¿Cómo podemos salir de la crisis de civilización de nuestra era, de la cual el fascismo es sólo una manifestación? La respuesta, nos dice el autor, está en el regreso de la nobleza de espíritu, en la recuperación de los valores universales de verdad, justicia, belleza, compasión y sabiduría. Sólo en estos pilares puede apoyarse una sociedad verdaderamente democrática.
