Con Martha Debayle. ¿Cortar o no cortar en Navidad?

Ciudad de México

Tere Díaz, psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora del libro ¿Cómo identificar a un patán? y el más reciente: “¿Por qué nos mentimos si nos amamos?”

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La temporada navideña agudiza:

- sentimientos y malestares

- cuestionamientos y proyecciones a futuro

 Así como muchas cosas, legítimamente, tienen que frenarse porque no hay forma de activarlas en esta temporada (iniciar ciertos proyectos laborales, hacer mejoras arquitectónicas a una casa, ciertas intervenciones médicas) el continuar una relación o de terminarla, el algo que sí se puede considerar y actuar.

Un mal amor recrudece sus efectos en estas temporadas, ¿por qué?

1. Los acuerdos necesarios para atravesar las fiestas generan estrés.

2. Los encuentros con personas y familiares que vemos poco evidencian o detonan malestares.

3. El que paren o disminuyan actividades rutinarias y laborales intensifica el convivio de pareja e intensifica el malestar amoroso (se comparten vacaciones, encierros familiares o convivios no cotidianos tornan intolerable la intimidad)

4. Suceden eventos puntuales que dan cuenta de la fragilidad o poca certidumbre que genera relación.

Cuestionamiento.

1. ¿Esto que siento se dio solo este año o solo con esta persona?

- Si NO es la primera vez que te pasa, habrá que considerar:

o Si ocurre cada año, estés con quien estés, tal vez la situación no tiene que ver con la pareja.

o Si ocurre cada año, con la misma persona, es momento de tomar acción o buscar solución.

- Si SÍ es la primera vez que te pasa, habrá que distinguir:

o Si pasó algo distinto a años anteriores (Con familia, trabajo, covid, etc.) Date un tiempo para pasadas las fiestas, asentar la rutina, y ver si con tu pareja baja la tensión o a un problema concreto, buscas solución.

o Si todo es igual y solo la pareja te perturba

 A) Considera si lo que pasa es una causa de fuerza mayor y no puedes o debes tolerarlo (violencia, mentiras, aburrimiento total) - Poner un alto, al menos temporal para luego cerrar, pero no convivir. “No convivíamos que todo puede empeorar”

 B) Considera si hacer un cambio ahorita te generará más estrés pero decide que SÍ TE MOVERÁS, aunque no sea ahora y planea los pasos de salida.

 C) Considera si das un primer paso que empieza a marcar la retirada (decirle a alguien, hablar con la persona, empezar a empacar, hablar con los hijos)

 OJO, son muchas las razones que nos detienen a tomar UNA decisión así cuando es necesario hacerlo:

- Arruinarle la cena a alguien.

- Desperdiciar un viaje ya organizado o pagado.

- Temor a no tener con quien y a dónde ir durante las fiestas.

- Amargarles las navidades a los hijos cuando los hay.

- Quedar mal con alguien que ya habías acordado algo.

¿Qué va primero, tu salud física y mental, tu paz interna, o prolongar por “cuidado a los demás” lo que es impostergable?