El lado oscuro del efecto Kate Middleton
Issa, la marca del vestido que la duquesa de Cambridge lució en su compromiso tuvo que cerrar porque no pudo aguantar el aumento de la demanda
Barcelona
En noviembre de 2010 no había Instagram, así que Daniella Helayel se enteró por teléfono (por múltiples y frenéticas llamadas) de que Kate Middleton había escogido un vestido de su marca, Issa, para anunciar su compromiso con el príncipe Guillermo. El modelo DJ157 en color azul royal, escogido para que hiciera juego con el anillo de compromiso, herencia de Diana de Gales, pasó a ser conocido como "el vestido de Kate".
Todos los medios se hicieron eco de la marca del traje y se produjo entonces uno de los primeros y más potentes ejemplos del efecto Kate Middleton, el fenómeno que hace que todo lo que se ponga la hoy duquesa de Cambridge, o sus hijos, se agote en las tiendas.
Las pocas unidades que había disponibles en la tienda digital de Issa volaron en cinco minutos. Desde ese momento, Helayel produjo muchas más copias y cada vez que tenía nuevo stock, volvían a agotarse. Unos solos grandes almacenes, los "Neiman Marcus" de Nueva York, pidieron 1.100 unidades del vestido, que la propia Middleton tenía en varios colores.
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