¿Qué es ser duro con uno mismo y cómo saber si somos así?
Hay quien dice que somos nuestro peor enemigo, pero tal vez el problema muchas veces está en ser demasiado exigentes o críticos con nosotros mismos

¿Qué es ser duro con uno mismo y cómo saber si somos así?(Getty Images)
México
TW: @marioguerra
¿Qué es ser duro con uno mismo?
- Es tomar una actitud de demasiada autoexigencia, perfeccionismo, insatisfacción personal, autocrítica constante, autocastigo e incapacidad para perdonarse a sí mismos.
- Son personas que maximizan sus errores y los ven como fracasos.
¿Cómo saber si yo soy así?
- Te juzgas duramente.
- Tienes miedo al rechazo y al fracaso.
- Estás muy orientado a los logros y cuando no los alcanzas te castigas o exiges aún más. Si los consigues, la satisfacción es pasajera y vendrán nuevas exigencias.
- Tienes expectativas y demandas poco realistas sobre ti mismo.
- Tienes una muy baja tolerancia a los errores y fallos, aún los más cotidianos como tropezar al caminar u olvidar pagar la tarjeta de crédito.
- Te cuesta perdonar tus errores, pero en la misma circunstancia, podrías perdonar a otra persona con más facilidad.
¿De dónde viene esa dureza?
- La mayoría de nosotros batallamos con una voz interna de autocrítica.
- Cuando está distorsionada se vuelve una voz exigente, punitiva y persecutora. Es una voz que te dice que:
- Todo lo haces mal; no eres tan bueno como los demás creen; vas a fallar; quién rayos va a querer a alguien como tú.
- Eres una estúpida ¿no puedes hacer nada bien?, derramaste el agua en la mesa y dejaste migajas en la cama.
- Esa voz te pone pruebas no para ver si las pasas, sino para que falles y poder volver a poner el dedo en la llaga.
¿Por qué somos así?
- La primera razón tiene que ver con causas evolutivas.
- Una de las funciones de la autocrítica es mantenernos a salvo de comportamientos repetitivos peligrosos y posibles errores que amenazan la vida.
- Por ejemplo, esa voz evita que vuelvas a tomar sin cuidado un objeto afilado y que puedas lastimarte seriamente.
- Nuestro cerebro monitorea nuestra mente y comportamiento, así que cuando cometemos errores, podemos notarlo y entonces se enciende una “alarma” cuando algo no sale bien.
- Para poder corregir o mejorar, primero debemos darnos cuenta de que se ha producido un error.
- La finalidad de todo esto es que aprendamos las lecciones correctas de nuestras experiencias
- Otra razón viene como resultado de un trauma infantil o experiencias y enseñanzas infantiles adversas.
- Críticas constantes y exigencias desmedidas por parte de las figuras parentales, principalmente.
- Cualquier tipo de abuso físico, verbal, emocional, sexual o psicológico puede contribuir a la autocrítica.
- Hay quien aprendió que castigándose se motiva para seguir adelante.
- La autocrítica motiva desde el miedo y el juicio, lo que genera muchos problemas que superan con creces los beneficios de utilizar este tipo de motivación.
¿Por qué cuesta tanto cambiar?
- Mucha gente obedece las exigencias de esa voz tiránica porque cree que si se le da gusto dejará de molestar, pero es muy probable que nunca dejarás satisfecha a esa voz porque:
- Ya dejaste que tomara el control de tu vida.
- Es como si esa voz ya estuviera ebria de poder y ahora disfrutara con esclavizarte para su diversión.
- Cree que sabe mejor que tú lo que te conviene.
- Pero una razón fundamental es el miedo a que si bajas la guardia, te convertirás en alguien mediocre, conformista y acabarás fracasando.
- La realidad es que es la autocrítica lo que te acabará conduciendo justamente a eso que tratas de evitar.
¿Cómo nos afecta?
- Puede llevar a pensamientos rumiantes que interfieren con nuestra satisfacción y puede impactar al organismo, al estimular mecanismos inflamatorios que conducen a enfermedades crónicas y aceleran el envejecimiento.
- Cuando la dureza con uno mismo es crónica, esto puede reflejarse en síntomas de depresión, ansiedad, abuso de sustancias, imagen negativa de sí mismo y disminución de la motivación y la productividad.
- El resultado final es que desarrollas un miedo al fracaso que puede paralizarte.
- Porque cuando no haces todo “bien”, entonces es más probable que tu temor a que esto se repita, o empeore, te hace dejar de intentarlo en una siguiente oportunidad.
¿Qué podemos hacer?
- No se trata de eliminar a la voz crítica, sino de reubicarla y dosificarla.
- Reubicarla para que recuerde que ella está a nuestro servicio y no al revés.
- Dosificarla para que no se propase como si fuera una especie de asistente empoderado que te regaña cuando llegas tarde en vez de sólo recordarte tus compromisos del día.
- Cuestiona y evalúa en vez de repeler u obedecer ciegamente.
- “¿Es verdad que siempre me equivoco en todo?”, “¿Es verdad que no sirvo para nada?”.
- No sólo escuches lo que te dice, sino lo que te está tratando de decir.
- Muchas veces esa voz interior tiene una intención positiva, sólo que como está desde una posición de autoridad, es muy agresiva para comunicarse.
- Sin embargo, quizá convenga traducirla; por ejemplo: Si te dice “Vas a fallar”, quizá lo que te quiera decir es “Prepárate bien y hazlo con cuidado”. Si te dice “Nadie te va a querer”, es posible que esté tratando de alertarte para que hagas algún cambio en tu conducta o dejes de aislarte, por ejemplo.
- Trata de fomentar la autoconfianza, la autocompasión y el autocuidado.
- Poniéndote inicialmente retos alcanzables.
- Perdonándote cuando haga falta.
- Ser amables y comprensivos con nosotros mismos cuando nos enfrentamos a un error personal.
- La autocompasión condujo a la mejora personal, en parte, a través de una mayor aceptación.
- Ciudadano tu alimentación, sueño, hidratación, actividad física y procurando rodearte de personas y relaciones más saludables en vez de aislarte.
- Actúa para mejorar.
- En vez de quedarte atrapado en la rumiación de lo que hiciste mal, planea qué es necesario
- hacer para que la próxima vez el resultado sea distinto.
- Orienta tu atención hacia las soluciones, no hacia los problemas. Luego, orienta tu atención hacia el futuro y no al pasado.