Ciudad Juárez, cuando el miedo aplasta la ética
Un herido de bala llegó a las puertas del hospital general, nadie quiso salir a recibirlo; ser médico en una ciudad que vive la peor crisis de violencia es estar siempre al filo del miedo
Ciudad Juárez, cuando el miedo aplasta la ética
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Por Rosario Carmona/ enviada especialCiudad Juárez, Chihuahua.- Hace dos semanas un herido de bala llegó a las puertas del hospital general, nadie quiso salir a recibirlo, murió sin atención médica
El miércoles, un hombre baleado se quedó en la ambulancia. Ningún médico, ninguna enfermera le brindó auxilio. Ya había recorrido varios hospitales, en ninguno lo aceptaron
Es una escena que se repite y se vuelve común en los hospitales de Ciudad Juárez
Y es que ser médico en una ciudad que vive la peor crisis de violencia en su historia reciente, es estar siempre al filo del miedo
Ella es doctora, orgullosa de ser del norte, orgullosa de México, pero enojada e impotente por lo que vive cada día
Las autoridades reconocen que se ha incrementado el número de niños y adolescentes ejecutados porque los grupos del narco que se disputan la plaza los contratan para el narcomenudeo y quedan vulnerables a las venganzas. En junio, dos terceras partes de los homicidios fueron de jóvenes de entre 14 y 25 años. La doctora sufre esa realidad
Y tener en el hospital, en los pasillos, incluso en las áreas restringidas a militares, no le brinda ninguna seguridad
Ella dice que se irá de Juárez, no sabe a dónde, pero la fuga de médicos es una constante. Atender a un baleado es asunto de alto riesgo. Los médicos dicen que ya no hay fiestas, que no hay diversión ni tiempo para hacer amigos. La desconfianza obliga a refugiarse el tiempo libre en la casa, a extremar las precauciones con la familia, a involucrarse lo menos posible en la atención de víctimas de ejecuciones
Así, el juramento de una profesión que eligió para toda la vida, se queda guardado entre las balas, el miedo, el olor a pólvora que aún se percibe en el ambiente de Juárez.