;
  • 24 ABR 2024, Actualizado 03:30

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. ¿Qué hago con mis conductas compulsivas y la comida?

Les vamos a enseñar, por qué nos pasa esto, por qué siempre ante una emoción negativa, nos dejamos ir con la comida

¿Qué hago con mis conductas compulsivas y la comida?

¿Qué hago con mis conductas compulsivas y la comida?

42:30

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://wradio.com.mx/embed/audio/557/111RD380000000108096/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Mexico City

Adriana Esteva, especialista en Nutrición Emocional, autora de “Cuando la comida calla mis Sentimientos” y “En la comida como en la vida” y facilitadora de taller “Comiéndome mis emociones”

Whatsapp 5532381755 // IG @adriestevar // Twitter @adriesteva

Facebook COMIENDOME MIS EMOCIONES ADRI ESTEVA

  • · Aun cuando sé que para muchas personas el hecho de subir de peso, comer de más, sentirse fuera de control pareciera ser algo muy malo y que deberían estar pudiendo manejar, hay que mirarlo más desde el para qué, desde el juicio y el por qué.
  • · La idea es abrirnos un poco para comprender que nuestro cuerpo tiene una gran inteligencia, más allá de lo que nosotros racional o moralmente podemos considerar como bueno o malo.
  • · Hoy vamos a poner en la mesa tres puntos que nos pueden ayudar a comprender nuestras conductas en relación a la comida y que más que darnos recetas o fórmulas, nos pueden brindar luz en cómo mirarnos y abrir posibilidades:

La restricción:

  • · Como ya saben, la restricción activa nuestros más primarios instintos de supervivencia. La restricción nos lleva directo a la compulsión. Así que entre más nos amenazamos con que tenemos que comer menos, más estamos despertando la conducta contraria. El miedo y la amenaza nos son buenas formas de cuidarnos.

 ¿Qué puedo hacer?

  • · Replantearte la idea de seguir queriendo controlar lo que comes y abrirte a la posibilidad de respetar tu propia hambre, incluyendo tu hambre emocional.

 Nuestras defensas:

  • · Los seres humanos somos seres relacionales, es decir, nos vamos formando en relación al otro (papás, cuidadores, hermanos, familia, amigos, maestros, jefes, parejas, etc.) y a lo otro (espacios, situaciones, clima, sociedad, ruidos, colores, olores, formas, creencias, etc.) y esto no es algo que podamos evitar, es parte del plan, de lo que corresponde a vivir en este planeta y en esta dimensión.
  • · Al ser seres relacionales es evidente que lo que pase a nuestro alrededor nos va a afectar. La manera en que nos afecte va a depender de varios factores como nuestro temperamento, nuestra historia de vida, nuestras percepciones y experiencias, nuestra capacidad para gestionar nuestras emociones, nuestras defensas, habilidades, creencias, la situación que estemos atravesando, los recursos o apoyos que tengamos, nuestra edad, valores, entre otros.
  • · La pandemia, es un evento prácticamente nuevo para cualquiera, ninguno de nosotros habíamos vivido algo así y a todos nos ha afectado de diferentes formas y nos ha despertado diversas emociones, entre las que más sobresalen podrían ser el miedo, la desolación, la frustración, la tristeza y el enojo.
  • · De modos para cada quien diferentes, pero con lo que a la mayoría nos ha enfrentado esta pandemia es con el miedo a perder ya sea la vida, la de quienes amamos, de quienes quizás dependemos, nuestro trabajo o medio de sustento, nuestra casa, nuestra seguridad y la manera en la que conocíamos la vida y esto naturalmente activa nuestros mecanismos de defensa más primarios que son:
    • o Luchar
    • o Huir
    • o Congelarnos
  • · Estos mecanismos son activados y por lo tanto desactivados por nuestro sistema nervioso autónomo y la verdad es que este sistema no entiende mucho de razones, solo le interesa ponernos a salvo y conservar nuestra integridad física y psíquica.
  • · Comer de más o de menos, dormir de más o de menos, fumar, beber, hacer ejercicio obsesivamente o no moverte, quedarte callado o pegar de gritos, clavarte horas en el celular, comerte las uñas, drogarte, o cualquier otra que consideres destructiva, adictiva, compulsiva o como le quieras llamar, suelen ser intentos por mantener la salvedad cuando está en riesgo algo más valioso.
  • · Es importante saber esto, porque los mensajes que solemos recibir es que deberíamos de poder parar la conducta y pocas veces nos detenemos a observar qué estamos tratando de lograr al hacer esa conducta.

