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  • 22 NOV 2024, Actualizado 04:03

Las historias reales detrás de las películas de terror

Kelly Kedward invitó a unos niños a su casa y les sacó un poco de sangre. Ellos contaron a sus padres lo que ella les hizo, por lo que la acusaron de brujería, la amarraron a una carretilla para llevarla a lo más profundo del bosque donde moriría lentamente.

Kelly Kedward invitó a unos niños a su casa y les sacó un poco de sangre. Ellos contaron a sus padres lo que ella les hizo, por lo que la acusaron de brujería, la amarraron a una carretilla para llevarla a lo más profundo del bosque donde moriría lentamente.(Foto: Especial)

Kelly Kedward invitó a unos niños a su casa y les sacó un poco de sangre. Ellos contaron a sus padres lo que ella les hizo, por lo que la acusaron de brujería, la amarraron a una carretilla para llevarla a lo más profundo del bosque donde moriría lentamente.

No se sabe si la bruja regresó para vengarse, pero un año más tarde, la mitad de los niños del pueblo desaparecieron y nunca fueron encontrados. Los habitantes que quedaban en el lugar huyeron por el temor de una maldición.

Uno de los niños de la familia dijo que había una presencia malvada en la casa y escuchaba una voz masculina que decía: “Philip, ven aquí”.

Uno de los niños de la familia dijo que había una presencia malvada en la casa y escuchaba una voz masculina que decía: “Philip, ven aquí”.

Las manifestaciones paranormales eran cada vez más fuertes, por lo que tuvieron que recurrir al matrimonio Warren para pedir ayuda. Lorraine Warren visitó el sótano a solas y vio a un hombre trasladando cuerpos sin vida sobre una camilla y teniendo relaciones sexuales con ellos. Lorraine concluyó que era un demonio, por lo que llamaron al Sacerdote Timothy Conlan para realizar un exorcismo y darle fin a esa identidad demoniaca

En la década de los setenta, la familia Perron habitó en una granja en Harrisville, Rhode Island donde actividades paranormales ocurrían dentro de la casa.

Las manifestaciones por la noche comenzaban con un llamado a la puerta tan fuerte que despertaba a todos los miembros de la familia. Se trataba de un espíritu malvado y vengativo llamado Bathsheba Sherman, hijo de una bruja, asesinado por ella como sacrificio y ofrenda a Satanás.

La leyenda dice que Bathsheba maldijo la casa antes de morir, y que la madre se suicidó. La familia Perron pudo librarse de Bethsheba después de que recurrir a los servicios del matrimonio Warren. Carolyn fue la principal víctima de la ira de Bethsheba y fue sometida a un exorcismo, ya que se decía que el espíritu de la bruja envidiaba a Carolyn y deseaba quedarse con su esposo e hijas.

Una joven católica, de nombre Anneliese Michel, padecía de extraños ataques, siendo diagnosticada con epilepsia. Ella comenzó a ser intolerante a objetos y lugares religiosos como crucifijos e iglesias.

La familia de la joven quiso ayudarla con rezos, sin embargo, éstos solo parecían perjudicarla; decía ver figuras demoniacas y oír voces susurrándole que “iba a achicharrarse en el infierno”.

En 1975 fue autorizado su primer exorcismo. Se determinó que Anneliese estaba poseída por seis demonios. Durante el último exorcismo, el primero de julio de 1976, Anneliese falleció a la edad de 23 años. Sus últimas palabras de fueron: “Rueguen por el perdón” y “Mamá tengo miedo”

George y Kathleen Lutz se mudaron a su nuevo hogar y un sacerdote los visitó para bendecir la casa, sin embargo, al momento de entrar a una habitación, el cura vio a un espíritu y escuchó un “fuera”. Éste salió de la casa y aunque no les dijo a los Lutz lo que pasó, sí les advirtió que nadie durmiera en esa habitación.

La familia Lutz sentía presencias sobrenaturales, misteriosos olores y manchas negras aparecían en la casa. George comenzó a despertarse todas las madrugadas a las 3:15, y una de esas noches, vio cómo el rostro de su esposa se convertía en el de una bruja.

Armados con un crucifijo, caminaron toda la casa recitando la oración del Señor, un coro de voces estalló en respuesta, preguntándoles: “¿Van a parar?". Los Lutz tomaron sus pertenencias y abandonaron la casa.

Los cuerpos eran los padres y hermanos de Ronald DeFeo, asesinados por él mismo el 3 de noviembre de 1974. DeFeo confesó que de sus manos se disparó el rifle y que no fue bajo su voluntad, pues un ser demoniaco le obligó a hacerlo.

Veinte días después de haber huido, el matrimonio Warren visitó el lugar. Lorraine Warren se sintió abrumada por la sensación de una presencia demoníaca, ella pudo ver cuerpos sobre el suelo cubiertos con sábanas blancas.

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