10 cambios evolutivos que nos hicieron humanos
Los humanos somos probablemente la especie más rara que jamás ha existido, tenemos cerebros muy grandes, entendemos conceptos complicados y más
10 cambios evolutivos que nos hicieron humanos
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Ciudad de México
Juan Manuel Argüelles, Antropólogo Físico por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Maestro en Filosofía de la Ciencia por la UNAM y Maestro en Filosofía de la Ciencia con especialidad en Filosofía Biológica por la Universidad del país Vasco. Actualmente es Profesor investigador de tiempo completo en la Dirección de Antropología Física del INAH. Director de Antropología Física del INAH
Les vamos a contar qué onda con las adaptaciones y cambios evolutivos del ser humano que están fuertemente relacionadas con la caza y la recolección, porque finalmente este modo de vida nos distinguió del resto de los primates bípedos.
Dependimos durante mucho tiempo de ese modo de vida y hoy todavía algunas culturas obtienen así sus recursos.
Los cambios y adaptaciones necesarias para ello implican transiciones en el cuerpo y en la cognición que fomentaron la cooperación y la dependencia social. Es imposible hablar de todos, pero hoy les vamos a contar sobre 10 de los más importantes.
1. Postura totalmente bípeda con piernas largas
• Aunque otras especies del género humano como homo rudolphensis u homo habilis ya caminaban erguidos y tenían el cerebro más grande que otros primates erguidos y además tenían la capacidad de hacer herramientas, no tenían las piernas tan largas como para poder poner a trote a otros animales durante largas distancias.
• Esto es fundamental, porque, aunque cuando representamos una escena en dibujos o maquetas en museos de la caza recolección imaginamos a la presa fresca y descansada y sitiada para matarla en un enfrentamiento, la realidad es que el modo de cacería involucra persistencia, poniendo a correr a la presa de tal manera que el cansancio y la alta temperatura le venzan dejándolo exhausto para posteriormente finiquitarle.
2. Muchas glándulas sudoríparas y poco pelo
• La mayoría de los mamíferos regulan su temperatura deteniéndose a jadear y por eso, aunque son rápidos no pueden mantenerse en movimiento por periodos y distancias prolongados
• Nosotros tenemos varios cientos de glándulas sudoríparas distribuidas en nuestro cuerpo que nos permiten secretar agua enfriando nuestra piel, nuestra sangre y finalmente nuestros órganos, pudiendo de esa manera resistir en movimiento por largos periodos.
• También por eso es importante tener poco pelo.
3. Fibras de contracción lentas
• Otros primates como los chimpancés tienen fibras de contracción rápida que les permite tener más fuerza que a los humanos en distintos ámbitos. Por ejemplo, estos mamíferos son capaces de colgarse de un árbol soportando su peso en un solo brazo con facilidad. Mientras tanto, una persona no tendrá tantas facilidades para seguirle el ritmo al chimpancé.
• El ser humano modificó las fibras de contracción rápida debido a la evolución por unas de contracción lenta para favorecer su resistencia.
• Los cambios en la locomoción humana podrían ser la razón por la que las fibras del ser humano evolucionaron de tal manera.
• Poder caminar erguidos nos permite evadir más el sol, lo que se puede ver cuando en la playa se nos queman los hombros y la espalda alta, pero si caminamos con un perro podemos ver que todo su lomo está caliente y aunque es más rápido que nosotros, una marcha prolongada y lenta le perjudica más.
4. Acumulación de grasa y temperatura constante
• Mientras que animales como los reptiles dependen de los rayos del sol para comunicar energía y con ella moverse, nosotros en cambio tenemos una temperatura constante y nuestra energía depende de lo que consumimos.
• Nuestra capacidad de acumular grasa nos ha permitido usar una reserva de energía que se puede utilizar durante la caza recolección para tener la fuerza y la resistencia necesarias.
• Por eso, en la actualidad necesitamos hacer ejercicio: para eliminar la acumulación de grasa que hace miles de años utilizábamos en nuestra vida cotidiana.
5. Neotenia: El lento desarrollo
• La neotenia puede ser definida como la manera lenta que tenemos para desarrollarnos poco a poco antes de ser animales adultos.
• La neotenia ha sido un determinante fundamental de la evolución humana.
• El retardo como estrategia de historia de vida para un aprendizaje y socialización más prolongados puede ser mucho más importante en la evolución humana que cualquiera de sus consecuencias morfológicas. Pero el desarrollo demasiado lento implica una intensa inversión parental que une dos poderosas armas: el aprendizaje prolongado y el cuidado social.
6. Imaginación
• Sin duda, la capacidad de imaginar ha transformado la vida humana.
• Nos permitió hacer herramientas y nos permitió crear la vida espiritual.
• Cognitivamente se trata de la capacidad de evocar y sostener en la mente un objeto, un sujeto o una situación que no existe o que no está frente al paisaje perceptual.
• Consiste en elaborar un objeto del futuro y en la creatividad y transformación material de lo imaginado. Con la imaginación, primero hicimos herramientas y después tal vez deidades.
7. Empatía y autopercepción o conciencia
• Ninguna de las adaptaciones anteriores, que están hechas para actuar en conjunto, pueden ser posibles sin la intersubjetividad. Si tenemos un cuerpo que evolucionó para la cooperación y para que su supervivencia dependiese de otros organismos como él, se requiere una vida mental interna que comprenda a los demás a partir de sus gestos y su movilidad mediante sensaciones y otras expresiones biológicas.
• La empatía consiste en imaginar con el cuerpo lo que siente o piensa la gente que te rodea.
• La autoconciencia, por su parte, consiste en darte cuenta de que tú mismo eres un ente subjetivo. Generalmente, las especies más empáticas son las más percatadas de su propio ser.
8. Colaboración y teoría de la mente
• La colaboración o división del trabajo supone la impresionante capacidad de realizar simultáneamente diferentes acciones y tareas para un bien común.
• Para lograr eso muchas veces tenemos que intuir, sospechar o saber lo que están pensando los demás y estar conscientes de que tal vez no piensan lo mismo que nosotros.
• Esta capacidad es muy particular de nuestra especie.
9. Aprendizaje
• Si bien muchas especies están genéticamente determinadas para expresar algunos comportamientos, nosotros podemos enseñar a los demás de generación en generación nuestras novedades en términos de comportamiento. Sin la acumulación de aprendizaje, no habría cultura.
10. Lenguaje
• El lenguaje es el colmo de la intersubjetividad. Los humanos tenemos la capacidad de generar un código de símbolos, signos y expresiones que de forma articulada generan conceptos que nos permiten comprender a los demás con una profundidad nunca antes observada.
• La consciencia humana, definida como la capacidad de tener memoria y de poder proyectar un probable futuro aunada a la capacidad de enunciarla en enunciados subjetivos con pretensiones de objetividad siempre estará en cualquier lista que hable sobre la evolución humana.
Estas adaptaciones nos explican que la capacidad para la cooperación es la principal arma con que contamos los seres humanos para evolucionar distinto que otras especies. Una gran lección de la evolución humana es que somos una especie que no tiene otro remedio que actuar en conjunto para tener éxito.