¿Mi hijo podría tener TDAH?

Antonio Rizzoli, especialista en neurología pediátrica, maestro y doctor en ciencias, fundador de la especialidad de pediatría del desarrollo.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es muy común en la niñez, la prevalencia mundial es en promedio del 5%

Un estudio en delegaciones de la CDMX, encontró que la prevalencia en niños de 3 a 5 años de edad, es del 11.5% (Similar a otros países)

En el caso de adultos, se estima una prevalencia de 2.5% y las comorbilidades más comunes son ansiedad, abuso de sustancias y problemas de personalidad de acuerdo a BMC Psychiatry

El TDAH tiende a ser mal diagnosticado y en especial subestimado en niñas.

De acuerdo Lancet Psychiatry si el TDAH persiste en la adultez es un factor de riesgo para bajo desempeño académico/laboral, dificultad en las relaciones y empleo.

¿QUÉ ES EL TDAH?

De acuerdo a Mayo Clinic, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad con o sin impulsividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. Incluye una combinación de problemas persistentes como:

Dificultad para mantener la atención

Hiperactividad

Comportamiento impulsivo

Pueden presentar baja autoestima, relaciones problemáticas y bajo rendimiento escolar.

Los síntomas a veces disminuyen con la edad y aunque el tratamiento no cura el TDAH, puede ayudar mucho con los síntomas. El tratamiento comúnmente involucra:

Medicamentos

Intervenciones conductuales

Pre pandemia se estimaba además que al menos 5% de todos los niños tendrían dificultades sustantivas manifestadas como: hiperactividad, inatención e impulsividad que estarían en el límite de cumplir los criterios de TDAH.

SEÑALES DE POSIBLE TDAH

Lo más importante es la detección temprana y un manejo adecuado ya que las personas con TDAH muestran un patrón persistente de falta de atención o hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo:

Falta de atención: Describiremos los síntomas en pacientes de hasta 17 años de edad, todos ellos se consideran si se presentan mínimo durante 6 meses.

1.- A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades.

2.- Muy seguido tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.

3.- Pareciera que no escucha cuando se le habla directamente.

4.- No cumple las instrucciones y no logra completar las actividades escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (p. ej., pierde la concentración, se desvía).

5.- Tiene problemas para organizar tareas y actividades.

6.- A menudo evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar un esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o las tareas escolares).

7.- Pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (p. ej., materiales escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles, anteojos, teléfonos celulares).

8.- Se distrae con facilidad.

9.- Se olvida de las cosas durante las actividades diarias.

Hiperactividad e impulsividad:

1.- Frecuentemente se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.

2.- A menudo se para de su asiento en situaciones en las que se espera o debería estar sentado.

3.- Corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en adolescentes o adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).

4.- No puede jugar o participar en actividades recreativas de manera tranquila.

5.- Se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un motor”.

6.- Habla de manera excesiva.

7.- Suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.

8.- Le cuesta esperar su turno.

9.- Interrumpe a otros o se entromete (p. ej., se mete en conversaciones o juegos).

CRITERIOS BÁSICOS (Para determinar que es un niño con TDA y no solamente un niño inquieto)

Varios de los síntomas de falta de atención o hiperactividad/impulsividad se presentaron antes de los 12 años de edad.

Que los síntomas se presenten en dos o más contextos (como en el hogar, la escuela o el trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).

Hay indicios claros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, escolar y laboral, o que reducen su calidad.

Definir si a los síntomas se les asocia a otro trastorno mental (como trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad).

Los síntomas no ocurren solo durante el curso de episodios de esquizofrenia u otro trastorno psicótico.