Sacúdete el trauma
¿Qué es y cómo seguir con nuestra vida luego de vivirlo?
México
Aura Medina, psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?” y “Lo que ellos dicen de ellas” les va a decir cómo nos sacudimos el miedo, cómo nos sacudimos el trauma, cómo seguimos con nuestra vida.
Texto tomado del libro “Sanando el Trauma” de Peter Levin
¿Qué es el trauma?
El trauma es la causa de sufrimiento humano más esquivada, ignorada, renegada, malentendida y no tratada. Cuando uso la palabra trauma, estoy hablando sobre los síntomas debilitantes que muchas personas sufren como secuelas de experiencias que los sobrepasan o que perciben como amenazas a su vida. Recientemente, trauma se ha usado como una palabra de moda para reemplazar el estrés del día a día diciendo cosas como “tuve un día traumático en el trabajo”.
El trauma tiene que ver con la pérdida de conexión –con nosotros mismos, con nuestro cuerpo, con nuestras familias, con otros y con el mundo que nos rodea. Esta pérdida de conexión usualmente es difícil de reconocer porque no ocurre de golpe.
Estos son los efectos ocultos del trauma, los que la mayoría nos guardamos. Podemos simplemente sentir que no estamos bien, sin darnos realmente cuenta de lo que está pasando; eso es, la socavación gradual de nuestro auto estima, confianza en nosotros mismos, sentimiento de bienestar y conexión con la vida. Nuestras decisiones se vuelven limitadas a medida que evitamos ciertos sentimientos, personas, situaciones y lugares.
Una nueva mirada sobre la sanación
El campo de la medicina psiquiátrica ha elegido ver muchos de los efectos a largo plazo del trauma como una enfermedad incurable, solo controlable marginalmente por las drogas o manejando el comportamiento. Yo no estoy de acuerdo. Si bien los medicamentos muchas veces pueden ser de ayuda, son –por si solos- insuficientes.
Algunos casos obvios de trauma:
- Guerra
- Abuso severo en la niñez, sexual, físico o emocional
- Traición, rechazo o abandono en la niñez
- Experimentar o presenciar violencia
- Violación
- Heridas o enfermedades graves
Causas potenciales de trauma menos obvias:
- Accidentes de tránsito menores, especialmente cuando sufres un latigazo cervical.
- Procedimientos médicos o dentales invasivos, especialmente en niños que están sujetos o con anestesia.
- Caídas u otras heridas menores, especialmente en niños y adultos mayores (por ejemplo un niño que se cae de su bicicleta.
- Desastres naturales como terremotos, huracanes, tornados, incendios e inundaciones.
- Enfermedades, especialmente cuando hay fiebres altas o envenenamiento accidental.
- Que te dejen solo, especialmente en bebés y niños pequeños.
- Inmovilización prolongada, especialmente en niños (entablillados, inmovilizaciones en la espalda o en los pies).
- Exposición a temperaturas extremas (altas o bajas), especialmente en bebés y niños.
- Estrés de parto, en el niño y la madre.
Es importante comprender que la ansiedad, el nerviosismo, o casi cualquier respuesta que hayas podido tener luego de leer la lista anterior, tiene que ver con la activación de la energía que tú experimentaste en el evento original que te sobrepasó. Cuando te ves amenazado, tu cuerpo instintivamente genera una gran cantidad de energía para defenderte de la amenaza. Esta es la energía que trabajaremos en la curación del trauma por lo que necesitamos que estés consciente de ella
Los primeros síntomas que probablemente aparezcan después de un evento que te sobrepase pueden incluir:
- hiperexcitación,
- constricción,
- disociación y negación,
- sentimientos de desamparo,
- inmovilidad o congelamiento.
Volar, volar y congelarse
Cuando percibimos una situación como una amenaza a nuestra vida, tanto la mente como el cuerpo movilizan una gran cantidad de energía y se preparan para escapar o luchar –por eso se conoce como la respuesta de “luchar o huir. Esta es la misma energía que puede permitir a una mujer levantar un auto para sacar a su hijo.
Saliendo de la inmovilidad:
- La pregunta es: ¿cómo pueden los seres humanos salir de la inmovilidad?
Salir del estado de congelamiento puede ser una experiencia salvaje y energética. Sin el cerebro racional, los animales salvajes no lo piensan, simplemente lo hacen.
Cuando los seres humanos comenzamos a salir de la respuesta de inmovilidad, normalmente nos asustamos por la intensidad de nuestra propia energía y agresión latente y nos cubrimos del poder de esa sensación. Esta protección impide que completemos la descarga de energía necesaria para volver a nuestro funcionamiento normal.
La energía que no es descargada queda guardada en nuestro sistema nervioso y comienza a formar los síntomas del trauma que hemos discutido anteriormente. Entonces, ¿cómo nos desatascamos? ¿Cómo liberamos la energía para poder salir del trauma, yendo de la fijeza al flujo?
- Cuando podemos descargar nuestra energía residual, nos sentimos menos amenazados y sobrepasados por la vida. No nos congelamos de miedo.
- Cuando estamos congelados, cualquier movimiento es amenazador, caótico. A medida que vayamos moviéndonos de la fijeza al flujo, experimentaremos una sensación de coherencia. Comenzaremos a sentirnos reconectados con la vida.
- Nos sentiremos con más paz, en casa con otros, con el mundo y con nosotros mismos. Ya no nos sentiremos atrapados por eventos de nuestro pasado que incluso no recordamos.