CON GABRIELA WARKENTIN, JAVIER RISCO Y SOPITAS. SOPITAS: Mundial de Rugby

Ciudad de México

El primer mundial de Rugby que se celebra en Japón, ha resultado todo un evento sin precedentes.

Como se imaginarán, la afición por el deporte no es poca en el país asiático, por lo que con llenos totales, no podría salir nada mal.

A excepción de un pequeño detalle.

Resulta que nadie tomó en cuenta que los aficionados al rugby son unos atascados y tienen un apetito voraz, al grado que a cuatro días de la inauguración, el comité organizador se ha visto en la necesidad de cambiar las políticas y permitir desde ahora, el ingreso a los estadios con comida.

Y es que desde el viernes que fue la apertura del mundial, muchos de los asistentes se han quejado de las filas inmensas que tienen que hacer, para que cuando llegan finalmente al stand, se topen con la desgracia de que la comida se terminó.

Y no, no crean que solo vendían cacahuatitos, sino que se pidieron toneladas de alimentos, e incluso los organizadores pidieron a una cervecera con 15 fábricas en todo el país, que triplicara su producción a comparación de septiembre del año pasado, para poder abastecer la demanda del mundial de rugby, de tal forma que los estadios estarían preparados para vender hasta cien mil vasos de cerveza por partido.

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Sin embargo, la comida no ha sido suficiente, por lo que los organizadores se han visto obligados a emitir un comunicado donde justifican la decisión, argumentando que "El fin de semana inaugural se demostró que el nivel de servicio no corresponde al de una Copa Mundial de Rugby ya que algunos fanáticos experimentan demoras en las colas y algunos proveedores se quedaron sin opciones de alimentos prematuramente”.

Por lo que a partir de hoy, los asistentes ya no tendrán que preocuparse, por asombroso e inusual que parezca, el comité, del mundial de Rugby ha decidido que los asistentes podrán ingresar una cantidad razonable de alimentos a los estadios para consumo personal.

Al mismo tiempo, recalcaron que si no llegan a satisfacerse, el área de comida seguirá funcionando de forma habitual.

Quién iba a decir que serían los nipones quienes aplicarían el dicho de “A comer y beber, que el mundo se va a acabar”. Pero hay que recordarles que de glotones y tragones, están llenos los panteones.