• 10 DIC 2025, Actualizado 05:32

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¿Por qué México ha incumplido el Tratado de Aguas con Estados Unidos?

Trump presiona con aranceles y Sheinbaum advierte que México no puede entregar el agua exigida bajo las condiciones actuales.

The Mexican-Texas border in the Rio Grande Valley / Andrew Lichtenstein

La tensión diplomática entre México y Estados Unidos escaló en los últimos días luego de que el presidente Donald Trump acusara públicamente al gobierno mexicano de incumplir las obligaciones del Tratado de Aguas de 1944 y condicionara la relación comercial a la entrega inmediata de volúmenes específicos de agua. El mandatario estadounidense advirtió que, de no recibir parte del recurso antes de fin de año, impondría un arancel adicional del cinco por ciento a productos mexicanos, presionando así a una negociación urgente. Frente a ese escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió que el país enfrenta limitaciones reales para cumplir en los tiempos y volúmenes exigidos y convocó a una reunión bilateral para evitar que el conflicto se traslade al terreno económico. Sus declaraciones reabren un debate que ha permanecido latente durante años: ¿qué tan viable es seguir aplicando un tratado diseñado para un contexto hídrico que ya no existe?

Contexto del tratado

El Tratado de Aguas de 1944 establece cómo deben compartirse los recursos hídricos entre México y Estados Unidos, particularmente en las cuencas del Río Bravo y el Río Colorado. El acuerdo obliga a México a entregar a su vecino del norte poco más de 2 mil 158 millones de metros cúbicos de agua cada ciclo de cinco años, volumen que debe provenir de los tributarios mexicanos del Bravo. Este marco jurídico, considerado durante décadas un modelo de cooperación transfronteriza, ha comenzado a mostrar tensiones propias de un contexto hídrico radicalmente distinto al que existía cuando se firmó.

Qué ha dicho el Gobierno de México

La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que México está en incumplimiento respecto a las entregas programadas para este ciclo. De acuerdo con su administración, el retraso obedece a dos factores principales: limitaciones físicas en la infraestructura que transporta el agua hacia la frontera y la necesidad de priorizar el abastecimiento interno ante la presión creciente sobre los sistemas de almacenamiento. Funcionarios han señalado que, en situaciones de sequía severa, el propio tratado permite diferir los déficits para el siguiente ciclo quinquenal; es precisamente esa cláusula la que México está aplicando hoy.

Claudia Sheinbaum, President Of Mexico, Holds Her First Morning Conference At The National Palace In Mexico City / NurPhoto

Factores estructurales, sociales y ambientales detrás del incumplimiento

Un artículo publicado el día de hoy por la agencia Infobae explica que el rezago no responde únicamente a circunstancias coyunturales. La región norte del país enfrenta una de las sequías más persistentes de las últimas décadas, con presas y embalses muy por debajo de su capacidad histórica. La combinación de cambio climático, expansión agrícola, crecimiento urbano acelerado y una infraestructura de conducción envejecida ha reducido de manera sustancial la disponibilidad real de agua.

A esto se suma un sistema de concesiones que durante años otorgó permisos de extracción sin suficientes controles, lo que profundizó la presión sobre las fuentes superficiales y subterráneas. En conjunto, estos elementos han provocado que el agua que debería destinarse a las obligaciones internacionales directamente con el consumo humano, la agricultura nacional y sectores industriales que dependen del recurso para operar.

Impactos diplomáticos y tensiones recientes

La administración de Donald Trump sostiene que México adeuda cerca de 800 mil acres-pie, aproximadamente 986 millones de metros cúbicos, y ha impuesto un ultimátum para que se liberen por lo menos 200 mil acres-pie antes del 31 de diciembre. De no ocurrir, el gobierno estadounidense ha advertido que aplicará un arancel adicional del cinco por ciento a productos mexicanos. Ante ese escenario, la presidenta Sheinbaum convocó a una reunión urgente con funcionarios estadounidenses para negociar un acuerdo que no comprometa el suministro interno y permita desactivar las presiones comerciales.

WASHINGTON, DC - DECEMBER 05: U.S. President Donald Trump attends the FIFA World Cup 2026 / Hector Vivas - FIFA

Análisis: por qué el tratado de 1944 enfrenta un colapso estructural

El incumplimiento mexicano revela un problema más profundo: el tratado opera sobre supuestos climáticos y demográficos que ya no existen. El norte del país se ha convertido en una zona de estrés hídrico extremo; los ciclos de lluvia son cada vez más erráticos; la demanda de agua para consumo doméstico y agricultura crece sin pausa; y la infraestructura actual no está diseñada para responder a ese nivel de exigencia.

En este panorama, cumplir con el volumen pactado hace más de 80 años resulta cada vez más complejo sin afectar a poblaciones enteras que dependen de los mismos tributarios. Esto abre una conversación inevitable sobre la necesidad de revisar, actualizar o al menos adaptar los mecanismos del tratado a las condiciones actuales de disponibilidad de agua.

México ha incumplido el Tratado de Aguas con Estados Unidos por una combinación de factores climáticos, estructurales y de gestión que se han agravado con el paso de los años. Aunque el marco legal permite compensar déficits en ciclos posteriores, la persistencia de sequías y un escenario de escasez creciente obligan a replantear la manera en que ambos países administran un recurso que hoy es más limitado que nunca. El conflicto diplomático y las amenazas arancelarias solo subrayan la urgencia de diseñar una política hídrica binacional que responda al siglo XXI y no a la realidad de 1944.

The Mexican-Texas border in the Rio Grande Valley / Andrew Lichtenstein