Coronavirus: Encerrados pero no aislados
Cómo hacer para no sentirnos aislados del mundo sin poder salir ni tener contacto físico
Coronavirus: Encerrados pero no aislados
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Mexico City
Tere DíaZ, psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja.
“Para conocerse en profundidad hay que dejarse penetrar por la nada! Luis de la Puente
Vivimos un fenómeno sin precedentes: el mundo detenido y atemorizado por un virus, que si bien pone en riesgo nuestra integridad física y la vida misma, está acamando con nuestra salud mental. ¿Pero es el virus? Simplemente la manifestación de lo que estaba “mal acomodado” y esta amenaza, unida a la vida detenida, solo lo detona y lo exhibe.
El contacto físico es una de las fuentes de los mayores placeres humanos: charlas, besos, encuentros. Y resulta que hoy es justo eso el peligro. Nuestra vida pública está detenida, nuestra vida privada está limitada, no nos queda más que la vida íntima y con ella “agarrar al toro por los cuernos”.
Somos seres conscientes y además autoconscientes: no solo nos damos cuenta, sino que nos damos cuenta de que nos damos cuenta. Eso nos permite relacionarnos con nosotros mismos y por tanto tener una vida de interioridad. Esta ineludible relación de “yo conmigo”, forzada por el cierto aislamiento y la ralentización de la vida, tiene sus gracias y sus desgracias.
Por un lado nos hace inevitable la autoevaluación y por tanto un juicio sobre nosotros mismos: ¿esto que hago me gusta? ¿quiero seguir en esta relación? ¿siento que avanzo a mis metas de vida? ¿honro mis valores y atiendo mis necesidades e intereses? De las respuestas a estas preguntas me enfrentaré a una valoración personal que puede agradarme o confrontarme en lo más profundo de mi ser.
Por otro lado, “la nada” que menciona Luis de la Puente, no es necesariamente –y muy probablemente no lo será- un a muerte real. Pero sí un vacío, un espacio, un cuestionamiento del sentido de nuestra vida. Por tanto se abre una espacio para sanar y para generar nuevas ideas.
El cambio se genera construyendo nuevas experiencias, nuevos relatos y nuevas acciones. La actual experiencia de restricción social nos abre la posibilidad de crear nuevos relatos sobre nuestra vida: ¿quién soy? ¿qué quiero? ¿qué quiero agregar o quitar de mi vida?, y a través de estas nuevas reflexiones generar acciones concretas de vida que me dirijan a ese caminar: terminar una relación, inscribirme a un curso online, comprar un libro sobre cambio. Y así, generar diferentes experiencias que me lleven a nuevos relatos y estos a nuevas acción, impulsando en este movimiento, el cambio.
La cuarentena es una invitación imaginar otros mundos posibles, a movernos a espacios inéditos donde podamos pensar, decir, y hacer aquello que no hemos hecho nunca pero que ahora es posible vislumbrarlo y planearlo.
Y es que detener la vida puede ser la oportunidad de desarrollar un pensamiento crítico ante lo socialmente impuesto, ante lo familiarmente no cuestionado y ante culpas, temores y enojos personales nunca enfrentados.
Hoy tenemos el tiempo, mucho tiempo: tiempo sin objetivos, solo tiempo. Y con Renato Leduc afirmar “Sabía virtud de conocer el tiempo…”