OpenAI anuncia restricción a China y Hong Kong del ChatGPT

Iniciando el mes de julio ya hay problemas entre Estados Unidos y China, pues pretenden mantener restricciones por parte de la empresa OpenAI, quien recientemente advirtió que los desarrolladores bloquearán el acceso a sus herramientas a naciones que no ofrezcan sus servicios.

La decisión surge desde el mes de mayo, y es que la startup reveló que tomó la decisión de cancelar al menos cinco operaciones de influencia en los últimos meses, puesto que estaban utilizando sus productos para manipular la opinión pública.

Uniendo los puntos coincide con la constante presión de Washington y el cierre de puertas a China, comenzando con la plataforma de Tik Tok y la restricción con la tecnología avanzada de inteligencia artificial. ¿Una especie de venganza?

Se estén desquitando o no, empresas chinas tratan de desarrollar modelos de Inteligencia Artificial que puedan igualar a ChatGPT. Tal es el grado de interés y apertura a la noticia que Pekín anima a las empresas para innovar en IA, señalando que podría beneficiar al sector económico y militar de China.

Medidas justificadas

Claramente la empresa OpenAi no permitirá que le roben el proyecto que tanto trabajo le costó perfeccionar, así que tomará medidas drásticas para evitar que “se inspiren en su trabajo”, así que planea bloquear a China en el acceso a la tecnología y algunos otros países para que no tomen la información necesaria para saltarse años de desarrollo.

Pese a que el acceso se le ha restringido al país, empresas han podido acceder a través de aplicaciones que se filtran a OpenAI, todo para “inspirarse” en la creación y utilización de sus propias aplicaciones.

La empresa Baidu, principal desarrollador de inteligencia artificial de China, anticipó que lanzará un “programa inclusivo” para nuevos usuarios ¿Qué tiene de atractivo? bueno pues incluye una migración gratuita a su plataforma Ernie.

La lucha ha avanzado tanto que el Departamento del Tesoro estadounidense propone y trabaja en normas para restringir la inversión extranjera en tecnologías, contemplando así una mayor seguridad nacional, tanto para las personas como para la IA.