Clases de seducción
Tere Díaz nos cuenta sobre el arte de seducir y cómo hacerlo bien
Clases de seducción
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México
En entrevista con “Martha Debayle en W”, Tere Díaz, psicoterapeuta especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora del libro “¿Cómo identificar un patán?” y “¿Por qué nos mentimos si nos amamos?”, de audiolibro “El que busca encuentra, ¿cómo atraer y enamorar?, acaba de salir su nuevo libro “Navegando la incertidumbre amorosa” en coautoría con Mónica León. IG: @terediazsendra / WEB: www.terediaz.com // Psicoterapia La Montaña con más de 90 especialistas: 55 78 32 87 78 o 55 15 57 01 99 // MAIL: contacto@terediaz.com
● Siete de cada 10 contactos que pretenden establecer relaciones heterosexuales siguen siendo iniciativa masculina.
● La primera impresión que producimos en los primeros intercambios favorece que, quien nos interesa, se disponga a mirarnos y a sentir curiosidad por nosotros, y a interesarse en nosotros en un paso posterior.
● Para lograr este primer enganche y sostenerlo hay que aprender a seducir.
¿Qué significa seducir?
● Seducir no es manipular, pavonearse, no es engañar al otro, tampoco es excitar:
● Seducir es querer gustarle al otro para que se sienta atraído, y de esa manera nos permita introducirnos en su vida, en su memoria, en sus futuros proyectos, y que se interese por formar parte de nuestra vida. Por eso la seducción crea vínculos.
¿Por qué la seducción crea vínculos?
● La seducción implica la capacidad de disfrutarse a uno mismo y de ofrecerse al otro para ser disfrutado. Pero seducir es divertido porque podría compararse con un juego: me estoy acercando, tu sabes que quiero jugar, yo sé que tú lo sabes y quieres jugar también. Hay un cierto simulacro y cinismo inocentes, pues ambos, insertos en esta danza, sabemos lo que está ocurriendo en ese momento.
● Al seducir se pone en juego el conjunto de la personalidad. Si bien se requieren ciertas habilidades sociales que en algunas personas son recursos innatos, también son estrategias que se pueden desarrollar.
Claves del buen seductor
● Sé auténtico para transmitir quién eres. Sinceridad, integridad y nobleza. Si eres falso no sabrás si te aceptan por lo que eres o por lo que aparentas.“Fingir” lo que no eres con base en clichés de la mujer “ideal”, puede resultar en unas cuantas citas, (temor de “ser descubierta” y salga el verdadero “yo”).
● Promueve el intercambio. El otro es un sujeto, no un objeto de tu “show”. No es pavonearte, manipular, ni dar cátedra de lo mucho que vales.
● Ejercita el don de la palabra. Hay que tener algo inteligente que decir, quererlo compartir y ejercitar la elocuencia. No se trata de hablar mucho sino de hablar bien. (Se aprende a hablar a los dos años, pero conversar con elocuencia y gracia toma toda la vida). Algunas personas tienen el don particular de la palabra, pero cualquiera que está conectado consigo mismo y parado en el mundo puede siempre traer a mano algún tema de interés y actualidad.
● Cuida tu apariencia física. No “actriz de Hollywood”, pero sacarte el mayor partido. Si te aceptas físicamente…
● Genera cierta intimidad. Para ser creíble y despertar interés tienes que mostrar algo de ti misma: ciertas debilidades -sin excesos- hace estimulante y significativo el encuentro. ¿Pura información? Negocios.
● Cultiva el buen humor. Ser positivo es una actitud vital que se consigue ejercitándola. Encuentra soluciones asequibles a los problemas: es mejor actuar que lamentarse.
● Contacto. Roza con la mano, toca su brazo de forma no sexual. Acércate y aléjate. Cierta proximidad física para mostrar que no se teme al contacto.
● Genera estados emotivos de cierta intensidad, emociones de cierta fuerza: encuentro algo conmovedor. Ni histriónica ni histéricamente, sino que se dé cuenta que la interacción es importante.
● Pon límites. No te derritas por el otro, intenta sostener cierta oposición. Los límites invitan a explorar, a ir más allá. Si uno es totalmente permisivo, amable o tolerante, deja de ser deseable. Resulta poco atractivo un triunfo seguro.
● Usa experiencias sensoriales. Estimular los sentidos con aromas, colores, música, sabores, promueve la atención y facilita la conexión.
● Sin ser una “rebelde sin causa”, muestra un matiz transgresor: invitar al otro a vivir una cierta desobediencia, algo de riesgo. La corrección política es eso, correcta, pero no seductora.
● Trabaja tu seguridad personal: aplomo ante los desafíos de la vida y la capacidad resolutiva. Conoce tus competencias y tus limitaciones, que tus aspiraciones se adecuen a tus posibilidades.
● Ahora, hay que asumir que ni siempre que seduzcamos bien lograremos interesar, ni siempre que lo hagamos mal nos van a rechazar. De cualquier modo “la práctica hace al maestro” y a mejor uso de la seducción, mayor posibilidad de resultar interesante.