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  • 23 ABR 2024, Actualizado 23:44

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. ¿Cómo ser tolerantes a la incomodidad y dejar de vivir enojados?

Para todos los que se la pasan haciendo corajes, porque cerraron una calle, porque el metro tuvo fallas, porque movieron algo de su lugar de trabajo

¿Cómo ser tolerantes a la incomodidad y dejar de vivir enojados?

¿Cómo ser tolerantes a la incomodidad y dejar de vivir enojados? / Getty Images

Mexico City

Rafael Santandreu, uno de los psicólogos más prestigiosos del mundo.

¿Por qué la “tolerancia a la incomodidad” es tan importante para el desarrollo personal?

Es MEGA importante. Muchísima gente se amarga la vida prácticamente TODOS LOS DÍAS, por presuntas incomodidades: Por si hay mucho tráfico, por si cerraron una calle, por si el del café no los atendió pronto.

Es decir, a veces, nos volvemos hipersensibles a las incomodidades de la vida y eso es una tortura porque al final, todo nos molesta.

Sin embargo, hay personas a las que estas incomodidades no les importan mucho: ¿Qué hace mucho calor en verano? ¡Se duchan varias veces al día y tan felices! ¿Qué hay una gran cola en el supermercado? Pues se ponen a escuchar música mientras esperan y todo en orden

Tener una buena tolerancia a la incomodidad es muy importante para disfrutar de la vida por dos razones:

para no amargarse tontamente la vida

para tener una vida plena

Vivimos obsesionados con la comodidad, nos educan para sentirnos cómodos pero OJO: un poco de comodidad es buena; demasiada comodidad es un rollo.

Pero como la “comodidad completa” es imposible y tampoco da la felicidad, ese “endiosamiento de la comodidad” nos mete en un círculo de insatisfacción casi constante.

Las incomodidades que más nos ponen mal…

La esperas excesivas (en el médico, en la cola del supermercado, en un atasco)

El ruido (del vecino, en un restaurante)

El calor o el frío

El cansancio (por ejemplo, ir en autobús de pie al final del día)

El tedio (en una conferencia pesada)

El aburrimiento (en un viaje largo, en el aeropuerto)

El contacto con lugares sucios o feos

El dolor (un dolor de cabeza, de estómago)

Las fallas de los demás (colaboradores, familia)

Las aglomeraciones (el metro, la playa cuando está a tope)

¿Podemos ser insensibles a la incomodidad?

Sí, haciendo un trabajo mental.

Yo practico un tipo de psicología brutal que se llama “psicología cognitiva” o “del pensamiento” con la que modificamos nuestro diálogo interior para cambiar nuestro mundo emocional.

Cambiamos la manera de pensar y tus emociones cambian. Tu filosofía personal básica.

Cada vez que se te aparezca algo incómodo en tu vida: puedes decir lo siguiente

“¡Bienvenida sea esta situación: lo cómodo o incómodo está solo en mi cabeza. Puedo ser increíblemente feliz aquí, ahora, como en cualquier otro momento! Así que voy a disfrutar de este ratito en la cola del súper o donde sea”.

¿Qué hacer?

Visualízate como St. Francisco de Asís.

San Francisco, al final de su vida, dijo: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”. Estoy seguro de que era un tipo muy fuerte y muy feliz. Tú podrías ser así también. Cuando tengamos bienes y comodidades, disfrútalas, pero dándote cuenta de que no las necesitas. Visualízate que vas por el mundo como el santo: con alpargatas y un hábito como saco de patatas y eres mega feliz.

Diviértete renunciando.

Varias veces a la semana, aplícate alguna incomodidad y sé feliz. Por ejemplo, ponte en la cola más larga en el supermercado. Ve andando al trabajo y sé feliz. No comas en un día entero… pero disfruta de hacerte más fuerte y feliz.

Ponte el chip del disfrute.

Ante cada incomodidad de tu vida, cambia rápido el chip y busca la manera de ser mega feliz. Por ejemplo, en la cola del supermercado. Resulta que se retarda porque hay un problema en las cajas… saca los audífonos, ponte música, relájate pensando cosas hermosas que vas a hacer… y disfruta de estar vivo!! Nada de quejas: la vida siempre ofrece oportunidades de disfrute.

Ponte en forma.

Haz deporte, ve en bicicleta, anda mucho… y ten una vida activa en general. Demuéstrate a ti mismo que la comodidad no es igual a felicidad. Al revés, una vida sana, activa e interesante no es una vida mega cómoda. Asocia esa fuerza y felicidad a que necesitas muy poco.

Sé un Indio del Amazonas (sé natural).

Ponte en contacto con la Naturaleza todas las semanas: sube montañas, nada en el mar, etc. Haz nudismo. Come natural. Practica más sexo. Y date cuenta que una vida natural te pone feliz; y la Naturaleza no quiere mucha comodidad, sino acción, deporte, amor, disfrute, compartir… Imagínate que eres un Indio del Amazonas: feliz, fuerte, armónico…

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