitaria ha disminuido el consumo, las demandas de productos, menores ingresos, y disminución de la producción.

El Producto Interno Bruto (PIB) es una medida del valor de la actividad económica de un país.

“Siento que la crisis financiera de 2008 fue una carrera seca para esto”, dijo Kenneth S. Rogoff, economista de Harvard y coautor de una historia de crisis financieras, “Esto ya se perfila como la inmersión más profunda registrada para la economía mundial durante más de 100 años. “Todo depende de cuánto dure, pero si esto dura mucho tiempo, sin duda será la madre de todas las crisis financieras”.

Estados Unidos, la economía más grande del mundo, es casi seguro que está en recesión. Se espera que China, la segunda economía más grande del mundo, crezca solo un 2 por ciento este año.

El impacto de lo que pasa

Durante el mes de abril, los hoteles estarán cerrados en casi todos los destinos relevantes del país.

El turismo se desplomará hasta prácticamente cero.

Esto significa que Cancún, Playa del Carmen, Los Cabos, Vallarta, pero también Acapulco, Ixtapa o Huatulco, no tendrán ingresos suficientes para los millones de habitantes que viven ahí.

En ciudades grandes, incluyendo la Ciudad de México, se han cerrado las plazas comerciales. Salvo supermercados, y algunos otros negocios, todo tendrá que mantenerse así durante el mes completo.

Eso significa que no sólo no habrá empleo para los miles de personas que viven de esos negocios, sino que no habrá pago de rentas, o si acaso ocurrirán con un descuento monumental

Esto implica una contracción cercana a dos terceras partes de todo el comercio al menudeo, y tal vez la mitad de los servicios financieros e inmobiliarios.

Entre los dos, representan 40% del sector servicios, que es 63% de la actividad económica del país.

Si sumamos el comercio al mayoreo, que debe tener una contracción cercana a la mitad, que se refleja en mucho menos transporte de carga (considerando el consumo de diesel), ahí se nos va casi el 30% de los servicios.

Más concreto: las cuatro grandes ramas de los servicios perderán entre 30 y 60% de su valor agregado en abril.

De las otras cinco, dos (esparcimiento y turismo) estarán más cercanas al 90%.

En el agregado, la contracción en servicios puede alcanzar 25% durante el segundo trimestre del año. Nada más de eso, el impacto sobre el PIB representaría -15% de contracción, en comparación anual.

No veo nada difícil tener una contracción cercana al -15% en la industria en el segundo trimestre, con lo que el PIB podría contraerse -20%, en términos anuales. No hemos tenido una contracción de ese tamaño en la historia registrada.

¿Pooor?

Esto ocurre debido al impacto externo, sin duda, pero también porque traíamos una economía en contracción creciente.

En otras crisis, la caída ha iniciado de un crecimiento previo del 3 o 4%, desde donde una caída de 10 puntos nos ha colocado en -6%.

Así fue en 1995 (-14%) y en 2009 (-12%).

Ahora, sin embargo, iniciamos desde -1%, con lo que un sótano de -20% no parece tan extraño.

Ahora bien, este golpe externo debería durar un trimestre, como se espera que ocurra en otras partes del mundo. Debido a la complejidad de la pandemia, no es creíble una recuperación instantánea del nivel previo, sino más bien esa V manuscrita de la que hemos hablado antes: el regreso queda un poco más abajo del inicio.

Pero en México eso podría no ocurrir, precisamente por la misma razón: no venimos de un momento de expansión, sino de recesión autoinflingida, que además se ha profundizado en estos días, con la consulta de la cervecería en Mexicali, la necedad con los proyectos absurdos del gobierno, y su incapacidad para construir un plan creíble de recuperación económica.

Para ponerlo más claro:

¿Cuántas fábricas nuevas crees que se construyan una vez que termine la enfermedad?

¿Quién estará dispuesto a invertir, a la expectativa de que una nueva consulta destruya su inversión?

¿A qué mercado le venderán los empresarios que queden? ¿Cuántos empresarios quedarán?

No, no se han dado cuenta del tamaño.

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