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  • 08 MAY 2024, Actualizado 06:11

¿A quién le entregas tu poder personal?

El poder personal se desarrolla a través de la autoconciencia, la confianza y la responsabilidad.

¿A quién le entregas tu poder personal?

¿A quién le entregas tu poder personal?(Getty Images)

México

En entrevista con “Martha Debayle en W”, Mario Guerra, psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor (TW y IG: @marioguerra // FB: @marioguerra.mx // YT: @MarioGuerramx // encuentrohumano.com), nos cuenta las implicaciones de perder el poder personal.

¿A quién entregas tu poder personal?

¿Alguna vez has sentido que las decisiones en tu vida están siendo tomadas por alguien más? ¿Te has encontrado en un lugar donde te preguntas cómo llegaste allí, sintiendo que has perdido el control? En el mundo acelerado de hoy, es fácil perder de vista quiénes somos y lo que realmente queremos. A menudo, entregamos nuestro poder personal a otros, ya sea en relaciones, en el trabajo o incluso en nuestra relación con nosotros mismos. Pero, ¿qué significa realmente entregar nuestro poder? ¿Cómo sucede y cómo podemos recuperarlo?

¿A qué llamamos "Poder personal"?

El poder personal es nuestra capacidad de influir en nuestra vida, nuestras decisiones y nuestro bienestar. No es algo que se nos da, sino algo que cultivamos y, a veces, sin darnos cuenta, entregamos a otros.

¿Cómo se desarrolla este poder?

El poder personal se desarrolla a través de la autoconciencia, la confianza y la responsabilidad. Es como aprender a conducir tu propio vehículo en la vida, tomando el volante y eligiendo tu camino.

¿Cómo se presenta en la vida cotidiana?

El poder personal se manifiesta a través de la autonomía y la responsabilidad, permitiendo tomar decisiones conscientes y asumir sus consecuencias.

Algunos ejemplos de la vida cotidiana son:

 En las relaciones de pareja.

Tiene poder personal: Una persona que comunica abiertamente sus necesidades y sentimientos en la relación, establece límites saludables y trabaja en equipo con su pareja.

No tiene poder personal: Alguien que suprime sus emociones, permite comportamientos dañinos y se siente atrapada en la relación sin tomar medidas para mejorarla.

En las relaciones con los amigos.

Tiene poder personal: Una persona que elige amigos que respetan y apoyan sus valores, se comunica honestamente y mantiene un equilibrio saludable entre la amistad y otras áreas de la vida.

No tiene poder personal: Alguien que se conforma con amistades tóxicas, no expresa sus verdaderos sentimientos y permite que los amigos influyan negativamente en sus decisiones y bienestar.

En las relaciones familiares.

Tiene poder personal: Un padre que practica la comunicación abierta con sus hijos, establece reglas claras y se mantiene firme en sus decisiones.

No tiene poder personal: Un padre que cede constantemente ante las demandas de sus hijos o pareja, perdiendo su voz y sentido de identidad en la familia.

En la salud y bienestar.

Tiene poder personal: Una persona que toma decisiones conscientes sobre su dieta y ejercicio, se responsabiliza de su salud y busca ayuda médica cuando es necesario.

No tiene poder personal: Alguien que ignora las recomendaciones médicas, no toma medidas para mejorar su salud y culpa a las circunstancias por su mal estado físico.

En las finanzas.

Tiene poder personal: Una persona que establece un presupuesto, ahorra conscientemente y toma decisiones financieras informadas para alcanzar sus metas económicas.

No tiene poder personal: Alguien que gasta impulsivamente, no planifica para el futuro y se siente víctima de su situación financiera sin tomar medidas para cambiarla.

¿Es lo mismo perder el poder que entregar el poder a otro?

 Podría parecer, pero no es así:

Perder el poder personal: Esto puede ocurrir de manera más pasiva o involuntaria. Una persona puede perder su poder personal debido a circunstancias fuera de su control, como una enfermedad, un trauma o una situación de vida desafiante. La pérdida de poder personal en este contexto puede no ser una elección consciente, y la persona puede sentirse víctima de las circunstancias.

Entregar el poder personal a otros: Esto implica una acción más activa y consciente, aunque no siempre sea intencional. Entregar el poder personal a otro significa ceder el control, la autoridad o la responsabilidad propia a alguien más. Puede ser el resultado de una relación tóxica, una falta de autoestima o una dependencia emocional. Aunque puede haber factores subyacentes que lleven a alguien a entregar su poder, hay un elemento de elección o consentimiento en este proceso.

Cómo se pierde o entrega el poder.

Entregamos el poder cuando permitimos que otros tomen decisiones por nosotros, cuando dudamos de nuestras capacidades o cuando nos conformamos con menos de lo que merecemos. Es como entregar las llaves de tu coche a alguien más y dejar que te lleve a donde quiera.

