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  • 05 DIC 2024, Actualizado 14:04

CON MARTHA DEBAYLE

Las 10 claves de la felicidad

Les vamos a dar 10 claves para ser felices, aún en tiempos de crisis o incertidumbre

Las 10 claves de la felicidad

Las 10 claves de la felicidad / Getty Images

Mexico City

Tal Ben-Shahar, autor y conferencista, enseñaba el curso más popular en la Universidad de Harvard sobre “Psicología Positiva”.

Creer en la felicidad

La felicidad depende en un 50% de la genética, en un 40% de las elecciones personales y en un 10% del entorno.

Esos porcentajes pueden cambiar en situaciones extremas, como una guerra.

Dicho de otra forma, puedes ser feliz, si quieres ser feliz.

Depende de ti, tus elecciones y tus conductas.

Cultivar las relaciones personales

La calidad de las relaciones personales es un factor diferencial cuando hablamos de felicidad.

Pasar tiempo con las personas a las que más queremos, sentirnos parte de una familia o una comunidad, hablar con la gente, abrazarla, mirarle la cara, sentirse físicamente cerca alguien son los pilares del bienestar de una persona.

A nivel individual, se hicieron investigaciones por parte Martin Seligman, padre de la psicología positiva y sus colegas sobre la gente más feliz del mundo. ¿Qué les diferencia? Que tienen unas relaciones íntimas sólidas.

SOBRE EL HERMOSO ENEMIGO: La frase «hermoso enemigo» viene de un texto de Ralph Waldo Emerson, que fue un filósofo estadounidense del siglo XIX. En un amigo no se buscan un montón de concesiones, una persona que le dé la razón en todo lo que diga. Lo que busca es una persona que le desafíe, que le presione, que sea un hermoso enemigo que le ayude a alcanzar la verdad. A veces necesitamos una palmadita, alguien que nos diga que somos geniales a pesar de todo. Pero a largo plazo, queremos a alguien real. Que nos diga cuando no está de acuerdo, que nos desafíe, que nos ayude a alcanzar la verdad, a ser mejores personas, a tener más éxito, a ser más felices. Ese es el amigo de verdad, no una persona que nos da la razón a todo lo que decimos.

Desconectar de la tecnología

Nunca hemos estado tan conectados y desconectados a la vez.

Según la antropóloga Amber Case, una de las protagonistas del primer foro Telos, es la paradoja de nuestros tiempos.

Vivimos tan pendientes de los teléfonos inteligentes que se convierten en extensiones de nuestros propios cuerpos.

Somos cíborgs: mitad humanos, mitad robots.

El smart phone es un invento fabuloso para conectar a las personas, pero es un medio no un fin.

La empatía y las demás emociones necesitan cercanía y contacto físico. Hay que aprender a desconectar de la tecnología o, por lo menos, a ponerle un límite.

Concederte el permiso para ser humano

Ser humanos es asumir que los sentimientos negativos tienen cabida.

Uno de los principales obstáculos en la búsqueda de la felicidad es creer que se puede estar siempre felices.

Nos enfadamos, nos ponemos tristes, sentimos envidia.

Solo hay dos tipos de personas que no experimentan dolor, como enfado, tristeza, ansiedad, decepción, envidia, miedo… El primero son los psicópatas, no pueden sentir emociones dolorosas. El segundo tipo de persona que no las siente son los muertos.

Las REDES SOCIALES, también juegan un papel importante, tendemos a creer que son un reflejo fiel y real de la vida y la vida perfecta de los demás nos provoca frustración.

Es más, nos sentimos obligados a fingir una vida perfecta y airearla en nuestras redes sociales.

Para ser feliz, HAY QUE SER AUTÉNTICO Y REAL.

Aprender a descansar

El verdadero problema no es el estrés en sí, sino la falta de recuperación.

No se trata solo de dormir, sino de descansar.

Las personas felices y saludables saben gestionar su tiempo y tomar tiempo libre

Estar agradecido

Es un ejercicio sencillo con un enorme poder.

La ciencia ha demostrado que quienes expresan gratitud con regularidad y no dan por hecho lo que tienen, no ignoran los problemas, pero tampoco ignoran lo que tienen, estas personas no solo son más felices y más optimistas, también tienen más éxito y consiguen sus objetivos, físicamente están más sanos.

Quédate con la palabra «Apreciar» significa dar las gracias por algo. Pero la palabra «apreciar» tiene otro significado: Aumentar el valor

Hay pruebas científicas que demuestran que cuando aprecio a mi pareja, cuando aprecio mi trabajo, cuando aprecio mi vida, las cosas buenas en mi vida aumentan de valor y tengo más.

Estudiar la felicidad

Si queremos educar a personas felices, tenemos que enseñar la felicidad desde las primeras etapas del aprendizaje tal y como enseñamos las matemáticas, la geografía o la historia.

Es necesario complementar las asignaturas tradicionales con la formación en soft skills como la flexibilidad, la creatividad o la resiliencia.

Invertir en la felicidad

El trabajo es uno de los principales indicadores de nuestros niveles de felicidad.

Mucho depende de nosotros y de cómo afrontamos el día a día en el lugar de trabajo.

Sin embargo, las organizaciones pueden hacer mucho para que sus trabajadores sean felices.

De hecho, deberían invertir en felicidad.

Un trabajador feliz trabaja más, en menos tiempo y es mucho más creativo.

Se trata de cambiar los términos de la ecuación. No es éxito (causa) – felicidad (efecto), sino felicidad (causa) – éxito (efecto).

Hacer listas de tus pasiones y puntos fuertes

Ben-Shahar es creador del proceso MPS, siglas en inglés de “significado”, “placer” y “puntos fuertes”.

Este método consta en establecer listas de cosas que son significativas para nosotros; cosas que nos provocan placer; y finalmente nuestros puntos fuertes.

El segundo paso es buscar coincidencias entre estas listas.

Allí donde coinciden las cosas importantes, las placenteras y las que se nos dan bien es donde solemos hallar la felicidad.

Entrenar la felicidad

Desconectar, cultivar las relaciones personales, conceder espacio a todos los sentimientos humanos, incluidos los negativos.

Todo esto está muy bien, pero tiene que convertirse en una costumbre, en un hábito rutinario.

Hay que entrenar la felicidad como hacemos con nuestro cuerpo practicando deporte con regularidad. Si quieres ser feliz, empieza a hacer cosas que te hagan feliz.

Todos los días, a partir de ahora.

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