Por ejemplo, cuando se activa la lucha y la huida que tiene que ver con la excitación, pudiéramos estar experimentando algo como:

  • · Algo muy malo va a pasarme
  • · Tengo que estar siempre alerta
  • · Tengo que hacer, hacer, hacer
  • · Estoy siempre ansioso
  • · No puedo confiar en nadie
  • · No me puedo detener
  • · Nada me tranquiliza
  • · No puedo parar
  • · No se cómo salir de aquí

Por otro lado, se estará activando más la defensa de congelamiento, que tiende más hacia la inmovilización si sientes si sientes o te dices algo como:

  • · No puedo hacer nada
  • · Ya para qué
  • · Me da miedo moverme
  • · Estoy solo
  • · Nadie está aquí para mi
  • · No vale la pena
  • · La forma de responder suele ser la conducta con la cual estamos tratando de cubrir la necesidad real que es, sentirnos a salvo ya que en ambos casos la información que recibimos es que el mundo es amenazante.
  • · Y la comida, para muchos, ha sido una forma de sentirnos a salvo ya que activa nuestras memorias más primarias en la que la comida estaba conectada con seguridad, contención, compañía, calor, presencia, mirada, etc.

¿Qué puedo hacer?

  • · De entrada abrirte a la posibilidad de que esas conductas están buscando compensar algo y ponerte a salvo.
  • · Busca actividades, posturas, palabras, encuentros, etc. que te hagan sentirte a salvo: una de ellas es la orientación (podemos hacer esta dinámica que dura 2 minutos)
  • · Encuentra tus propios recursos: el piso, tu respiración, tu movimiento seguro, tus posibilidades de poner límites.
  • · El poco a poco es una pieza clave ya que los demasiados nos llevan a activar la energía de supervivencia. Ve haciendo consciencia de lo que si puedes hacer y si puedes sostener, por más pequeño que sea.
  • · Encuentra lo que si hay y lo que si se siente bien

La auto- regulación

  • · La auto regulación es la capacidad que tenemos para responder a nuestras necesidades internas y también al mundo externo. Es la capacidad de confiar en esas respuestas.
  • · Nuestra capacidad de auto-regulación depende en gran medida de cómo hayamos sido co-regulados por nuestros cuidadores primarios y principalmente en qué tanto hayan estado sintonizados con nuestras necesidades.
  • · Les platico esto, porque creo que uno de los puntos súper importantes en la relación con la comida es precisamente esta incapacidad de auto- regularnos (ojo no auto controlarnos), de confiar en que podemos atender a nuestras necesidades asertivamente y por eso estamos queriendo encontrar respuestas afuera, en lo que me dicen que debería de comer, en lo que me dicen que debería o no de hacer, en la aprobación de mi imagen y en la creencia de que no puedo hacerme cargo de mi y por eso tengo que recurrir a la comida como único recurso porque quizás aprendimos que lo que realmente necesitábamos no estaba disponible para nosotros.

¿Qué puedo hacer?

Los dos puntos básicos para la auto-regulación son:

  • · Sintonía con tus necesidades
  • · Presencia
  • · ¿Qué siento?
  • · ¿Qué necesito?

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen vivo

W Radio México
En vivo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad