¿Cómo impacta la nutrición en la inteligencia de tu hijo?
Qué alimentos son claves para nuestros hijos
Ciudad de México
Dra Monserrat Andrea Díaz Zafe, Especialista en Pediatría por el Hospital General de México.
¿Sabías que existen 8 nutrientes clave para un crecimiento y desarrollo cerebral sano, así como su carencia altera la estructura cerebral. Hierro, Zinc, Yodo, Ácido fólico, Colina, Vitamina D, Carotenoides como luteína y zeaxantina, así como los ácidos grasos polinsaturados (LC-PUFAS) omega 3?
Si quieres que tu hijo sea súper inteligente, te cuento que la inteligencia puede verse impactada tanto por una malnutrición por déficit o excesos. Considerándose actualmente la presencia de una cuádruple carga de malnutrición.
Los primeros 3 años son el período de mayor sensibilidad para expresar una limitación en el desarrollo cerebral sano por la carencia de nutrientes.
El 60% de la energía que recibe el feto en el embarazo se utiliza para la neurogénesis (formación de neuronas). La mielinización es el proceso por el cual madura el cerebro, inicia entre las 12-14 SDG y continua hasta la adultez, siendo nutriente-dependiente.
Existen 8 nutrientes clave para un crecimiento y desarrollo cerebral sano, así como su carencia altera la estructura cerebral. Hierro, Zinc, Yodo, Ácido fólico, Colina, Vitamina D, Carotenoides como luteína y zeaxantina, así como los ácidos grasos polinsaturados (LC-PUFAS) omega 3.
La lactancia materna puede aportar 8.3pts más de CI. La presencia de anemia el primero año de vida disminuye 5pts de CI y tiene secuelas cognitivas persisten hasta los 10-12 años a pesar de ser corregida la anemia.
En México existe una prevalencia de anemia en lactantes de 12-23 meses del 48.2%, presente en distintos estratos socioeconómicos, de acuerdo con ENSANUT 2018-2019.
Malnutrición
La malnutrición es un problema de salud pública que en sus diferentes matices afecta a todo el mundo, tanto a países desarrollados como en vías del desarrollo. Actualmente sabemos que la malnutrición en edades tempranas impacta de forma compleja en el ciclo vital de un ser humano.
Si hablamos específicamente de la infancia, debemos analizar el impacto que esto condiciona a los niños(a) ya que tendrá consecuencias en la salud, educación y productividad como ser humano a largo plazo.
Para comprender el impacto de la malnutrición en la inteligencia de sus hijos(as), primero debemos tener claro el concepto de malnutrición, ya que cuando hablamos de este podemos referirnos a sus diferentes dimensiones. De este modo puede existir malnutrición por excesos, donde pertenece el sobrepeso, la obesidad y por otro lado por puede existir malnutrición por carencias, donde además de la desnutrición por insuficiencia de peso, se incluye; el peso bajo al nacer, talla/estatura baja para la edad, peso bajo para la talla/estatura y/o un déficit de micronutrientes, dentro de los cuales las principales carencias se han identificado en el Hierro, el Zinc, la Vitamina A y Vitamina D. Estas 3 formas de malnutricióno se identifican como la triple carga de malnutrición humana, a la que se está considerando incluir una cuádruple carga, con un concepto de emergente de malhidratación.
Teniendo estos conceptos claros, vamos a hablar un poco de crecimiento, desarrollo infantil y cognitivo, y poder comprenderlo desde un enfoque dinámico y secuencial la complejidad del ciclo vital. Para lo cual debemos comenzar desde el embarazo.
Ciclo vital:
Es importante saber que el ciclo vital de un ser humano inicia con el estado nutricional materno al momento del embarazo, siendo su talla un marcador de salud transgeneracional de como fue su estado nutricional en su infancia. El embarazo es el primer ambiente donde se expresan los genes de construcción de los órganos en el desarrollo embrionario, los cuales se rigen por un calendario de expresión genética codificado en el DNA heredado de los padres. Sin embargo, actualmente sabemos que la información de nuestros genes no lo es todo, sino que los cambios en el ambiente pueden modificar la expresión de los genes, sin modificar la secuencia del DNA que heredamos, es decir, no podemos cambiar los genes que nos heredaron nuestros padres, pero el ambiente puede modificar la forma en que estos genes se expresan, esto es lo que se conoce como Epigenética.
Ahora bien, desde la perspectiva de ¿cómo impacta la nutrición en la inteligencia de nuestro hijo(a)?, debemos saber que comenzamos a construimos la inteligencia de nuestro hijo desde el embarazo.
Embarazo:
¿Cómo sucede esto? Primero debemos saber cómo, cuándo y qué factores participan en la construcción del cerebro de nuestro hijo, y eso nos lleva al embarazo, donde el cerebro se construye por etapas, determinado por el calendario de expresión genética. Desde la formación de la placa neural (base para la construcción del cerebro), la localización de los primordios neuronales (que van a representar como poner semillitas) que van a dar origen a cada estructura cerebral como; los hemisferios cerebrales, tallo cerebral, vías sensoriales, vías motoras, sistema límbico, área del lenguaje, la vía visual, etc. Una vez ubicadas, proliferan, se diferencian en funciones específicas, crean redes de conexión a través de axones y dendritas, se inicia la mielinización (12-14SDG hasta la adultez, aumentando el último mes antes del nacimiento) que es el recubrimientos por un material de graso que aisla, protege y permite transportar la información desde el cerebro a cualquier parte del cuerpo y desde cualquier parte del cuerpo al cerebro por medio de las fibras nerviosas, finalmente la apoptosis , en la cual que se destruyen los remanentes que ya no sirven. Considerando esta gran actividad, alrededor del 60% de la energía que recibe el feto de la placenta se utiliza para este proceso llamado neurogénesis, con un pico a las 14 SDG y casi de completa a las 25 SDG donde el número de neuronas del adulto ya están presentes, siendo este uno de los procesos más críticos y susceptible a daño de desarrollo cerebral.
En México, de acuerdo con la ENASANUT 2018-19, la anemia por deficiencia de hierro representa una prevalencia del 32.5% en niños preescolares de 1 a 4 años, afectando a un total de 2,594,999 niños. Identificándose la mayor prevalencia entre los 12 a 23 meses con un 48.2%, cifra que incremento un 10% del reporte previo en este mismo grupo etario en el reporte de ENSANUT 2012. Período singularmente crítico para el desarrollo cerebral sano.
Estudios de neurociencia basados en evidencia de paleontología han identificado el papel de la dieta como parte de la evolución del desarrollo cerebral. El consumo de ácidos grasos omega 3 y la síntesis de DHA, han sido uno de los más estudiados, ya que estas grasas son abundantes en las membranas de las células cerebrales, sin embargo, el cuerpo humano no es capaz de sintetizarlos, sino que son dependiente de su ingesta a través de la dieta.
En la infancia los LC-PUFA, particularmente DHA y ARA son los más abundantes en el cerebro, representando aproximadamente el 20% del total de lípidos cerebrales. Desde el último trimestre de embarazo hasta a los 2 años, el DHA es rápidamente acumulado dentro del cerebro, coincidiendo con el mayor período de crecimiento en peso cerebral y mielinización. Apreciándose principalmente en la corteza frontal y prefrontal, regiones involucradas en las funciones ejecutivas, atención, planeación, emociones y resolución de problemas. Desafortunadamente la síntesis de novo de DHA y LC-PUFA es limitada, tanto en la infancia como en su contenido en la leche materna, por lo que debe ser obtenido a través de la dieta.
Recordemos siempre que el que los niños(as) puedan alcanzar su óptima capacidad cognitiva, emocional y de habilidades, para ser capaces de disfrutar la vida con su óptimo potencial, siempre puede estar en nuestras manos y siempre podemos incidir en ayudarnos como sociedad a través de la generación de consciencia de la importancia que esto significa.
Desde los profesionales que damos orientación y servicio de estar siempre actualizados, los medios que identifican la importancia de transmitir este tipo de información a los padres de familia, la sociedad que la recibe y aunque en este momento no tenga hijos(as) puede compartirla y la familia que puede integrarla en su pequeño(a).
Por lo que cada niño(a) que logramos mantener sano, representa un esfuerzo de todos como sociedad, porque sólo a través de los niños(as) tenemos la oportunidad de trascender como sociedad y seres humanos para construir un mundo mejor para todos.