• 05 MAY 2024, Actualizado 08:08

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¿Por qué la vergüenza conduce a la codependencia?

¿Dejas de ser asertivo, temes expresar tus deseos y puntos de vista por temor al desprecio? Esto es para ti

México

Sentirse mal porque a veces las cosas no van bien es perfectamente normal. De hecho este sentimiento es el que nos impulsa a hacer cambios y corregir lo que sea posible y adaptarnos a lo incambiable. Pero sentirnos mal por ser nosotros; por considerarnos seres defectuosos y sin esperanza es otra cosa mucho más grave que conduce a la vergüenza y a buscar afuera lo que se siente que nunca se podrá obtener desde adentro. Vamos a conversar con Mario Guerra, tanatólogo, conferencista, business coach y psicoterapeuta, esta vez acerca de la insospechada relación entre la vergüenza y la codependencia y sus nocivos efectos en nuestra vida.

¿Qué es la vergüenza?

Podemos definirla como una respuesta fisiológica, del sistema nervioso autónomo, que consiste en un incremento del ritmo cardiaco, enrojecimiento o rubor de la piel, evitar el contacto visual, dirigir la cabeza al piso, encoger los hombros, sudoración, sensación de escalofrío o “balde de agua fría” que recorre el cuerpo e incluso sensación de mareo y náusea. Además se desprende un juicio entre la culpa y la misma vergüenza.

Si la vergüenza se hace crónica, no sólo se disparan las respuestas del sistema nervioso autónomo que ya mencionamos, sino que además empieza a solidificarse en un sistema de creencias distorsionadas que la arraigan cada vez más en nuestra mente: “Soy un fracasado, nunca hago nada bien, a nadie le importo, no merezco ser feliz, soy una mala persona, soy la oveja negra, soy un fraude, etc” Todo esto afecta seriamente nuestra autoestima manteniéndola constantemente baja.

Foto: especial

¿Qué es la codependencia?

Es un vínculo afectivo dependiente y adictivo en donde una persona cede a otra su identidad y poder personal y hace su autoestima dependiente de la aprobación del otro.

¿Cómo se relacionan ambas?

Cuando te sientes tan “poca cosa” es muy fácil que idealices a “cualquier cosa”. Con la vergüenza crónica te cuesta poner límites, soportas tratos y conductas dañinos bajo el pretexto de que lo haces por amor (cuando en realidad lo haces desde un gran miedo o una gran necesidad). Quizá la evidencia más clara y observable es que siempre te estás disculpando por lo que dices, por lo que haces, por lo que olvidas, por lo que necesitas y hasta por existir.

Dejas de ser asertivo; temes expresar tus deseos y puntos de vista por temor al desprecio o rechazo de la persona de la que dependes. Tampoco sientes la fuerza necesaria para abandonar una relación así. Tu temor más grande es que si te deja te mueres o que ya nunca podrás encontrar a nadie que ame a alguien como tú crees que eres.

Foto: especial

¿Cómo solucionarlo?

Curiosamente para desarrollar la fortaleza necesaria antes debes permitir sentirte vulnerable sin salir corriendo a protegerte bajo la sombra de nadie. • Identifica qué te dicen esas voces que en tu cabeza rebotan haciéndote creer que vales menos de lo que en realidad vales y que puedes menos que en lo que en realidad puedes. Luego hazte una pregunta ¿Cuándo, dónde y de quién aprendí a pensar eso de mí o a tratarme así? Te vas a dar cuenta que no eres lo que esas voces dicen que eres. Una vez que desarrolles mayor fortaleza en el alma, el fluir hacia tu libertad es natural.