Selección Siria podría ir a su primer Mundial
Su historia futbolística ha estado marcada por derrotas y fracasos, además de un ambiente político muy turbio
De manera dramática, y con gol de último minuto, la Selección Siria empató frente a Irán en la eliminatoria asiática el pasado martes 5 de septiembre, consiguiendo el derecho a disputar el repechaje que podría clasificarle por primera vez a la Copa del Mundo, la cual podría convertirse en la historia deportiva más importante del año.
Y es que Siria nunca ha jugado un Mundial, y por el contrario, su historia futbolística está marcada por derrotas y fracasos. Con un panorama político y social como el que ha vivido el país en los últimos seis años, nadie esperaba que la cosa pudiera ser diferente, mucho menos, cuando la FIFA les castigó por la intervención gubernamental en el deporte por parte del régimen de Bashar al Ásad.
Por si fuera poco, la FIFA también les prohibió disputar sus partidos como local en Damasco o Alepo, convirtiendo a la Selección siria de futbol en un ícono más de los millones de desplazados por la guerra.
Primero jugaron en Omán, pero la cosa no salió del todo bien. Después, países como Catar, Líbano y Macao rechazaron la petición de asilo para disputar sus partidos como local, hasta que Malasia se convirtió en su segunda casa, en donde en medio de estadios vacíos, la selección Siria ha sacado grandes resultados, superando incluso a naciones que en los últimos años han tirado miles de millones de dólares en su desarrollo futbolístico como China o Catar.
Con muchos jugadores muertos, desaparecidos o en el exilio, la Selección de Siria está apunto de escribir una de las más grandes historias del deporte, y para lograrlo deberá superar primero a Australia para así obtener el derecho a disputar el último boleto mundialista, ante el cuarto calificado de la CONCACAF.
Por supuesto que más allá de la hazaña deportiva, no podemos no maravillarnos ante el papel que puede jugar un deporte tan simple como el futbol, que en estos días parece capaz de unir a un país que en los últimos años ha sido dividido, despojado y acostumbrado a vivir entre la guerra y el conflicto.