¿Qué pasa al morir? Este es el último sentido en “apagarse”

Uno de los temas más recurrentes en el mundo es la muerte, diversas culturas lo aceptan de formas diferentes, ya sea con rituales, fiestas, luto o afín, pero independientemente de “a dónde vamos después de morir” lo que cuestiona a muchos es el ¿qué pasa mientras morimos? algunos dicen que se sigue escuchando por unos minutos, otros que el cerebro se apaga y es como dormir...

Son muchos los misterios que rodean a la vida humana, algunas personas que han sufrido accidentes o que practican con la “separación del cuerpo” coinciden con sus experiencias, manifestando haber visto recuerdos de su vida, verse en tercera persona, escuchar lo que pasaba a su al rededor, etc, por lo que estas anécdotas han llevado a expertos a indagar sobre qué sucede en nuestro cerebro cuando morimos.

Estas dudas necesitaban de una respuesta, por lo que un grupo de científicos de la Universidad de la Columbia Británica, en Canadá, se dieron a la tarea de conseguir respuestas, ellos basaron una investigación en pacientes que atravesaban por sus últimos momentos de vida en el hospital St John’s de Vancouver, monitoreaban su actividad cerebral a partir de electroencefalogramas (EEG), comparando resultados con los de un grupo de personas en buen estado de salud.

Un resultado satisfactorio

La investigación arrojó el que las ondas cerebrales se ven de la misma manera que cuando soñamos, meditamos o recordamos, lo que se traduce a que el cerebro permanece activo y coordinado durante y después de la muerte. Cambia completamente la idea que teníamos ¿verdad?. Para poder corroborar esta información se compararon ambas respuestas cerebrales, las de personas sanas con las que se estaban marchando de este mundo, y resultaron ser muy similares.

Antes de esta investigación se había realizado una en 2017, un doctor de la Universidad de Nueva York, de nombre Sam Parnia, notó que personas que habían tenido experiencias a la muerte podían recordar lo que habían escuchado los últimos momentos antes de perder la conciencia, enfocó su análisis a quienes habían sufrido un infarto, arrojando que “mantenían un mínimo de actividad cerebral incluso después de que el cuerpo se encontrara clínicamente muerto”.

A todo esto se llegó a la conclusión de que la muerte es un proceso y no es repentina; aunque los pulmones dejan de respirar y el corazón de latir, la actividad cerebral continúa al menos tres minutos más, ligada a ella el último sentido en apagarse es el auditivo. No se puede saber si la persona sabe que está muriendo, pero clínicamente es un acierto.

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