CON MARTHA DEBAYLE. ¿Por qué no tengo pareja?
¿Cuál es la principal razón por la que creen que no han encontrado pareja?
El amor digital
48:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://wradio.com.mx/embed/audio/557/111RD380000000094364/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Mexico City
Tere Díaz, psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?.
Siempre hemos sufrido por amor: pero hoy sufrimos diferente…
El tema del amor -por exceso o por defecto– se ha convertido en un tópico de preocupación fundamental en nuestra época y MÁS para las mujeres a quienes aún hoy se les socializa para hacer el amor su proyecto de vida.
Mucho de su identidad la construyen por la capacidad de amar y ser amadas.
1. Si buscas frenéticamente pareja, la espantas…¿Por qué entonces no encontramos la dicha amorosa “a la vuelta de la esquina”?
2. Tú quieres tener pareja o QUIERE TU MAMÁ… Tu papá, tu hermana y tus amigas.
Temas de contexto
* Priorizar la individualidad La pareja siempre se ha constituido respondiendo a factores sociales externos, por eso su construcción tiene que ver más con las exigencias de la sociedad que con las necesidades de los amantes. A lo largo del tiempo hemos transitado de matrimonios concertados, a intercambios románticos idílicos e irrealizables, a elecciones por amor matrimoniales y ahora, a una diversidad de modelos de pareja en una sociedad posmoderna que prioriza la individualidad y la transitoriedad.
Hoy la imposibilidad de iniciar, construir y sostener relaciones amorosas se ha convertido en punto nodal de los dilemas humanos.
- La elección de la pareja se ha vuelto meticulosa y compleja, los gustos personales son cada vez más exigentes y refinados. Además, tenemos infinidad de posibilidades y éstas siempre se pueden mejorar
- La imaginación exacerbada y las expectativas irreales : nos aferramos a nuestros sueños y no nos adaptamos a las realidades de quien está sentado junto a mí.
- El miedo al compromiso no solo por la renuncia a candidatos mejores sino porque desconfiamos de la durabilidad del amor. Además, comprometerse ya no es un prerequisito para la relación sino un objetivo a alcanzar a través de la interacción. El respeto a la autonomía del otro nos impide pedirlo (y darlo) y el efecto de no saber “dónde estamos parados” genera una ansiedad.
- La excesiva racionalización atenúa la intensidad de la emoción amorosa: el deseo sin intensidad pierde fuerza, la atención no se puede fijar en una única persona, y la voluntad es insuficiente para adherirse a dicha decisión.
- La libertad sexual en particular y la libertad en general nos abre tantas posibilidades que para qué atarme a uno solo. Una vez desarticulado el “combo” sexo, hijos y amor en un paquete matrimonial, las personas nos instalamos más tiempo en el mercado sexual, la competencia erótica es feroz. Y si nadie te escoge y te coge ¿quién eres? ¿cuánto vales? Deseamos con desespero “relacionarnos” y desconfiamos todo el tiempo del “estar relacionados” y particularmente de estar relacionados “para siempre”.
Factores. Son muchos los componentes que intervienen en la dificultad de encontrar, construir y sostener una vida de pareja:.
- ¿Infancia es destino? No podemos menospreciar el impacto de los vínculos con nuestros padres en cuanto a la imagen que tenemos sobre nosotros mismos.
- Lealtades invisibles. Historias que se cocinaron en nuestra familia de origen.
- Desencantos amorosos. Que generan temor ante una nueva relación.
- Desconocimiento personal. De mis competencias, deseos, necesidades, intereses y valores.
Alinear nuestras aspiraciones a nuestras posibilidades: o esperamos demasiado de la pareja o nos conformamos con demasiado poco. ¿Lo que ofrecemos es lo que pedimos? ¿Recibimos lo que otorgamos?
- Creencias erróneas del amor
- Desacoples de género. Los hombres buscan mujeres que ya no existen, y las mujeres buscan hombres que nunca han existido. Transición compleja.
- Diversidad de modelos amorosos.
¿Qué no ayuda?
1. Encerrarse en la propia vida, casa, o círculo, esperando el amor.
2. Descuidarse en lo personal y dejar de resultar atractivo.
3. No dar el primer paso esperando que el otro lo de.
4. Mostrar frialdad cuando en realidad se experimenta es interés.
5. Burlarse o minimizar expresiones afectuosas y cálidas.
6. No responder a llamadas o mensajes para generar “mayor interés”.
7. Ocultar los propios deseos y sentimientos por temor a ser rechazado.
8. Entrar en una lucha de poder y discutir de todo con el fin de “tener la razón”.
9. Dosificar muestras de cariño para que el otro no sienta que estás a su “merced”.
10. Ser hiriente con información confidencial que se me ha confiado.
11. Empequeñecer las rasgos y logros del otro para que “no se crea de más”.
12. Ignorar nuestros problemas en vez de enfrentarlos, esperando que los adivinen y los resuelva, o creyendo que el tiempo por sí mismo los solucionará.
13. Precipitar compromisos que “ni al caso” por el temor a perder a la persona deseada.
14. Liarse sexualmente pensando que eso asegurará la permanencia del otro.
15. Mostrarte de inicio muy complaciente y luego tener que echar marcha atrás.
16. Dar demás, a costa de las propias necesidades, esperando ser correspondido y luego decepcionándote de la falta de valoración y agradecimiento hacia ti.