Dependencia: Depender demasiado de alguien para el apoyo emocional o financiero puede llevar a una pérdida de autonomía y control sobre la propia vida.

Miedo al rechazo: El miedo a fallar o ser rechazado puede llevar a evitar oportunidades y entregar el control de la vida a las circunstancias o a otras personas.

Falta de autoestima o confianza en uno mismo: La duda constante sobre las propias habilidades puede llevar a depender demasiado de la opinión o aprobación de los demás. Además, compararse constantemente con los demás puede erosionar la confianza en uno mismo y llevar a entregar el poder a quienes se perciben como "superiores."

 ● Falta de límites claros: No establecer o mantener límites saludables en las relaciones puede llevar a la pérdida de respeto por uno mismo y por los demás.

Culpa: La culpa auto asumida puede llevar a una pérdida de confianza en uno mismo y a una entrega del poder personal a otros como una forma de "penitencia." La sensación de culpa puede llevar a una sensación de obligación hacia los demás.

Entregamos nuestro poder por miedo, inseguridad o amor mal entendido. A veces, creemos que al dar nuestro poder a alguien más, nos protegerán o nos amarán más. Pero, ¿es eso verdad? Y si sí, ¿a qué costo?.

Consecuencias de entregar el poder

Las consecuencias de entregar nuestro poder pueden ser devastadoras. Puede llevar a la dependencia emocional, la pérdida de identidad y la insatisfacción crónica. Es como vivir en una casa construida por alguien más, sin nunca sentirte realmente en casa.

Algunas consecuencias puntuales son:

Pérdida de autonomía y control: Entregar el poder puede llevar a una pérdida de control sobre las decisiones y acciones diarias, haciendo que alguien se sienta atrapado o dirigido por otros.

Disminución de la autoestima y confianza: Esto es causa, pero también consecuencia. La dependencia excesiva de la aprobación o dirección de otros puede erosionar la confianza en las propias habilidades y juicio.

Relaciones desbalanceadas y tóxicas: Entregar el poder en una relación puede crear un desequilibrio donde una parte tiene un control desproporcionado, llevando a una dinámica tóxica y dañina.

Compromiso de valores e integridad: Ceder el poder personal puede llevar a comprometer los valores y la integridad, lo que resulta en una vida incongruente y una pérdida de respeto por uno mismo.

Efectos en la salud mental y emocional: La pérdida de control y autonomía puede contribuir a trastornos como la ansiedad y la depresión, afectando la calidad de vida general.

Limitación del crecimiento y desarrollo personal: Una persona puede evitar tomar riesgos o seguir sus verdaderas pasiones.

Impacto financiero: La entrega del control financiero a otros, o la dependencia excesiva, puede llevar a decisiones financieras pobres, una situación económica inestable y hasta a un estado de sumisión.

¿Cómo recuperar el poder personal?

Recuperar el poder personal puede ser un proceso complejo, pero es posible con enfoque y determinación. Aquí hay algunas estrategias prácticas:

  1. Reconocimiento y reflexión.

○ Identifica dónde se perdió: Comienza por identificar las áreas de tu vida donde sientes que has perdido el control o entregado tu poder. ¿Es algo general? ¿Sucede más con alguna o algunas personas? ¿En algunos contextos, como figuras de autoridad?

○ Reflexiona sobre las causas: ¿Por qué sucedió? ¿Fue por miedo, complacencia, o una relación tóxica? La comprensión de las causas puede prevenir la repetición.

  1. Establecimiento de límites claros.

○ Define tus límites: ¿Qué es aceptable o negociable y qué no lo es para ti? Establecer límites claros te ayuda a proteger tu espacio personal y emocional.

○ Comunica tus límites: Es complicado esperar que otros los adivinen o los respeten sin la claridad necesaria.

  1. Cultivo de la autoconfianza.

○ Fortalece tus habilidades: Trabaja en áreas donde te sientas inseguro. Puede ser a través de la educación, la práctica o buscar ayuda profesional.

○ Celebra tus logros: Reconoce y celebra tus éxitos, por pequeños que sean. Esto fortalece tu confianza en ti mismo. 

  1. Práctica de la autocompasión y el perdón.

○ Sé amable contigo mismo: La autocrítica dura puede erosionar tu poder. Practica la autocompasión y reconoce que eres humano y que es normal cometer errores.

○ Perdona y libera: Si alguien te ha hecho daño o te has hecho daño a ti mismo, el perdón puede ser un paso poderoso hacia la recuperación de tu poder. Recuerda que perdonar no significa necesariamente reconciliarse con la otra persona.

  1. Encuentra tu voz y úsala.

○ Expresa tus pensamientos y sentimientos: Habla abierta y honestamente sobre lo que piensas y sientes. Tu voz es una herramienta poderosa para reclamar tu poder.

○ No evadas conversaciones difíciles: Te servirá de práctica para enfrentarlas con firmeza y claridad.

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