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  • 26 ABR 2024, Actualizado 17:02

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. Heridas y necesidades: La bronca de lo no resuelto

A ver cuentahabientes, ¿cuál dirían que es su necesidad no resuelta de la infancia?

Heridas y necesidades: La bronca de lo no resuelto

Heridas y necesidades: La bronca de lo no resuelto

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Ciudad de México

En cabina con Aura Medina De Wit, Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?”, “Lo que ellos dicen de ellas”, el más reciente “Crea el espacio para el amor” (TW: @AuraMedinaW).

- Para entender y dejarnos sentir la "herida", usamos el término "niño interior, niño emocional". Esto es simplemente una metáfora para describir una parte de nosotros extremadamente vulnerable y valiosa que ha experimentado traumas en la forma de represión, traición e invasión.

- Como resultado de este trauma nuestra esencia y dones naturales se cubrieron por una capa de vergüenza y se paralizaron con miedo o rigidez. En vez de confiar, vivimos desconfiando, en vez de relajarnos vivimos tensos y nuestra inocencia se cubre con defensas y estrategias de sobrevivencia.

REGRESIÓN A LA INFANCIA

- A pesar de que vivimos en un cuerpo adulto, también hay un aspecto de nuestra conciencia que es como un niño, y es la que llamamos "la parte infantil, el niño/niña interiores". Vive lado a lado con nuestro "adulto funcional". Normalmente nos la arreglamos para esconder esta parte, incluso de nosotros mismos, pero en situaciones de estrés, decepción, dolor, miedo o frustración, esta parte nuestra se hará presente y con frecuencia provocará que nos portemos como niños. Para trabajar con alguien o poder mantener una relación, cualquier relación, necesitamos desarrollar un entendimiento y aprender a contener esta parte infantil.

- En esencia, el niño, la niña, es solo espontaneidad, inocencia, ganas de jugar, curiosidad, y entusiasmo natural. Si hubiésemos recibido de niños este amor y apoyos incondicionales que necesitábamos, esta espontaneidad y energía permanecerán intactas.

- Pero este espacio natural es cubierto con un profundo miedo, casi pánico, como resultado directo del abuso y los traumas que vivimos de niños. Debido a esto es que nuestr@ niñ@ vive en desconfianza, frecuentemente derrumbándose, aislándose, sintiendo vergüenza y shock y con una inmensa falta de confianza y amor a sí mism@.

- Esta historia inicia cuando nacemos, o incluso desde el vientre. En ese momento, solo tenemos un círculo y este representa nuestra esencia.

- Guarda esas cualidades y dones básicos con los que todos nacemos. Algunas son universales tales como el ser amorosos, el gozo, entusiasmo, vitalidad, confianza, curiosidad.

- Otras son totalmente únicas y especiales de cada quien.

Vulnerabilidad herida

- Al pasar los años, la historia se complica.

- Por muchas situaciones que todos vamos pasando, en casa, en la escuela, familia, amigos, etc. Nuestra inocencia se daña poco a poco, nuestra confianza se vuelve desconfianza, nuestra espontaneidad y curiosidad se llena de miedo y precaución y perdemos mucha de nuestra vitalidad original, y nuestra confianza se convierte en duda e inseguridad.

- Nuestra esencia se cubre con una capa de dolor, desconfianza, vergüenza y miedo. Nos llenamos de inseguridad profunda, sentimientos de no valía. Miedo e incluso congelamiento y un dolor profundo.

- Cuando un niño, una niña no es tratad@ con amor y respeto, llega un momento en que cree que eso es lo que merece.

- Cuando l@s niñ@s no reciben apoyo en desarrollar sus habilidades naturales pierden el amor a sí mism@s y la confianza en las personas, y pueden llegar a pensar que este mundo es hostil y peligroso.

- Un niño, una niña, no puede ver que son los padres, o cuidadores los que tienen el problema, ell@s se culpan.

- Al final empezamos a creer que estamos defectuos@s, dañad@s, y que no merecemos amor o respeto.

- Dado todo este dolor, inseguridad y miedo que llevamos en esta capa de en medio, hemos construido una capa para cubrir todos estos dolorosos sentimientos.

Esto es lo que llamamos "La capa de protección".

- Esta capa de protección es nuestra armadura. Nos ayudó ya que fue nuestra sobrevivencia.

- Es bueno saber que podemos protegernos cuando lo necesitamos y que podemos evitar personas o situaciones que son poco sanas o dañinas. Pero el problema es que esta capa nos mantiene alejad@s de nuestra esencia, de nuestro verdadero Ser.

- Desafortunadamente nuestra protección ya no es una elección consciente basada en situaciones de nuestra vida presente.

- Se ha vuelto inconsciente, habitual y automática.

- Está basada en lo que proyectamos en nuestras vidas presentes por causa de experiencias en el pasado.

- Vivimos en la capa de protección como robots, reaccionando a la vida, a las personas y a las situaciones actuales desde las improntas del pasado. No estamos viendo la vida, las personas o incluso a nosotr@s claramente.

- Desde la protección, convertimos nuestras vidas en un pleito, un acto de complacencia, ceder todo el tiempo, un drama y una tragedia.

- Mientras no nos hagamos conscientes y aprendamos a des identificarnos de la parte herida, trabajando con ella, cultivemos al adulto, adulta san@, depuremos nuestras creencias, seguiremos tomad@s por esa parte inmadura y atorad@s en el pasado, esto nos impide vivir en el aquí y ahora y responder a la vida de manera consciente y asertiva.

- Las heridas emocionales son la consecuencia de no haber sido satisfech@s en nuestras necesidades a lo largo de nuestro desarrollo al cien por ciento. Estas necesidades siempre están presentes en nuestra vida pero hay unas que se muestran como las más importantes de acuerdo a la etapa que el niño, la niña viven.

Hablamos de 5 heridas:

- La primera necesidad es de pertenencia. El bebé necesita sentir que pertenece, que es bienvenid@ y que está esta segur@ con los padres, el hogar a donde llegó.

- La herida es no sentirse desead@ y segur@. "Niñ@ rechazad@"

- La segunda necesidad es la sensación de ser amad@, vist@, apapachad@.

- La herida nace de la profunda experiencia de sentir que nadie te quiere, sentir soledad, abandono y que a nadie le importas."Niñ@ abandonad@"

- La tercera necesidad es sentir la libertad de ser, la autonomía, el "yo puedo".

- La herida es sentirse manipulad@, el miedo a verse débil, el ser traicionad@.

- "Niñ@ traicionad@"

- La cuarta necesidad es mi ser único y el sentirme amad@ y aceptad@ en esa unicidad.

- La herida es la profunda sensación de insuficiencia, deficiencia, de ser inadecuad@s, y de que somos fundamentalmente incorrect@s. "Niñ@ avergonzad@"

- La quinta necesidad es poder expresar los impulsos sexuales y creativos de una forma espontánea. Aceptación de la sexualidad y de los éxitos y fracasos por igual.

- La herida es haber sido condicionad@ y sentirse reconocid@ y valorad@ solo por los logros y el hacer y no por el simple ser. Esto provoca un gran miedo a fallar y la compulsión del perfeccionismo. Y ante la no aceptación de la sexualidad se crean conflictos con ella y miedo a la entrega. "Niñ@ bien portad@".

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