30 tipos de zapatos que debemos usar después de los 40
Puntiagudos o tacones de más de 8 cm, ¿cuáles son lo más recomendables?
México
En entrevista con Martha Debayle en W, Dr. Luis Felipe Hermida, médico cirujano especialista en cirugía ortopédica. Tiene entrenamiento en Cirugía de Pie y Tobillo por el Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina, el Hospital General de Cataluña y el Union Memorial Hospital, de Baltimore, EUA. Expresidente de la Sociedad Mexicana de Medicina y Cirugía del Pie. Exjefe de la Clínica de Pie y Tobillo del Hospital Germán Díaz Lombardo. ABC Santa Fe. 16647149/16647096 // Consultorio en San Ángel: 52860588
Facts:
● Un estudio realizado por mercadólogos en Estados Unidos dice que, en promedio, las mujeres tenemos 19 pares de zapatos, aunque solo acabamos usando cuatro.
● Dicen, también, que 20 pares de zapatos están dentro del estándar de lo normal.
- Entre 30 o 40 podría llamarse “vanidad”.
- A partir de 50 pares ya se habla de una “adicción a los zapatos”.
● Los hombres, en promedio, tienen 8 pares de zapatos.
● Cuando hay que cambiar sus zapatos, el 87% de los hombres se lanzan a buscar un par exactamente igual al perdido.
● Según un estudio de Psychology Today, las mujeres gastamos un total de tres semanas seguidas de nuestro sueldo en zapatos.
● Un par de zapatos puede durar de 1 a 5 años.
● Un pie tiene 26 huesos. Es la cuarta parte de todos los huesos del cuerpo. Cada pie tiene además 33 articulaciones, 107 ligamentos y 19 tendones y músculos.
● A lo largo de nuestra vida caminamos unos 185,000 kilómetros. Eso es darle la vuelta al mundo casi 5 veces.
● Las mujeres tienen 4 veces más problemas en los pies que los hombres.
● Cinco mujeres por cada hombre padecen de juanetes.
● Cuando corres, ejerces cinco veces la presión de todo tu peso corporal sobre los pies.
● Según la Secretaría de Salud, en México, entre 15 y 20 por ciento de la población tiene pie plano.
● El uso del calzado por arriba de los 40 dependerá definitivamente de la salud de cada persona.
● Existen también factores de riesgo que pueden desarrollar problemas futuros que pueden potenciarse con el uso de algún calzado específico y actividad física; pero también hay calzado que puede compensar estos factores de riesgo para evitar la aparición de síntomas.
Las enfermedades de los pies y tobillos más frecuentes por arriba de los 40 son:
o Atrofia Grasa: disminución de la grasa de la planta del antepié o del talón.
o Neuroma de Morton: nervio que se inflama entre los dedos del pie.
o Fascitis plantar y dolor de talón: dolor intenso en cada paso localizado en el talón.
o Callos en el pie: este es un tema amplio, pues hay un callo provocado por virus (verruga plantar también conocido como “ojo de pescado”), callo mecánico o callo blando (que se presenta entre los dedos y es sumamente incapacitante)
o Juanetes.
o Dedos en garra: deformidad de los dedos que hacen rozar los mismo en el zapato.
o Artrosis del tobillo: desgaste de la articulación de tobillo por algún trauma previo (cirugía, fractura o esguinces frecuentes).
o Pie plano: aplanamiento del arco del pie que empieza a limitar las caminatas de mediana a larga distancia.
o Tendinosis Aquiles: dolor en el tendón al iniciar la marcha.
o Fracturas de stress: fractura de los corredores o caminadores de larga distancia con diferentes calzados a los habituales.
Ahora sí, ¿estos zapatos son un sí o un no?
● Tacón de aguja o tacones kilométricos - Los tacones no sólo alteran el funcionamiento del pie y el equilibrio sino que también afectan a la mecánica corporal de la forma de caminar. Puede ejercer una presión excesiva sobre las rodillas, las caderas y la zona lumbar. Llevar tacones todos los días puede provocar dolor crónico y artritis.
● Zapatos puntiagudos. Ya sean zapatos de tacón o planos, un zapato puntiagudo, puede causar neuroma (una inflamación resultante de aplastar los dedos en un espacio demasiado pequeño). El neuroma puede causar dolor, ardor y hormigueo, y requerir posiblemente una intervención quirúrgica.
● Zapatos descubiertos por atrás (mules). Estos zapatos no tienen refuerzo en la parte de atrás, lo que hace que el talón resbale y se deslice por la suela haciendo que los dedos de los pies sean los que se “aferren al zapato”.
● Zapatos con suela rígida o plana. Dificultan la capacidad de movimiento del pie, contribuir a problemas inmediatos y a largo plazo en el pie, el tobillo y otros problemas musculoesqueléticos.
● Plataformas. Suelen tener plantillas rígidas, que pueden dificultar el movimiento natural del pie al caminar. Si el talón de la plataforma es mucho más alto que la zona de los dedos, el zapato también ejerce presión sobre los huesos metatarsianos.
● Flip-flops. Para usarlas en periodos cortos está bien. Para largas caminatas, pueden crear ampollas, desarrollar o empeorar la fascitis plantar, torceduras de tobillo.
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